MARTES Ť 21 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť La fiesta se gestó de manera informal en las guaguas
Frustró la lluvia el recital de clausura del séptimo Festival de Rap Cubano
JUAN JOSE OLIVARES ENVIADO
La fuerte lluvia que cayó ayer en La Habana frustró el concierto de clausura del séptimo Festival de Rap Cubano en el Anfiteatro de Alamar, en el que participarían todas o la mayoría de las agrupaciones que a lo largo de tres días y noches, en tres sedes (Casa de Cultura, Café Cantante del Teatro Nacional, Alamar), mostraron lo más intenso de esta subcultura que cobra fuerza en la isla.
Caras frustradas, pero no desilusionadas, deambulaban por los rincones del alejado barrio al este de La Habana, buscando consuelo. Algunos planeaban el regreso a casa, otros cómo organizar el reventón. Los organizadores, simplemente no quisieron arriesgar el equipo, puesto que el Anfiteatro es un complejo al aire libre para unas cinco mil personas, y poco a poco regresaban las simbólicas entradas.
La fiesta más bien se empezó a gestar dentro de las guaguas, donde regresaban algunos de los grupos participantes. Los locales Obsesión, los canadienses Rascalz y los estadunidenses Micronauts hacían coplas alusivas a la vida cotidiana de cada país. Todos llegaron al lugar llamado Caracol, hecho ex profeso para el hip hop y que, atiborrado de pieles de ébano, sucumbió con la presencia de los raperos hasta las cuatro de la mañana.
"No importa donde sea, lo que importa es que se oiga el hip hop", dijo un integrante del grupo Cuarto Poder, de Venezuela, que empezó su reventón desde temprana hora, ya que La Habana y su verano muestran más que ese ritmo, y desde sus plazas, con una urbanización con ensanches contemporáneos de las grandes ciudades europeas, hasta sus playas (Guanabo, Santa María, etcétera) la sensación de estar en otro planeta es constante.