VIERNES Ť 17 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť El consumo de cocaína aumentó en el DF de 4% en 1986 a 39% en 1997

Las adicciones, problema grave de salud en México

CAROLINA GOMEZ MENA

Las adicciones en México se han convertido en un grave problema de salud, y aunado a ello la sociedad, la moda e incluso algunos medios de comunicación han dado la pauta para que la adicción a sustancias sea vista con naturalidad, particularmente entre los jóvenes, quienes al estar bajo el influjo de drogas ilícitas o del alcohol tienden a realizar conductas de riesgo como sostener relaciones sexuales sin ningún tipo de protección, señaló ayer Patricia Uribe Zúñiga, di-rectora general del Centro Nacional para la Prevención del VIH-Sida.

Subrayó que no sólo las drogas ilícitas inyectables son fuente de propagación del sida por contaminación de las jeringas, sino también las inhaladas o ingeridas y el consumo excesivo de alcohol, porque al estar bajo el influjo de estos enervantes las posibilidades de tener contactos sexuales eventuales y sin protección se incrementan entre 30 y 50 por ciento, lo que aumenta el riesgo en similares porcentajes de transmitir el VIH.

Durante la inauguración del Segundo Congreso Nacional de Especialistas en Adicciones, que terminará el sábado y es organizado por la publicación Liberaddictus junto con la Secretaría de Salud, Censida y los Centros de Integración Juvenil (CIJ), entre otros, agregó que la posibilidad de contagio se eleva cuando hay relaciones íntimas en esas descuidadas circunstancias, más aún si alrededor del 6 por ciento de estas personas que tienen relaciones motivadas por efecto de las drogas están infectadas con el virus.

A ello se suma que en esas condiciones se puede tener contacto con más de una persona y hay mayor propensión a realizar conductas de riesgo, como sexo anal u oral.

Por su parte, el doctor Agustín Vélez Ba-rajas, integrante del Consejo Nacional contra las Adicciones, tras resaltar que el control y disminución del consumo de enervantes, alcohol y tabaco es uno de los propósitos del Programa Nacional de Salud 2001-2006, remarcó que en promedio cada familia destina entre 5 y 7 por ciento de su presupuesto a la compra de alcohol y tabaco, de ahí la urgencia de implantar políticas saludables, entre ellas gravar con mayores impuestos estas sustancias.

Asimismo, indicó que sumados a los más de 400 mil adictos a los enervantes y los 13 millones de fumadores hay más de 3 millones de consumidores de alcohol, por lo que urge establecer políticas más efectivas para frenar estas conductas.

Cabe mencionar que en el ámbito nacional el consumo de cocaína aumentó de 0.33 por ciento en 1988 a 1.45 en 1998, en tanto que en la capital la prevalencia de consumo de esta droga pasó de 4 por ciento en 1986 a 39 en 1997. De igual forma el porcentaje de casos atendidos en los CIJ que utilizaron esta sustancia aumentó 3.8 veces entre 1990 y 1997, al pasar de 6 a 16 por ciento.

El doctor Víctor Manuel Guisa, director general de los CIJ, quien abordó la problemática del incremento de las adicciones en la frontera norte, dijo que la tendencia se ha elevado mientras el porcentaje de población que ha consumido estas drogas al menos una vez en la vida supera en casi 10 puntos el promedio nacional, de 5.27 por ciento.