Ť Sin respaldo de países en desarrollo, dice EU
"Revolución contra la globalización", anticipan para la asamblea FMI-BM
AP Y AFP
Washington,13 de agosto. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han retrocedido frente a los preparativos populares contra la asamblea anual del próximo mes, pero están lejos de imaginar lo que ocurrirá en las calles de Washington, advirtieron este lunes los organizadores de las protestas callejeras para la ocasión.
"Estamos preparando la mayor manifestación popular que se ha realizado en Estados Unidos", dijo Brian Becker, codirector del Centro para la Acción Internacional, uno de los grupos líderes. "Esta es una revolución contra la globalización", sostuvo.
Pero Robert Zoellick, representante comercial de Estados Unidos, indicó que los manifestantes no ganarán la lucha política en los países en desarrollo, que esperan ansiosos la ayuda exterior para combatir el hambre y mejorar sus condiciones de vida, y señaló que no ve ningún apoyo en los países en desarrollo para esas manifestaciones.
Becker y otros organizadores de las protestas contra la globalización anunciaron en una rueda de prensa cuál será su estrategia de movilizaciones durante la asamblea anual del FMI y el BM, a celebrarse los días 29 y 30 de septiembre. Sin embargo, se mostraron cautelosos en cuanto anticipar cuántas personas se sumarán a las protestas.
En un principio se había planeado que la asamblea de ambas entidades financieras internacionesl se efectuara del 28 de septiembre al 4 de octubre, pero tras los violentos disturbios que se suscitaron en la pasada cumbre del Grupo de los Siete países más industrializados más Rusia, el Grupo de los Ocho, se redujo el tiempo.
Se informó, no obstante, que la decisión fue adoptada en aras de crear los menores problemas posibles a la población de Washington.
En Roma, Danielle Miterrand pidió que no se traslade la cumbre del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), programada para noviembre en la capital italiana, a otro país, como lo propuso el gobierno del primer ministro, el magnate derechista Silvio Berlusconi, tras los violentos disturbios ocurrido durante la cumbre del G-8 en Génova, el mes pasado. Mitterrand aseveró que ello significaría trasladar el problema, no resolverlo.