viernes Ť 24 Ť agosto Ť 2001

Luis Javier Garrido

La máscara

El gobierno de Vicente Fox ha perdido en tan sólo ocho meses toda credibilidad democrática y sus integrantes no parecen darse cuenta de ello.

1. El "nuevo" régimen mexicano está siendo sometido, en vísperas del primer informe anual del presidente Fox al Congreso, a una serie de críticas en los medios -que de ninguna manera pueden equilibrar la propaganda desaforada que se sigue haciendo del foxismo en radio y televisión-, y que está tendiendo más a la forma que al fondo de lo que ha sido el ejercicio del poder en los últimos nueve meses, pues ha dejado de lado lo que está siendo la esencia de la acción gubernamental, frente a la cual los partidos políticos no han tenido alternativas.

2. La mayor parte de los analistas se han centrado en "el estilo personal de gobernar" de Fox, quien está mostrando una evidente incompetencia para asumir sus responsabilidades, las que ha delegado en sus colaboradores, quienes se asumen como responsables, no ante el pueblo mexicano ni ante el Poder Legislativo, sino ante el Banco Mundial, mientras él se dedica a hacer una propaganda mentirosa de su gobierno sin darse cuenta de que la campaña presidencial concluyó hace más de un año. Así ha destacado su desconocimiento de las principales cuestiones nacionales o el lenguaje burdo con el que se dirige a los mexicanos pretendiendo que hablan como la clase de hacendados déspotas a la que Fox pertenece.

3. El país, lejos de estar viviendo un proceso de tránsito hacia un estado de derecho, se halla, por el contrario, inmerso en un proceso de recomposición de los intereses dominantes que han mantenido la mayor parte de las viejas estructuras del poder, y esto no se está discutiendo. El nuevo gobierno, en vez de contribuir al desmantelamiento del antiguo sistema del partido de Estado, está protegiendo muchos de los intereses ilegítimos e ilegales del PRI y del sindicalismo oficial, y ha mantenido las relaciones perversas con los medios, continúa utilizando de manera anticonstitucional las fuerzas armadas en funciones de Ministerio Público y de Policía Judicial, como se ha visto en Chiapas y en el caso de los acusados de ser integrantes de las FARP, y con la lógica de un gobierno "de, por y para los empresarios" se ha preocupado por mantener la impunidad de los empresarios-políticos que hacen prevalecer sus intereses por encima de los derechos de los mexicanos. No ha querido dialogar con los grupos armados que existen en el país, se niega a abrir los expedientes del pasado y, en vez de aceptar una discusión abierta sobre las reformas constitucionales que requiere el país para tutelar los derechos de los mexicanos, pretende modificar la Constitución a espaldas de la sociedad para defender los derechos de las trasnacionales, legitimando su decisión en una serie de consultas espurias. No ha hecho esfuerzo alguno, en suma, por que impere la legalidad y ha buscado que prevalezca la práctica de los arreglos al margen de la sociedad.

4. El gobierno foxista ha hecho del encubrimiento de sus predecesores otro de los ejes de su política y es muy significativo que Vicente Fox, en lo particular, se haya hecho el principal defensor de los narcointereses del grupo de Carlos Salinas de Gortari.

5. El régimen priísta se caracterizó al cabo de siete décadas tanto por a) la inexistencia de un marco real de tutela a los derechos individuales y sociales de los mexicanos, que fueron violentados de manera discrecional por las autoridades, como por b) la ausencia de controles institucionales sobre los funcionarios públicos y el Ejecutivo en particular, quienes actuaron sistemáticamente por encima de la ley, a fin de poder imponer políticas antinacionales e impopulares. Y a pesar de que los mexicanos votaron el 2 de julio en contra de esta forma de ejercicio del poder, el "nuevo" régimen foxista está tendiendo a reproducir el mismo esquema.

6. La consecuencia de estas políticas no podía ser otra que proseguir en la subordinación de México a los intereses trasnacionales y que la política exterior, en un proceso de abierta regresión, esté por completo sometida al Departamento de Estado. ƑDónde está, entonces, "el cambio" del que tanto hablan quienes pretenden gobernar?

7. Fox y sus amigos nunca entendieron que no tenían más mandato popular que el de encabezar un proceso de transición, y con una abierta proclividad derechista y antidemocrática están encabezando un proceso de abierta regresión.

8. El caso de Chiapas mostró, a pesar de lo que crean en el gobierno, la duplicidad de Fox y su falta de voluntad democrática. El gobierno foxista, en vez de dar un paso adelante en la vía de la paz, hizo plenamente suya la guerra contra las comunidades indígenas que heredó de las administraciones priístas, pues no sólo traicionó la confianza de los pueblos indios promoviendo una legislación contraria a sus intereses, sino que ha mantenido al Ejército en un papel anticonstitucional y está protegiendo a los grupos paramilitares, no teniendo más propuesta que imponer a los pueblos indios, por la vía del dinero, el modelo foxista de desarrollo.

9. Las acciones del gobierno foxista luego del estallido de unas palomas frente a tres sucursales de Banamex-Citibank (8 de agosto), haciendo detenciones con lujo de violencia, incluso a quienes presuntamente no son los responsables (13 de agosto), utilizando ilegalmente al Ejército, violando las garantías procesales de los indiciados y practicando, según todas las evidencias, la tortura, no hacen más que mostrar que el país sigue viviendo en plena ilegalidad y que no existe fuerza jurídica que pueda impedir las acciones anticonstitucionales del gobierno.

10. La campaña foxista para magnificar lo acontecido, pretendiendo involucrar a estudiantes universitarios y desprestigiar a la UNAM, hecha al más puro estilo diazordacista y echeverrista, deja claro también que a partir del 2 de julio muy poco ha cambiado en materia de derechos humanos y que las luchas de resistencia de la sociedad civil frente al gobierno de Vicente Fox van a ser más arduas que las libradas frente a los gobiernos priístas, pues la democracia no ha llegado todavía a México.