DOMINGO Ť 19 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Se especula sobre prejuicios de los republicanos estadunidenses contra la UCR
La demora en la ayuda del FMI a Argentina desata la versión de que Bush no ha dado el sí
Ť Desconciertan al gabinete las declaraciones del secretario del Tesoro, Paul O'Neill
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 18 de agosto. A pesar de los apoyos recibidos en las últimas horas de los presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur) y especialmente de los mandatarios de Chile, Ricardo Lagos, México, Vicente Fox, y Brasil, Fernando Henrique Cardoso, el gobierno argentino enfrenta horas cruciales, y todos creen ver en la demora del Fondo Monetario Internacional (FMI) en dar un apoyo concreto la mano de la administración del presidente George W. Bush.
Por la noche de este sábado hubo una reunión del gabinete argentino en la que se analizaron las últimas declaraciones del secretario estadunidense del Tesoro, Paul O'Neill, quien aseguró que Argentina se encuentra en una situación muy resbaladiza y agregó: "estamos trabajando para crear una Argentina sostenible, no para que siga apenas consumiendo el dinero de los plomeros y carpinteros estadunidenses, que ganan 50 mil dólares al año y se preguntan qué diablos estamos haciendo con ese dinero".
También causó preocupación Morris Godstein, un ex subdirector de investigación del FMI quien afirmó: "si Argentina quiere dinero adicional del Fondo, tiene que tomar decisiones drásticas pero necesarias, en cuanto a la restructuración de la deuda y un nuevo sistema monetario que el ministro de Economía ha evitado hasta ahora".
Esto desata todas las especulaciones y se relaciona las conductas que siempre han tenido los republicanos estadunidenses hacia los gobiernos argentinos en los que figure la Unión Cívica Radical (UCR), así como a los nexos de la familia Bush con el ahora detenido ex presidente Carlos Menem.
Apoyo verbal
Si bien son tranquilizadores los mensajes llegados desde Santiago de Chile, donde se desarrolló la decimoquinta Cumbre del Grupo de Río, y Lagos afirmó que Bush se comprometió telefónicamente a ayudar a los países de la región y mostró especial preocupación por el caso argentino, otros elementos hacen pensar en que esto no deja de ser más que apoyo verbal.
Los periódicos locales registran una mayor resistencia de Washington a dar un sí al FMI para que destrabe el proyecto de ayuda que se negocia en estas horas. Estados Unidos prolongó hasta el próximo lunes su respuesta.
Durante la reunión de gabinete, según un informe periodístico de la cadena TN, el presidente Fernando de la Rúa, habría ordenado al ministro de Economía, Domingo Cavallo, que le explicara al secretario O'Neill la verdadera situación de Argentina y lo que se estaba haciendo.
En todos los sectores políticos, O'Neill ha desatado rechazo por sus constantes expresiones hacia Argentina, y a nivel del gobierno se habría analizado cuidadosamente esta noche la conducta del funcionario. Se dijo que fue siempre duro con el país, aun cuando participó en el gobierno de Bill Clinton, y que sus objeciones tendrían que ver con cuestiones técnicas sobre la deuda histórica y, sobre todo, con rembolsos no cumplidos.
Chantaje para lograr más ajustes
A su vez, Cavallo habría explicado que no se ha caminado más rápidamente en la negociación porque el problema es "que se exige una fórmula más novedosa para otorgar estos préstamos". También han influido, según el análisis del gabinete, las apresuradas especulaciones periodísticas sobre la cantidad de dinero sugerida.
Sin embargo, la mayor preocupación a nivel nacional es lo que se considera "un chantaje de Washington" para lograr que el gobierno argentino realice más ajustes y se pide avanzar sobre instituciones como la mutual de jubilados (PAMI) o la de Seguridad Social (ANSES). También se teme que como condiciones para el préstamo se exijan medidas como la desincorporación del Banco de la Nación, reformas privatizadoras en la educación pública y otras.
Un analista radial dijo este día que De la Rúa habría respondido a Cavallo que "ya no puede ir más contra la gente". La negociación con el FMI aparece trabada a pesar de que está allí el viceministro de Economía, Daniel Marx, a quien analistas definen como un "hombre frío como un cuchillo", y otros como el "príncipe de los fundamentalistas". Cavallo sugirió enviar hoy mismo a las negociaciones a Tomás Liendo, a quien considera el mejor estratega financiero, en un intento por destrabar la situación que con cada hora que pasa se hace más angustiante.
Se habría evaluado también en la reunión de gabinete que "el nuevo desembolso del FMI tiene una parte que es para sostener y respaldar todas las reservas financieras y la convertibilidad, y la otra está referida a las reformas estructurales que faltan por realizarse en el estado y en otros organismos". El desembolso del FMI requiere, así, de aspectos técnicos y jurídicos que "deben ajustarse".
La situación va tomando tintes de tragedia para la gente en general y este día la ministra de Trabajo, Patricia Bulrich, advirtió que pueden venir "tiempos mucho más difíciles" y que el gobierno realiza ingentes esfuerzos para evitar una devaluación. "No tenemos que engañarnos" porque "no va a haber un shock" de reactivación, y sostuvo que "el gobierno está haciendo todos los esfuerzos para evitar la devaluación, porque justamente lo que estamos diciéndole a los argentinos es que este camino de déficit cero, que yo planteo como estricto, nos lleva justamente a evitarla".
Bulrich admitió que las últimas cifras del INDEC sobre el aumento de la pobreza que alcanza a 15 millones de argentinos "marcan una realidad muy contundente". La falta de actividad económica incrementó el desempleo en los últimos meses. INDEC no sólo se ha referido al desempleo sino al aumento constante de la pobreza, que sólo en esta capital y el Gran Buenos Aires agregó casi medio millón de nuevos pobres a la cifra ya existente, para llegar a más de cuatro millones, sino que en todo el país los índices aumentaron de 14 a 15 millones de pobres.
Asimismo el empleo volvió a caer en las tres principales ciudades del país: Buenos Aires, Rosario y Córdoba, donde en los últimos cuatro meses se perdieron 40 mil puestos de trabajo.
En esta capital y el conurbado, los lugares más poblados del país, la ocupación descendió por cuarto mes consecutivo y el empleo privado se redujo en un 0.5 por ciento en el último mes. También son serios los registros de la reducción en el consumo y las ventas descienden hora tras hora, con lo cual la capacidad de recaudación descenderá rápidamente.