DOMINGO Ť 19 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Hoy, a las 18 horas, la clausura del encuentro

Rock, blues y hasta corridos en el segundo día del festival de trova

MARIANA NORANDI

La segunda jornada del Festival Nacional de Trova, que hoy finaliza, se caracterizó por la gran diversidad de estilos musicales que desfilaron por el escenario. Unificados por la guitarra y el arte de la palabra, los artistas que se presentaron este viernes musicalizaron sus versos con distintos ritmos como rock, blues, corrido, son o bolero. El público también se diversificó, en esta ocasión acudió un auditorio mucho más heterogéneo y numeroso que la tarde anterior.

trovadores_3El evento comenzó con Pancho Madrigal, oriundo del estado de Jalisco, quien presentó su última producción discográfica titulada Corridos pendencieros, donde retoma el tradicional corrido popular mexicano, le quita la carga dramática y lo llena de humor. En historias de borrachos, cantinas, duelos, honores y botellas de pisto, Madrigal transforma la tragedia en comedia con un estilo irónico, agudo y muy visual. Tres fueron los corridos que este tapatío interpretó, logrando captar la atención del público, arrastrándolo hasta la risa con sus elocuentes y divertidos versos.

Del corrido se pasó a la mezcla de rock, blues y rumba que hace Daniel Tuchmann. Procedente de la península de Baja California, este compositor y guitarrista le canta al amor en un contexto muy urbano. Canciones como Vas a querer o Manglares prendieron a un público que se convirtió en cómplice de sus composiciones.

La representación de la trova más pura vino con la guitarra y voz de Armando Chacha. Músico, compositor e intérprete originario de Santiago Tuxtla, Veracruz, este trovador se vale del son jarocho, el bolero, el son caribeño y el danzón para cantarle a la vida, al amor y a la libertad. En este encuentro, Chacha presentó su más reciente álbum titulado Matamba donde su "jarochidad", como él dice, es una constante vital, a través de la cual realza con orgullo la presencia étnica, cultural y musical de Africa en Veracruz. Los versos de este trovador fueron de los más paisajísticos de la tarde. Dibujó figuras como muelles, mares, pescadores y barcos a través de una palabra pulida y expresiva. "En todo lo que compongo está mi jarochidad, que se traduce en olores, colores y ritmos" comenta.

Acabada la actuación de Chacha, los jóvenes del público se acercaron más al escenario. Entre los árboles, en las fuentes, sentados en el suelo, infinidad de chavos se preparaban para esperar a Armando Rosas. Este músico y compositor realiza una interesantísima fusión musical, en la cual su formación clásica se funde con el gusto por el rock y el blues. Recién llegado de Chicago, donde realizó una serie de conciertos, Rosas se presentó en este festival con su Baldobanda, integrada por Baldomero Jiménez en el teclado y Sergio Hidalgo en el bajo. El concierto que ofreció tuvo como eje central su sexta y última producción titulada La balada del pez, de la cual comenta: "es un disco medio nostálgico; a diferencia de otras veces que utilizaba cuerdas, éste lo hice con metales, un poco inspirado en los grupos que escuchaba cuando era chavo". El músico intentó complacer el cúmulo de peticiones que le hacían sus seguidores, pero era más extenso el deseo de escucharlo que el tiempo del que disponía. Aun así muchas demandas fueron satisfechas y varias rolas interpretadas, entre ellas No puedo sin tu amor, La distancia a tiempo, Como siempre o Nunca te olvides.

Hoy este festival clausura su primera edición con las actuaciones de Víctor Martínez, Roberto González, Gustavo López y Gabino Palomares. La cita es a las 18 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares, ubicado en avenida Hidalgo 289, colonia del Carmen, Coyoacán.