viernes Ť 10 Ť agosto Ť 2001
Silvia Gómez Tagle
ƑDónde quedaron los ciudadanos?
Las elecciones de Tabasco, Aguascalientes y Oaxaca apuntan tendencias que merecen una reflexión cuidadosa, sobre todo en relación con el papel de los ciudadanos en la consolidación de los cambios políticos que, muchos esperábamos, se dieran después de la alternancia en la Presidencia de la República. Hoy, cuando muchos de los mecanismos que permitían al PRI reproducirse con el apoyo del poder federal, Ƒqué pasa con los partidos... por qué los electores dan la espalda a las elecciones?
El PRI también obtuvo triunfos importantes el domingo pasado. En Oaxaca en elecciones intermedias ganó la mayoría relativa en un escenario de oposición dividida en el que el PAN obtuvo alrededor de 21 por ciento y el PRD 20 por ciento. En Aguascalientes, también con cifras preliminares aproximadas, el PAN conservó 48 por ciento de los votos y ganó la capital, pero el PRI ganó once alcaldías y 38 por ciento de la votación; mientras el PRD como el PT quedaron muy rezagados en las preferencias electorales (7 y 5 por ciento, respectivamente).
Los datos preliminares no permiten hacer un análisis más fino de la distribución de los votos, pero las tendencias son similares a las de elecciones anteriores; el voto urbano en general se inclina por el PAN; el PRI conserva bastiones rurales y se fortalece en algunas ciudades; y el PRD, salvo la elección de Zacatecas, pierde terreno tanto urbano como rural.
El abstencionismo empieza a ser un problema alarmante en los dos estados donde hubo elecciones legislativas y municipales: Aguascalientes 60 por ciento, Oaxaca 70 por ciento. Tabasco parece tener 40 por ciento de abstencionismo, lo cual también resulta elevado, si se considera que fue una elección para gobernador, extraordinaria y muy competida.
Cada uno de estos procesos merece un análisis especial: en Aguascalientes, que es una entidad fundamentalmente urbana, por la inexistencia de opciones políticas de izquierda; en Oaxaca, que es principalmente rural e indígena, por el renovado predominio del PRI, a pesar de que estos sectores se mantienen en condiciones de extrema pobreza y marginación, y de que ese partido acaba de impulsar una ley fuertemente cuestionada por estos pueblos. ƑQué tanto peso tuvieron en el resultado los mecanismos de compra y coacción del voto y la falta de equidad en el proceso electoral?
Pero la elección por la gubernatura de Tabasco ha sido la más cuestionada, porque es la que más interesa a los principales partidos: PRI y PRD; porque en octubre del año pasado fue anulada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial, porque representa una oportunidad para que estos dos partidos y los dirigentes que están detrás de los candidatos que participaron en la contienda (Roberto Madrazo por el PRI y Andrés Manuel López Obrador por el PRD) conquisten posiciones en prestigio e influencia nacional; y en el caso de Madrazo, ex gobernador de Tabasco, le es muy importante protegerse de cualquier posible indagación sobre su gestión de gobierno.
En Tabasco la diferencia en el resultado entre la elección de octubre de 2000 y la actual parece indicar que el swing (traslado de votos) se ha producido entre el PAN y el PRI (PAN: 56 mil 463 votos en octubre y sólo 13 mil 883 en agosto). El año pasado, tanto en la elección local como en la federal, Acción Nacional había ganado espacio, fundamentalmente en la ciudad de Villahermosa, así que los votos que transfirió al PRI, si ése fue el caso, deben haber sido sobre todo urbanos. El PRD, por su parte, ha mantenido desde hace casi doce años su territorio, principalmente rural, pero avanzó poco en los espacios urbanos.
Resulta una exageración interpretar el swing o traslado de votos de un partido a otro como una negociación entre partidos; una alianza entre el PAN y el PRD podría haber dado más oportunidades de éxito a este último, pero también es cierto que cuando los votantes no están conformes con las alianzas que hace su partido pueden decidir abandonarlo. Independientemente de las negociaciones de las cúpulas partidarias, el problema que plantean estas elecciones es analizar la relación entre los partidos y los ciudadanos para entender su significado en el proceso de consolidación de una serie de cambios que algunos esperamos permitan consolidar la democracia.
Pero más allá de los intereses de los líderes y de los partidos, están los ciudadanos, Ƒqué pasa en el imaginario político de los mexicanos que son convocados a votar en una elección local? ƑLes resultan indiferentes, están cansados de los vanos ofrecimientos y de los inútiles conflictos que se prolongan por años y años, sin ningún resultado práctico? O lo que es peor: después de conocer la alternancia, a un año de que triunfara Fox en la elección presidencial y con diversas experiencias de gobiernos locales de otros partidos distintos al PRI, han llegado a la conclusión de que da lo mismo que gobierne uno u otro partido.