Miguel Concha
Acontecimientos mediáticos significativos
l pasado miércoles terminó en Providence, capital del estado de Rhode Island, en Nueva Inglaterra, el Capítulo General de los dominicos. El próximo tendrá lugar en Cracovia, Polonia, a mediados de 2004. El anterior, en el que se impulsó por primera vez a nivel de toda la orden la comunicación y predicación por Internet, tuvo lugar en Bolonia en 1998. Aprovechando los recursos tecnológicos con los que se cuenta en esta parte del globo, una gran mayoría de los dominicos y dominicas en el mundo (alrededor de 2 mil monjas, 6 mil frailes, 40 mil religiosas de vida activa y 100 mil laicos) pudieron ahora seguirlo por Internet en los 101 países en los que los dominicos están presentes. En efecto, desde dos meses antes de que comenzaran los trabajos, se abrió un nuevo espacio virtual para este propósito, cuya dirección electrónica fue comunicada a todas las páginas web con las que ya cuentan en los cinco continentes. En él se previó comunicar documentos, transmitir fotografías, dar cuenta de lo que producían los medios, informar sobre el trabajo de las comisiones y asambleas, reproducir homilías, enviar crónicas, hacer audio-entrevistas, e incluso reproducir videos. Más de 65 mil dominicos y dominicas visitaron este sitio en los 31 días que duró el Capítulo, y pudieron además expresar sus sentimientos e inquietudes en el espacio para huéspedes que con este objetivo también se estableció. Dos semanas antes del 10 de julio, un promedio diario de 300 de ellos visitaban ya este sitio, y el día de la elección del nuevo maestro de la orden fueron 5 mil, los que con todo detalle se informaron cabalmente por este medio. Desde entonces un promedio de mil 500 dominicos y dominicas estaba diariamente en contacto con este Capítulo.
De esta manera no únicamente pudieron estar al tanto casi en tiempo real de lo que se estaba discutiendo, y de las preocupaciones y modos de pensar de los participantes, sino también captar algunas características del ambiente. Ha sido quizás el primer Capítulo General electivo de una orden religiosa en la Iglesia católica que utilizó en forma tan eficiente este medio para abrir la comunicación inmediata con sus miembros. Con razón los dominicos acaban de decidir entre algunas de sus deliberaciones seguir pidiendo a los superiores que animen a sus religiosos en el uso de la Internet, y que capaciten a algunos en los aspectos técnicos de la confección de una página web. Les recomiendan también el designar de tiempo completo a algunos para crear y animar su sitio de Internet ágil que tenga como objetivo la información, la predicación, la formación y el diálogo con los internautas, como ya lo hacen varias de las provincias en el mundo.
Como se había previsto, la insistencia sobre una predicación viva, profundamente arraigada en las fuentes cristianas, que ofrezca elementos racionales de respuesta a los graves interrogantes de un mundo plural, desigual y violento como el de nuestros días, para contribuir a su humanización sobre la base de un estudio multidisciplinar y comprometido, y en una vida animada por el cultivo religioso del espíritu, fueron algunas de las principales conclusiones de este Capítulo.
"El desarrollo histórico actual -dicen en uno de sus documentos finales- ha sido ambivalente. Por una parte los derechos humanos han sido clarificados como nunca antes, y los avances técnicos y médicos han hecho mucho por reducir el trabajo y el sufrimiento físico inútil. Pero por sus reduccionismos teóricos y muchos de sus desarrollos políticos y sociales, particularmente aquellos que privan de sus derechos humanos a grupos enteros de personas, los dos últimos siglos han intensificado la duda acerca de uno mismo, que nunca estuvo lejos de la vida humana, dejando una herencia que también caracteriza el principio de nuestro siglo". "Percibiendo la trepidación de nuestros tiempos -se añade-, particularmente sobre nuestra capacidad para la verdad, y sintiendo como propia la multiforme humillación de la vida humana, pero llevando al mundo la confianza del Evangelio, junto con su concomitante exigencia de justicia y paz, el estudio dominicano debe estar marcado tanto por un hábito de humildad, como por la confianza en la misión consoladora de la Iglesia, defendiendo la dignidad proclamada de la creación y la redención, y ayudando a hacer creíble la fe en nuestro tiempo". Ť