Ť Encuentran muerto a migrante en el archipiélago canario
Detiene la Guardia Civil española a 567 indocumentados norafricanos
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 18 de agosto. La Guardia Civil española detuvo hoy en las costas del sureste a 567 inmigrantes indocumentados norafricanos, a los que se les inició de inmediato el trámite de expulsión del país.
Este es un nuevo récord de migrantes detenidos en lo que va del año en España, en un día en el que también fue encontrado muerto un ciudadano marroquí en el archipiélago canario. Los albergues que tiene la Cruz Roja para el auxilio de los trabajadores extranjeros se encuentran saturados.
El estrecho de Gibraltar registró la pasada madrugada un intenso tráfico de pateras, las barcas clandestinas en las que cientos de no-rafricanos desesperados por la dramática si-tuación de sus países intentan cruzar los 14 kilómetros que separan Africa de Europa.
Según información del cuerpo policial, la noche del viernes, gracias al clima favorable, cientos de pateras emprendieron el via-je para cruzar el estrecho, uno de los pasos fronterizos más peligrosos del mundo, y en el que el año pasado murieron más de 500 personas, según datos de las organizaciones de ayuda a los inmigrantes.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil detuvo en Tarifa, Cádiz, a 448 migrantes indocumentados, la mayoría de ellos ma-grebíes marroquíes y argelinos, así como un reducido grupo procedente de Sierra Leona, Nigeria y Ghana. En Fuerteventura, en las Islas Canarias, fueron rescatados del mar otras 119 personas, en este caso la ma-yoría originarios de Africa subsahariana.
Como es habitual en este tipo de casos y gracias al amparo de la nueva ley de extranjería, decretada por el gobierno de José Ma-ría Aznar, todos los migrantes serán expulsados de inmediato después de ser identificados, por lo que permanecerán bajo vigilancia policial hasta su salida del país.
Tras la masiva llegada de personas también se movilizaron cientos de voluntarios de la Cruz Roja y de organizaciones no gubernamentales, que colaboraron en la ayuda médica y en la atención en sus sedes de los migrantes, quienes recibieron comida y ropa para superar la hipotermia que sufrían decenas de inmigrantes.
Dos de los trabajadores indocumentados fueron trasladados de urgencia a un centro hospitalario: uno de ellos sufrió un infarto y otro tenía quemaduras de segundo grado en 40 por ciento de su cuerpo debido a que se encendió el combustible de la embarcación en la que viajaba.
Mientras tanto, después de la violenta detención masiva del pasado jueves el Co-legio de Abogados de Barcelona señaló en un comunicado que la razzia ordenada por el Ministerio del Interior español fue "ilegal" porque vulneró un derecho básico: pedir la identificación de la persona antes de ser detenida, por lo que las aprehensiones indiscriminadas son improcedentes "en base al derecho penal".
Sin embargo, el juzgado de guardia de Barcelona decretó la expulsión inmediata de 33 migrantes, si bien dos de los detenidos fueron puestos ayer en libertad tras comprobar que tenían los papeles en regla, expedidos por el gobierno italiano.
El auto judicial ordenó también el ingreso a la comisaría de los 33 norafricanos que serán expulsados de forma inminente, lo que provocó la indignación de las organizaciones de apoyo a los migrantes, que anunciaron para este domingo una manifestación de protesta en la ciudad.