JUEVES Ť 16 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť En septiembre se cumplen 10 años de su remodelación; en 2002, 50 años de vida
El Auditorio Nacional, de recinto deportivo a centro de espectáculos
Ť Ha sido sede de conciertos, óperas, exposiciones, congresos y hasta de actos políticos
Ť Ante la conmemoración, la disputa de CIE y En Vivo por las fechas y por Amaury Gutiérrez
JORGE CABALLERO
El próximo mes de septiembre se cumplen diez años de la remodelación del Auditorio Nacional; habría que decir que es la cuarta en sus casi 50 años de existencia y por lo tanto la celebración de los primeros diez años de la modernización de lo que fue en los finales de los años setenta y principios de los ochenta el principal recinto de música popular, donde coincidían los bajos precios para el público masivo, la calidad de sus producciones y el costo accesible para que los pequeños productores invirtieran en conciertos experimentales, que en muchos de los casos fueron todo un éxito, como los festivales de blues y las decenas de jornadas en solidaridad con diversas causas humanitarias y políticas. Ahora eso se ve lejano y según los nuevos directivos del Auditorio Nacional, contratar una fecha del nuevo recinto le cuesta a un empresario 130 mil pesos y las fechas se apartan mínimo con dos meses de anticipación.
Por este motivo se tienen programados varios actos para la conmemoración, como el concierto de Eugenia León para niños, la ópera Madame Butterfly, funciones de cine mudo con acompañamiento de la Orquesta Sinfónica Nacional y exposiciones individuales de fotografía y arquitectura. También se efectuarán conciertos de corte grueso que marcan el inicio de las hostilidades/competencia entre las dos principales empresas de espectáculos en directo en México: Corporativo Interamericano de Entretenimiento (CIE) y En Vivo (asociación formada por Grupo Televisa y Clear Channel Entertainment de Estados Unidos) que presentan cinco y cuatro conciertos, respectivamente, de características similares, para la celebración.
La primera astilla entre estas compañías la protagonizó la figura del cantante cubano Amaury Gutiérrez, que fue anunciado por En Vivo para su concierto Los Grandes de la Trova Cubana al lado de Francisco Céspedes y David Torrens, cuando Gutiérrez "tiene contrato exclusivo con CIE", quien lo presentará el 30 y 31 de agosto, 7 y 8 de septiembre en el restaurante Zipango. Los conciertos programados por CIE en el Auditorio Nacional son: El Potrillo Alejandro Fernández 3, 4, 6 y 7; Armando el Marco de la Libertad con la presencia de Armando Manzanero, Marco Antonio Muñiz y Tania Libertad el 15 (con verbena popular, sorteo de la lotería y pantallas gigantes para presenciar el Grito de Independencia); G3-2001 con los guitarristas Steve Vai, Joe Satriani y John Petrucci el 21; la legendaria banda Chicago el 26; y El Tri, el 29 de septiembre. La cartelera de En Vivo para ese mismo mes/inmueble la conforman: Tres grandes trovadores: Francisco Céspedes, David Torrens y Amaury Pérez (que entró al quite por su tocayo/paisano Gutiérrez), el 22; Celia Cruz y la orquesta de Johnny Pacheco para el 25; y Las tres grandes voces de América Latina: Eugenia León, Gal Costa y Soledad Bravo, el 28.
De recinto deportivo a centro de espectáculos
Pero sin lugar a dudas la gran/gran/gran celebración se realizará el próximo año, cuando se cumplan los 50 años de la creación del inmueble.
Corría el año 1948 cuando el entonces presidente de México Miguel Alemán Valdés inició la construcción del conjunto al que pertenece el Auditorio Nacional: Unidad Artística y Cultural del Bosque. Con el Campo Marte se puso en marcha el proyecto ideado con el fin de presentar al equipo ecuestre de México, triunfador en los Juegos Olímpicos de Londres. La totalidad del proyecto se abandonó por costoso y no fue hasta 1952 cuando se concluyó el campo de polo, del que se eliminaron las caballerizas y el granero.
En ese año ya se contaba con una sección de oficinas y se había terminado la estructura del que sería el Auditorio Nacional, con graderías de concreto. Sin estar totalmente terminado, el 25 de junio de 1952 se celebró en el Auditorio Nacional la 35 Convención Mundial de la Asociación Internacional de Leones.
