lunes Ť 20 Ť agosto Ť 2001

Iván Restrepo

ƑUn "libramiento" para la destrucción?

Es costumbre gubernamental realizar obra pública (una carretera, una presa, una terminal portuaria) con el argumento de que beneficiará a la población. En ningún momento los funcionarios mencionan los efectos adversos que puede ocasionar, por ejemplo, en el medio ambiente, pues siempre aseguran haber hecho todos los estudios a que están obligados por ley para no causar deterioro. Al respecto, la ciudadanía tiene el derecho de consultar tales documentos para evitar, como ocurre con tanta frecuencia, que estén mal elaborados o confeccionados al gusto de quien patrocina la obra y de los contratistas que la llevarán a cabo. Hoy también existe mayor interés por cuidar los recursos naturales y son inocultables las protestas dirigidas a proyectos que atentan contra la naturaleza.

Una prueba de lo anterior se vive ahora en Xalapa, Veracruz, donde las autoridades planean construir un "libramiento" carretero entre esa ciudad y su vecina Coatepec. El crecimiento que ambas han registrado en los últimos lustros las ha llevado a constituirse en un todo conurbado y, por ende, se han visto obligadas a modernizar sus vías locales de comunicación, saturadas por el intenso tránsito. Sin embargo, el proyecto de "libramiento" iría por las faldas del Cofre de Perote, el cual encierra una enorme riqueza natural.

El Cofre de Perote es, entre otras cosas, uno de los más preciados reductos de bosque de niebla de la región. Se trata de un ecosistema que ha sufrido una imperdonable destrucción en otras partes de Veracruz, Oaxaca y Tamaulipas, por citar algunos ejemplos, con la consecuente pérdida de una importante variedad de flora, fauna y de recursos tan vitales como el agua. Por eso, conservar el bosque de niebla es tarea y obligación de todos, habida cuenta la importancia que tiene en el plano económico, social y como reservorio de recursos que la sociedad necesita para su desarrollo.

Por si no bastara lo anterior, en el sitio donde se pretende construir dicha vía se ubican manantiales y se recargan y transportan los acuíferos que abastecen de agua a Xalapa y poblaciones vecinas, entre ellas Coatepec y Banderillas. Estos y otros factores hacen más frágil el Cofre de Perote, que debe ser cuidado celosamente. Hace diez años esa porción del territorio veracruzano fue decretada Reserva Ecológica y cualquier obra que lo afecte exige análisis muy cuidadosos a fin de evitar efectos negativos en el área y en otras ubicadas en su entorno.

Muy extraño resulta también un "libramiento" que cruzaría por el centro de la conurbación Xalapa-Coatepec, agravando el ruido, el tránsito vehicular, la contaminación por hidrocarburos y los riesgos que entraña el paso de unidades que transportan sustancias tóxicas y peligrosas.

Un proyecto semejante se propuso anteriormente, según informamos aquí con oportunidad, pero fue desechado por los inconvenientes que ocasionaría, mismo que fueron expuestos con toda claridad por especialistas y grupos ciudadanos.

Es frecuente que cuando la ciudadanía protesta por una obra que afecta al medio y destruye recursos naturales, no falten funcionarios que atribuyan la inconformidad a mala información o a la intransigencia de organizaciones ecologistas enemigas del progreso y al servicio de "intereses oscuros".

No ocurre así en este caso: la ciudadanía está consciente de que se requieren vías de comunicación que respondan a las necesidades de una zona en crecimiento continuo, pero se opone a que se construyan a costa de áreas naturales básicas. Por eso mismo exige que las autoridades federales y estatales den a conocer, en primer lugar, el contenido de los estudios de impacto ambiental requeridos para dicho proyecto, a fin de saber con precisión los efectos que tendría en los ecosistemas de la zona, además de que se discutan trazos alternativos, de tal manera que esa obra vaya lo más posible en armonía con el entorno y contribuya al desarrollo sustentable, no a la destrucción del medio, como ha ocurrido en muchas otras partes de Veracruz.