Lunes en la Ciencia, 13 de agosto del 2001
Beneficios de convertirse en usuarios activos del conocimiento ƑExisten nexos entre ciencia y sociedad? Gustavo Viniegra González Ahora, mucho más que antes, "saber hacer es tener poder" y esto se refleja en la correlación entre obtener patentes internacionales y el nivel de competencia mundial. Los países cuyos ciudadanos no obtienen más de 40 patentes al año en registros internacionales, como los del "US Patent Service" o de la Comunidad Económica Europea, son naciones excluidas de esas redes y comprenden 84 por ciento de la población mundial, incluyendo a América Latina. En el 16 por ciento restante se incluye a EU, Canadá, la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Australia, Nueva Zelanda e Israel. El factor común de los países incluidos en el avance técnico mundial es la presencia de nexos o puentes entre las instituciones científicas locales y las empresas dedicadas a proporcionar bienes y servicios, sean públicas o privadas. Los países ex socialistas como Rusia y Ucrania tenían fuertes nexos entre la ciencia y la sociedad, pero al privatizar la economía los destruyeron. Siguen con un alto nivel científico, pero sin transferirlo a las necesidades de la sociedad. En América Latina, sobre todo en Argentina, Brasil, Chile y México, hay un visible avance científico pero, desde la Colonia, se careció de esos nexos. El resultado: un subcontinente atrasado con escasa habilidad para competir en los mercados mundiales. Dedicado cada vez más a la industria maquiladora o a la producción de materias primas bajo condiciones desventajosas. España y Portugal estuvieron atrasadas en este campo por cerca de dos siglos y medio. Pero, merced a su avance técnico y comercial, han estado comprando compañías telefónicas, bancarias y aeronáuticas de América Latina. Y las grandes empresas familiares de América Latina se han refugiado en la especulación financiera, sin soporte técnico propio, reducidas a ser empleadas de las empresas internacionales, como es el caso de estos rubros ampliamente citados por la prensa local e internacional. Hay campos de innovación científica en los que destacan investigadores de América Latina, como la informática y la biotecnología. Pero, si bien les va, su papel queda reducido a publicar artículos científicos en revistas internacionales, sin tener contrapartes locales para transferir sus conocimientos a la sociedad. Entre los empresarios de esta región, existe la ignorancia casi completa del ciclo de la innovación tecnológica. Muchos viven en la fantasía que consiste en comprar computadoras y programas de última moda y entrenar a técnicos locales para que utilicen los manuales para aplicarlos. Eso se llama, transferencia o aprendizaje pasivos (learning by using) En cambio, los países asiáticos están dedicados al aprendizaje activo (learning by doing) Por ejemplo, en India, algunas empresas con mucho capital como: Hindustan Antibiotics, el grupo Reliance o la empresa Biocon; están comprando e instalando empresas tecnológicas para aprender activamente la biotecnología de producción de antibióticos y enzimas, empleando científicos indios de alto nivel y ganando terreno a las empresas europeas, japonesas o estadunidense. Aquí, grandes empresas como: el grupo Desc, Cydsa, las cerveceras, Maseca, Bimbo y otras; han estado dudando, durante más de 20 años, si les conviene o no invertir en biotecnología para competir en el mercado mundial y más bien se han decidido comprar y vender acciones para actuar como subsidiarias del capital internacional. A corto plazo, han ganado mucho dinero. Pero, a largo plazo, su posición como usuarios pasivos de la tecnología los conducirá a tener que vender sus acciones. ƑNo sería mejor pasar a ser usuarios activos del conocimiento que ser los sirvientes eternos del capital internacional? Este debe ser un tema de reflexión para la nueva administración del Conacyt, que deberá promover los nexos faltantes entre la ciencia y la sociedad. El autor es profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa
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