Al siguiente año México fue designado sede de los Juegos Centroamericanos de 1954 y de los Juegos Panamericanos de 1955. El Comité Olímpico Nacional y la Organización del Deporte Panamericano propusieron acondicionar el Auditorio Nacional para que se llevaran a cabo en él algunas de las competencias deportivas.
Así el Auditorio Nacional fue construido a base de sólidas estructuras de hierro soldado que formaban claros de hasta una hectárea, con un frente de 100 metros por 140 metros de fondo. El aforo original fue de 20 mil personas. El costo total del conjunto fue de 64 millones de pesos y fue considerado como el sitio idóneo para la presentación de eventos artísticos y culturales, pues estaba constituido por la sala magna de espectáculos, dotada de un plafón de yeso acústico de 12 mil metros cuadrados para lograr una perfecta audición; un equipo de cine, vestíbulo, mezzanine y la Plaza Roja.
Inicialmente se le dio el nombre de Auditorio Municipal por depender del Departamento del Distrito Federal. En su primer informe al Congreso de la Unión, el 1Ɔ de septiembre de 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines manifestó que, por acuerdo de la Secretaría de Bienes Nacionales, el edificio pasaría a manos de la Secretaría de Educación Pública, la que se hizo cargo de su conclusión. A partir de entonces se le dio el nombre de Auditorio Nacional.
A principios de 1955 se concluyeron las obras y el 16 de julio de ese año dieron inicio las actividades musicales del recinto con un concierto de la Orquesta Sinfónica de la UNAM, dirigida por José Iturbi, interpretando la Quinta sinfonía de Beethoven.
Tres años más tarde, el 23 de noviembre de 1958, fue inaugurado el órgano monumental que, en aquel entonces, fue considerado el tercero más grandioso del mundo por la cantidad de voces con las que contaba. Este inmueble fue utilizado para la presentación de grandes óperas, conciertos, conjuntos corales, compañías de danza y otros espectáculos especiales, tanto nacionales como extranjeros; asimismo fue utilizado para competencias y exhibiciones deportivas, convenciones y exposiciones industriales. En 1958 se presentó El mensajero del Sol, alarde del teatro de masas donde intervinieron cerca de mil 500 actores. Otra presentación masiva ofrecida en el Auditorio Nacional fueron las Estampas de la Revolución, con tres mil participantes, que dieron origen al prestigiado Ballet Folklórico de México. También fueron célebres las exposiciones que en sus terrenos se llevaron a cabo. Sobresale la soviética denominada Ciencia, técnica y cultura de la URSS, la Expo Técnica Francesa y la de productos españoles. Asimismo, la Feria del Hogar, la Feria Industrial Japonesa y las ferias del automóvil.
A partir de su reinauguración
Actualmente el Auditorio Nacional es un inmueble federal administrado por un fideicomiso privado y autónomo. Su comité técnico es presidido por el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y en él participan cinco miembros representantes del sector cultural federal, cinco representantes del Gobierno del Distrito Federal e igual número de miembros de la iniciativa privada. En la época en que Rafael Tovar y de Teresa fue el titular del Conaculta se nombró un consejo técnico y de programación que no era convocado, por lo que la responsabilidad de la programación recaía en la gerencia.
El Auditorio Nacional ha sufrido varias remodelaciones. La más reciente, que transcurrió entre 1990 y 1991, fue integral. En efecto, se reacondicionaron los 10 mil metros cuadrados originales y se construyeron 20 mil metros cuadrados más. La obra estuvo a cargo del Departamento del Distrito Federal, tuvo una duración de 18 meses con una inversión de 65 mil millones de pesos (viejos). El proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Teodoro González de León, Premio Nacional de las Artes 1982, y Abraham Zabludovsky. La reinauguración del Auditorio Nacional se llevó a cabo el 6 de septiembre de 1991 con la presentación de la cantata escénica Carmina Burana, de Carl Orff, interpretada por la Compañía Nacional de Danza y dirigida por el maestro Ignacio Toscano, con la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes bajo la dirección del maestro Enrique Barrios.
Los récords implantados en el Auditorio son: la cantante Fey, con 10 presentaciones; Disney on Ice presentando Toy Story, 72 presentaciones, y David Copperfield, 13 funciones en 1997; Timbiriche con 20 y Luis Miguel 21 en 1998.
Las principales compañías arrendatarias del inmueble son: Cenit Espectáculos, Erre Ele, Joy Time Entertainment, Ocesa Presenta, Rac Producciones, Show Time y ahora En Vivo.