Ť El director indio retorna a México y se presentará tres noches en Bellas Artes
Realizamos un sueño: árabes e israelíes se abrazan en nuestros conciertos, señala Mehta
Ť Celebra aquí, con sus músicos, 40 años como director de la Filarmónica de Israel
Ť Interpretarán la Primera Sinfonía de Beethoven y la Quinta de Mahler, entre otras obras
PABLO ESPINOSA
La historia social de la Filarmónica de Israel abriga a su vez buena parte de la historia sentimental de su entorno: ''En la guerra y la paz -cuenta Zubin Mehta- nunca hemos dejado de amar la música, aun en medio de los conflictos más graves. Es nuestra ilusión que se repitan, cada vez con mayor frecuencia, las experiencias que hemos compartido en plena Intifada o bien cruzando la frontera de Líbano, en conciertos de lágrimas y gozo, al final de los cuales hemos visto a israelíes y árabes abrazándose, felices".
Entusiasmo entre bandos enemigos
Cuenta más Mehta: ''El año pasado, mi amigo Daniel Barenboim ofreció un recital de piano en la ciudad de Rabala, en plena Intifada. Yo asistí entre el público y no puedo describir tanto entusiasmo, tanto cariño entre personas supuestamente de bandos enemigos. Existe todo un programa de intercambio constante entre músicos árabes e israelíes, de hecho la próxima semana algunos de ellos darán un concierto conjunto en Tanglewood."
También entre el público brota una flor contraria al odio, narra el director titular de la Filarmónica de Israel:
''Hace un par de años ofrecimos un concierto en Israel para un público integrado por niños árabes e israelíes. Ignoro si estamos logrando mejorar la situación, pero lo que sí sé es que estamos realizando nuestro máximo esfuerzo, sobre todo en estos tiempos difíciles que vivimos nuevamente."
Es difícil que ocurra, pero sucede, se entusiasma el director de orquesta:
''En 1982, nuestra orquesta cruzó por vez primera la frontera de Líbano y allá interpretamos un concierto con gran éxito, tanto que entre el público había una tensión que se expresaba mediante lágrimas y gozo. Era conmovedor ver a los árabes abrazando a los músicos de Israel al final del concierto, conmovidos. En ese momento sentí que realizamos un sueño. Quizá esto resulte muy pequeño respecto de la violencia que vivimos hoy en día, pero es lo mejor que está en nuestras manos."
Zubin Mehta llegó la madrugada de este viernes a la ciudad de México en un avión repleto de músicos israelíes. Al igual que los integrantes del legendario grupo de rock progresivo King Crimson, los miembros de la Orquesta Filarmónica de Israel quedaron varados en Acapulco debido a la tromba que cayó sobre el aeropuerto de la ciudad de México la noche anterior. Desmañanados, los filarmónicos se quedaron durmiento en su hotel mientras su director, Zubin Mehta, encaraba a la prensa en la cafetería del Palacio de Bellas Artes. Fieles a los cánones, los roqueros de King Crimson, en cambio, cumplieron el ritual de no encarar a nadie, sino hasta que cayera la noche en el teatro Metropólitan armados de sus friprertrónicas maravillas con Robert Fripp y Adrian Belew al frente de un comando de goliardos.
Cita con la historia
Los filarmónicos israelíes, con el director indio Zubin Mehta, cumplirán -como dirían los clásicos- su cita con la historia a partir de esta noche en el Palacio de Bellas Artes, cuando brinden el primero de tres conciertos y el más apetecible para la mejor melomanía: la Primera Sinfonía de la melena de Beethoven y la Quinta de Mahler.
Un segundo concierto pondrá en los atriles, este domingo por la tarde, otra obra de El Sordo de Bonn (su Leonora 3), la Sinfonía de Cámara del dodecafónico Arnold Schoenberg y la novena, La Grande, de Schubert, para culminar esta breve pero intensa gira el lunes, con tres milagros tres: El mandarín milagroso, de Strauss, el Primer Concierto para Corno de Richard Strauss (hecho político notorio, pues al igual que a Wagner hay quienes suelen asociar a este autor con el fascismo hitleriano) y la bella Scherezada de Rimsky Korsakov.
De esta manera festejan sus 40 años de una relación definitiva. Este idilio entre Mehta y la Filarmónica de Israel se inició en 1961, aunque no fue sino hasta 1969 cuando formalizaron su status, con el nombramiento del músico indio como director titular de una de las diez mejores orquestas del mundo, la de Israel.