Ť La explosión, horas antes de la visita de Berlusconi
Atentado dinamitero en el Palacio de Justicia de Venecia
Ť Secuela a las protestas antiglobalización, dicen políticos
DPA Y REUTERS
Venecia, 9 de agosto. La explosión de una bomba en el Palacio de Justicia de Venecia, en el centro histórico de la ciudad, dejó numerosos daños materiales y despertó los temores de los políticos italianos que interpretaron el ataque como una secuela a las protestas contra la cumbre del G-8 que se celebró el mes pasado en el puerto italiano de Génova.
La explosión ocurrió 12 horas antes de que el primer ministro Silvio Berlusconi realizara una visita programada a ese mismo recinto.
"Hay una escalada de violencia que preocupa", afirmó Berlusconi, quien reveló además que tanto él como el ministro del Interior, Claudio Scajola, y altos representantes de la izquierda recibieron cartas de amenaza que contenían balas de revólver.
Tras los serios disturbios registrados el mes pasado al margen de la cumbre del Grupo de los Ocho en Génova, "muchos no quieren que este país se tranquilice", dijo por su parte el vicealcalde de Venecia, Gianfranco Bettin, y señaló: "es un duro ataque contra la democracia".
La explosión tuvo lugar a las 3:30 de la mañana local en el Palacio Camerlenghi, una construcción renacentistas del siglo XVI, que no dejó víctimas, aunque dos guardias del edificio sufrieron una fuerte conmoción. La detonación provocó el derrumbe de uno de los muros del edificio, al tiempo que se rompieron varias ventanas en un amplio radio. Además, cayeron piedras de las fachadas y la explosión provocó un cráter de un metro de profundidad.
Aunque hasta el momento nadie se ha responsabilizado del hecho, las autoridades suponen que el atentado fue perpetrado por extremistas. En la madrugada del pasado 10 de abril, radicales izquiedistas colocaron una bomba en el centro histórico de Roma, en las inmediacioens de la Plaza del Popolo. El ataque fue reinvidicado entonces por un grupo llamado "Iniciativa Revolucionaria Proletaria".
Por otro lado, Italia enfrentó este jueves crecientes presiones diplomáticas de Estados Unidos y Austria como consecuencia del trato que se dio a los manifestantes durante la cumbre del G-8.
Washington expresó el miércoles que recurrió a la vía diplomática oficial para manifestar su preocupación sobre el terato a tres ciudadanos estadunidenses que resultaron heridos durante los arreestos posterioreos a las protestas masivas durante la reunión del G-8. Asimismo, esta semana el presidente de Austria, Thomas Klestil, instó a su contraparte italiano a liberar con prontitud a 16 austriacos que fueron arrestados durante los disturbios en Génova.