VW: HUELGA EXISTENTE Y LEGAL
La
huelga que estalló el pasado sábado en la planta poblana
de la trasnacional Volkswagen es el segundo gran movimiento laboral de
este tipo en lo que va del presente sexenio. El antecedente inmediato es
el paro de sobrecargos que impidió los vuelos de Aeroméxico
a fines de mayo pasado y que culminó de manera satisfactoria para
la patronal y para los huelguistas.
En ese momento no faltaron las voces que, argumentando
la importancia estratégica del transporte aéreo, exigieron
la requisa de la aerolínea. El gobierno de Vicente Fox optó,
sin embargo, por respetar los derechos laborales de los sobrecargos, desoyó
tal demanda y permitió que el conflicto laboral se desarrollara
en el marco de la ley, hasta que se logró una solución adecuada.
Ahora, ante la huelga en Volkswagen, diversos actores,
empezando por los funcionarios de la empresa, piden que la medida laboral
sea declarada inexistente. Otros se suman al coro patronal señalando
que el paro afecta la imagen de México en el exterior y que podría
ahuyentar la inversión extranjera. Este disparate puede cotejarse
con el hecho de que movimientos como el de la armadora de Puebla ocurren
de manera habitual en las naciones de Europa occidental --la huelga en
Iberia es el caso más reciente-- y a nadie se le ocurre chantajear
a los trabajadores con tales argumentos.
Cabe esperar que en el momento presente el gobierno federal
asuma, ante el movimiento laboral de los trabajadores de la armadora automotriz,
una actitud prudente, respetuosa y apegada a derecho, como la que exhibió
ante la huelga de Aeroméxico hace unos meses, y que se limite, ahora
como entonces, a interponer sus buenos oficios y su mediación para
buscar soluciones aceptables para ambas partes.
Ciertamente la industria automotriz en general, y la planta
de Volkswagen en Puebla en particular, resultan de suma importancia para
el resto de la economía y pueden desempeñar un papel clave
en su reactivación. Pero por eso mismo es necesario que los conflictos
laborales en el sector se resuelvan de manera transparente, pacífica
y legal. La mejor contribución de las autoridades para lograr tales
condiciones es evitar las medidas represivas y propatronales que asumieron,
ante circunstancias análogas, los últimos gobiernos priístas.
|