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México, D.F. sábado 18 de agosto de 2001
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Editorial
  
MACEDONIA: ¿PAZ O TREGUA EFIMERA?

SOLEntre el gobierno de Macedonia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), formado por macedonios albanófonos que se consideran albaneses y cuentan con el apoyo de Albania, se ha llegado a un acuerdo de paz, garantizado por la presencia de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que recogería las armas de los guerrilleros (o mejor dicho, las que estén dispuestos a entregar). La impresión que deja es terrible. Los mismos protagonistas del drama de Kosovo están presentes en Macedonia y no puede evitarse el recuerdo de su intervención en el agravamiento de la tensión interétnica en la zona. 

En primer lugar está la OTAN, el "brazo largo" de Estados Unidos en la zona, el ejército que responde a los intereses de Washington, compuesto por soldados europeos y pagado por los gobiernos de Europa. En vez de tropas neutrales, como las de Naciones Unidas (EU, dicho sea de paso, le debe a la ONU más de mil millones de dólares que se niega a pagar, paralizándola), se envían tropas que magnificaron la represión serbia en Kosovo, ayudaron a la guerrilla separatista proalbanesa, separaron a la región de Yugoslavia cambiando incluso su moneda por el marco, nombraron policías a los terroristas que bregaban por incorporarse a Albania bajo la tolerante ocupación de la OTAN y fomentaron así crímenes racistas contra serbios, búlgaros, gitanos y las expulsiones masivas de cientos de miles de personas. 

Está también el gobierno de Tirana que fomenta el sueño de la Gran Albania, o sea, la incorporación a su país de las minorías de lengua albanesa presentes en Serbia, Grecia y Macedonia, que sólo puede hacerse con violencia. Está igualmente la CIA, cuyo director general, Tenet, ha nacido en Albania y pretende rehacer el mapa de los Balcanes para aislar a Rusia, encerrar a Grecia, reforzar la presencia turca y dividir a los europeos.

Está también el nacionalismo racista, complicado con ingredientes religiosos: los eslavos son mayoritariamente cristianos ortodoxos y los albaneses mayoritariamente musulmanes. Ambas etnias se han masacrado entre sí por siglos, y por siglos los albaneses fueron soldados, funcionarios y recolectores de impuestos del opresor otomano de los eslavos, de modo que estimular ese nacionalismo o simplemente llamar "albaneses", como hace la prensa occidental, a los ciudadanos macedonios o yugoslavos albanófonos es irresponsable e incluso criminal. 

Para colmo, igual que en Kosovo, los dirigentes dispuestos a negociar con la otra parte (como era el kosovar Ibrahim Rugova o como es Ali Ahmeti, líder del ELN en el caso de Macedonia) fueron y son desbordados por los extremistas "duros" que sólo quieren la Gran Albania (o sea, el desmembramiento de los Estados donde son minoría). 

¿Cómo es posible entonces una paz verdadera si la OTAN inevitablemente va a atizar el fuego al adoptar, ante los macedonios, un sesgo pro albanés y los odios raciales y religiosos están lejos de haber sido sometidos? Los países que envían tropas ¿no han aprendido nada de su aventura yugoslava y de su papel en Kosovo? ¿Europa no puede tener una política diferente a la aplicada por EU, cuyo Congreso acaba de aprobar una ley prepotente y escandalosa que impide someter a juicio a soldados del Pentágono por parte del Tribunal Penal Internacional de La Haya, y que amenaza con invadir Holanda para, eventualmente, rescatarlos?

 
 

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