SABADO Ť 18 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Las crisis financieras acapararon la atención en las reuniones bilaterales y multilaterales

El tema de la paralización de las economías, constante en los trabajos del Grupo de Río

Ť En la Declaración de Santiago piden al G-8 realizar acciones para aliviar deudas externas

JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO

Santiago, 17 de agosto. Los mandatarios de los 19 países de América Latina y del Caribe que se reúnen en Santiago de Chile acordaron hoy adoptar en todos sus términos la Carta Democrática Interamericana de la OEA que se aprobará en septiembre próximo; fortalecer el Sistema Interamericano de los Derechos Humanos, proporcionándole todos los recursos para que funcione efectivamente; y respaldar la "promoción y protección" de las garantías y libertades fundamentales de los pueblos indígenas, así como sus usos y costumbres.

En materia económica, en tanto, se pronunciaron por impulsar un sistema de comercio libre de proteccionismo y sin barreras; "instar" al Grupo de los Ocho (las máximas economías mundiales) a convenir acciones que permitan el alivio de la deuda externa para aquellos países que así lo requieran y apoyarlos en sus programas contra la pobreza; permitir el desarrollo "libre y ordenado" de los flujos de capital que propicien un sistema financiero más estable, y celebrar en la ciudad mexicana de Monterrey, el próximo mes de marzo, la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo con el respaldo de las Naciones Unidas.

Respecto a este próximo encuentro en la capital del estado de Nuevo León, el documento firmado por los gobernantes latinoamericanos sostiene que "representará una oportunidad privilegiada para definir, desde la perspectiva del financiamiento, una nueva alianza mundial que apoye decididamente a los países en desarrollo".

El presidente de México, Vicente Fox Quesada, comentó sobre el punto: "vamos a reunir a todos los especialistas y líderes del mundo, pues me parece que será ocasión propicia para hablar sobre la estructura financiera que hace falta hoy en el mundo, bajo la premisa de que ya es el momento de empezar a impulsar el crecimiento del capital humano en nuestros países".

Fuerte dispositivo de seguridad

La 15 reunión cumbre del Grupo de Río inició este viernes sin mayores contratiempos, bajo un fuerte dispositivo de seguridad que se instaló en torno al Centro Cultural de la Estación Mapocho, donde se celebraron las sesiones de trabajo de los presidentes y jefes de Estado de los países miembros de este mecanismo permanente de consulta y concertación política regional.

De los 19 convocados, sólo faltaron los mandatarios de Panamá, Ecuador, Honduras y Guatemala (quienes enviaron a sus representantes), mientras que se contó con la asistencia del mexicano Fox Quesada; de Argentina, Fernando de la Rúa; de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; de Bolivia, Jorge Quiroga; Colombia, Andrés Pastrana; Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez; Perú, Alejandro Toledo; Venezuela, Hugo Chávez; Paraguay, Luis González Macchi; El Salvador, Francisco Flores; Guyana, Bharat Jagdeo; Nicaragua, Arnoldo Alemán, y por supuesto el anfitrión chileno, Ricardo Lagos.

En las reuniones bilaterales y multilaterales que se llevaron a cabo a lo largo del día, destacó la preocupación por la crisis económica que azota a la mayoría de las naciones latinoamericanas, agudizada por la "paralización" de los sistemas de producción y los crecientes niveles de pobreza y la escasez de recursos para atender los programas sociales que reclama la población. Y según las conclusiones que se conocieron en la Declaración de Santiago, de no atenderse esos problemas difícilmente se podrá fortalecer la democracia en estas naciones.

En tal sentido, se pronunciaron por la necesidad de orientar la integración ychile_rio_group cooperación económica regional hacia la atención de tres objetivos primordiales: la creación de empleos dignos y el acceso a la educación con calidad y servicios de salud integrales para los sectores más necesitados.

Por ello, subrayó el presidente Lagos en su discurso inaugural de la cumbre, en las negociaciones futuras para conformar el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) a partir del 2005, "debemos explorar en conjunto los temas nuevos de la agenda y coordinarnos para lograr beneficios equilibrados y equitativos en este acuerdo hemisférico que, sin duda, va a impactar nuestra forma de insertarnos en el proceso de la globalización".

