DOMINGO Ť 19 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Con la firma del convenio, retirarán demanda laboral
Bailarines del Taller Coreográfico logran prestaciones de la UNAM
KARINA TERAN ESPECIAL PARA LA JORNADA
Los bailarines del Taller Coreográfico de la UNAM mantendrán la demanda contra la institución hasta que se formalice mediante un convenio por escrito el ofrecimiento verbal de mejoras a sus condiciones laborales.
Los integrantes de la agrupación exigen las mismas prestaciones a las que tienen derecho el resto de los empleados universitarios, y con ese fin el 3 de julio demandaron a la casa de estudios ante las autoridades del trabajo.
No obstante que los artistas no fueron incluidos en la nómina de la universidad, sí lograron un contrato de prestación de servicios profesionales por honorarios en el que se estipula su derecho a un reconocimiento económico después de cinco años de labor, un seguro médico que incluye familiares, y una credencial con la cual pueden obtener descuentos en la programación universitaria.
Ganaron, también, el pago anual de un bono artístico correspondiente a 13 mil 877.91 pesos, monto que será su sueldo mensual a partir de la temporada que comenzará en septiembre. Cabe señalar que los bailarines percibían hasta hace un mes 11 mil 544.55 pesos.
La bailarina Marcela Correa expresa que fue durante el periodo vacacional de la UNAM (del 23 de julio al 10 de agosto) cuando los intérpretes negociaron con las autoridades universitarias un tipo de contrato que les otorgara protección laboral y los acreditara de manera oficial como trabajadores de la institución.
Participaron Antonio Vera Crestani, director de Teatro y Danza; Mario Mendoza, titular de personal de la UNAM; Bernardo Zamacona, jefe de la unidad administrativa de la primera instancia, y Raúl Alvarez, jefe de la unidad jurídica de Difusión Cultural. La única ausente fue Gloria Contreras, directora y coreógrafa del taller.
Nuevos beneficios, nuevas obligaciones
Si bien los bailarines no fueron homologados como los trabajadores y académicos de la universidad, ''es un buen comienzo. Lo que siempre exigimos era el reconocimiento de nuestros derechos y algunas prestaciones, que se podían lograr mediante un tipo de contrato que no fuera necesariamente la basificación", explica Correa.
''Esperamos firmar el nuevo contrato y de inmediato la demanda se retirará de la instancia jurisdiccional (de 24 intérpretes del Taller, sólo 12 acudieron a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje)."
El director de Teatro y Danza, Antonio Vera Crestani, señala que se formuló un instrumento jurídico especial para el caso de los bailarines, que les otorga nuevos beneficios y nuevas obligaciones.
Los intérpretes darán ''el mejor empeño en sus actividades escénicas y la Universidad se compromete a proporcionarles seguridad laboral. Tienen un bono artístico que se les dará a fin de año, a cambio de realizarles una evaluación semestral y conservar su figura y peso de manera adecuada".
Mario Mendoza, director de personal de la UNAM, asume que su papel en la negociación fue como mediador; ''conciliamos los intereses para garantizar que el Taller Coreográfico siga vigente".
''Se llegó a un convenio que se debe formalizar, el cual reconoce derechos sin limitar la actividad artística. Ganamos todos; se trata de la universidad y de un grupo importante para la difusión de la cultura, de mucha tradición, posiblemente el mejor en su campo en México."