DOMINGO Ť 19 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť José Antonio Rojas Nieto
Tocar fondo
El último dato sobre la marcha de la economía estadunidense se dio a conocer hace apenas tres días: en relación con el mes de julio del año pasado el Indice de la Producción Industrial cayó 3.2 por ciento. Y aunque, sin duda, un solo indicador, por más importante que resulte, siempre será insuficiente para un buen juicio sobre la situación económica, bien podemos hacer una primera reflexión sobre ella. ƑYa tocó fondo la economía del país más poderoso del mundo? Pareciera ser que sí. Pero bueno es insistir, aun en el caso de que ellos lo hubieran hecho ya, nosotros todavía no. ƑPor qué? Pues porque independientemente de que este comportamiento mensual de la producción industrial en Estados Unidos indicara, efectivamente, que del otro lado ya se tocó fondo, el rezago que nuestra economía observa respecto a la dinámica económica estadunidense nos obligaría a pensar que en nuestro caso ese fondo no ha llegado. Entonces, de nuevo, Ƒya tocaron fondo nuestros vecinos? Pudiera ser, pues la tasa negativa de la producción industrial de julio es menos negativa que la de junio, además de que la producción de julio es mayor a la de junio. Claro que no faltará quien insista -por lo demás correctamente- en la necesidad de prestar atención al comportamiento estacional de la producción industrial en Estados Unidos, pues pudiera ser -como sucede en algunas épocas del año- que en julio se produjera más que en junio, y que el dato conocido esta semana fuera producto de ese comportamiento estacional. Cierto, pero a este respecto hay que decir que eso no siempre es así, por lo que, efectivamente, es probable que nuestros vecinos ya tocaron fondo. Hay indicios para pensarlo así. Desde abril de 1991, luego de que en marzo tocó fondo de su crisis de dos años, su crecimiento industrial ascendió continuamente ni más ni menos que durante casi 115 meses continuos. Pero en julio del año pasado y ya más definidamente en octubre la producción industrial empezó a desacelerarse, es decir, a crecer con tasas positivas pero cada vez menores. Y aunque las autoridades económicas y monetarias de Estados Unidos hicieron esfuerzos para frenar ese comportamiento (vaya que los hicieron), en marzo de este año la producción industrial ya no creció y registró tasas negativas, por cierto cada vez mayores. Lo nuevo, sí, lo nuevo de esta semana es precisamente que la tasa de julio fue menos negativa que la de junio, y que la producción del mes pasado fue mayor a la del mes anterior, lo que no ocurría desde hace nueve meses. Seguramente los analistas de la Secretaría de Hacienda ya lo vieron y lo comentaron por ahí, permitiendo que la vocera oficial declarara que el aparato productivo está a punto de tocar fondo, aunque su jefe, Francisco Gil, se mostró más parco sobre el particular, asegurando que no era experto en la economía estadunidense. Bueno, eso dice.
Por lo anterior y tratando de ser justos hay que reconocer que la vocera de Hacienda pudiera tener razón y que Gil se cuida bien con su ironía. Si los resultados de otros indicadores económicos de julio que se darán a conocer en estos días son congruentes con el de la producción industrial, y asimismo si en agosto se confirma este comportamiento, es decir, si la producción industrial registra una tasa menos negativa (por la profundidad de la caída es muy difícil que ya sea positiva), pudiéramos sospechar con más fundamento que ya se tocó fondo en Estados Unidos y que nosotros estaríamos a punto de hacerlo.
Esto, por cierto, sería distinto si la fortaleza del mercado interno fuera mayor y, en consecuencia, la influencia del ciclo económico estadunidense en el ciclo mexicano fuera menor. Pero por la depresión ya casi crónica de la capacidad adquisitiva de la población, y la compulsión irracional con la que éste y los anteriores gobiernos impulsan la apertura, lamentablemente esto no es así.