Abundó en ese sentido que es compromiso de los gobernantes aquí reunidos "devolver a sus pueblos la confianza en la democracia. No podemos, ni debemos, ni queremos ir a la modernidad por el camino de la injusticia... un manejo económico serio y responsable de nuestras economías debería, en el corto y mediano plazos, rendir sus frutos y contribuir al aumento de la adhesión ciudadana a la democracia".

En el proceso de globalización, añadió Lagos Escobar, no se puede olvidar el compromiso y la obligación que "tenemos de ampliar los derechos de las personas, en particular de las más vulnerables, y de aplicar políticas públicas que lleguen a los que menos tienen".

De la mano de economías nacionales y regionales con este perfil, se debe procurar el desarrollo de nuestras democracias y el respeto a los derechos humanos, añadió el mandatario chileno, y advirtió que no se tolerará más violencia en el área latinoamericana: "que lo oigan todos, šque nadie piense que en la región un golpe de fuerza será legitimado por alguno de nosotros! šNadie lo va a legitimar!".

Sobre estas consideraciones, la Declaración de Santiago establece entre sus prioridades la adopción, por parte de los países del Grupo de Río, de la Carta Democrática Interamericana que la Organización de Estados Americanos (OEA) habrá de aprobar y emitir en su sesión extraordinaria que tendrá lugar en la ciudad de Lima, los próximos 10 y 11 de septiembre.

"Dicha carta deberá contemplar disposiciones que contribuyan significativamente al fortalecimiento de los mecanismos de preservación, defensa y consolidación de la democracia representativa en los países de la región; asimismo se deberá continuar profundizando la calidad de nuestra institucionalidad democrática, garantizando mediante normas una participación efectiva, ética y responsable de los ciudadanos en un marco de legalidad, conforme a los respectivos órdenes constitucionales, en el reconocimiento del aporte que efectúa toda la sociedad civil en los procesos democráticos de nuestros países", se estableció en el documento final de las sesiones de trabajo llevadas a cabo el día de hoy.

Los mandatarios se comprometieron a fortalecer el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos y en un apartado especial subrayan que dicho mecanismo deberá ser aplicado sobre todo en las comunidades indígenas.

El reclamo de los pueblos indios...

Al inicio de la jornada, destacó la presencia en la Estación Mapocho -antigua central ferroviaria, hoy acondicionada como un monumental centro de convenciones- de un grupo de representantes indígenas chilenos que en un documento dirigido al cónclave de gobernantes, advirtieron que a lo largo y ancho de todo el continente "los pueblos indios siguen siendo objeto de las más diversas formas de colonialismo, negación y usurpación de sus derechos... los Estados y gobiernos de América Latina siguen siendo uniformantes y totalizantes, lo que no permite la coexistencia cultural y el reconocimiento de la diversidad, toda vez que la mayoría de las constituciones políticas se fundan en ideologías y la doctrina de la negación".

En su reclamo, subrayaron que los indígenas siguen sufriendo la negación de sus derechos, la enajenación de sus tierras y territorios y en muchos casos son "víctimas de genocidio".

Exigieron reformas a los sistemas jurídicos constitucionales, en los que se les reconozcan sus derechos y libertades, y se les restituyan las facultades inherentes a los pueblos indígenas para el ejercicio del derecho a la autodeterminación, e hicieron un llamado a los gobiernos del Grupo de Río a buscar -coordinadamente con los pueblos- medidas "más adecuadas para la restitución de las tierras y los territorios de pertenencia ancestral y cultural de los indígenas".

Finalmente, manifestaron su "preocupación y alarma" por los acuerdos económicos multilaterales que se vienen adoptando en América y en el mundo, y que se asumen "sin tener en cuenta la situación de opresión política, marginación económica, falta de participación y negación de los derechos" que siguen padeciendo las comunidades indígenas y, en general, los sectores de población más pobres.