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México, D.F. sábado 11 de agosto de 2001
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Editorial
 
¿QUIEN PODRA DESARROLLAR LA BANCA DE DESARROLLO?

SOLLa Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) acaba de publicar su evaluación sobre el desempeño de la llamada banca de desarrollo --formada por Nafin, Banobras, Bancomext, Banrural, Banjército y Fina-- en el primer trimestre de este año. El cuadro clínico del agente financiero del gobierno, que está financiando con 257 millones de pesos sobre una cartera crediticia total de 402 millones, es realmente alarmante. Los activos de la banca de fomento ascienden a poco más de 494 mil millones de pesos, pero sus pasivos superan los 465 mil millones y son más de 16 veces mayores que el capital contable de 28 mil 762.8 millones de pesos, lo que coloca a esa banca en situación de extrema fragilidad.

Para colmo, su cartera vencida sigue creciendo. Con respecto al primer trimestre del año pasado, lo hizo en más de 10 por ciento, pues pasó de 10 mil 881.4 millones a 11 mil 282.7 millones, con cerca de 3 mil 914 millones de pesos de créditos que son considerados irrecuperables. Además, crecen las pérdidas, ya en 2000 ascendieron a 126 mil 207 millones y en el mismo periodo de este año (el primer trimestre) llegaron a 225 mil 603 millones, o sea, casi 80 por ciento más.

Inmersa en esta crisis aguda, la banca de desarrollo también ha dejado de cumplir con su papel económico y social, ya que, según el Banco de México, dada la parálisis de la banca comercial en el sector crediticio, 53.3 por ciento de las empresas recurren a un crédito particular, el de sus proveedores, que se ven obligados a soportar fuertes retardos en los pagos mientras la banca de fomento aporta sólo 2.2 de los créditos (los bancos extranjeros representan mucho más del doble de ese porcentaje, o sea, 5.6 por ciento de los créditos).

La pérdida de su función y el peligro en que se encuentra el agente financiero gubernamental debería haber llevado desde hace años a auditorías en todas las instituciones del sector, para aclarar las eventuales responsabilidades de sus directivos y separar lo que podría ser resultante de errores de lo que corresponde a ineptitud, o incluso a maniobras dolosas. 

Esa tarea resulta obligatoria por una necesidad de transparencia política en la utilización de los fondos del contribuyente, sobre todo conociendo la trayectoria de Oscar Espinosa Villareal en Nacional Financiera y las maniobras realizadas con fondos de ésta para favorecer a la familia del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Aún se está a tiempo para un saneamiento financiero y moral de un sector bancario que debería promover el desarrollo, sobre todo el del explosivo --y estratégico-- sector rural. 

Veremos si hay voluntad de desarrollar la banca de desarrollo para que cumpla realmente el papel social que tiene asignado.
 

 

La Jornada, Coordinación de Sistemas Francisco Petrarca 118, Col. Chapultepec Morales, delegación Miguel Hidalgo México D.F. C.P. 11570 Teléfono (525) 262-43-00, FAX (525) 262-43-56 y 262-43-54