JUEVES Ť 9 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Urge Suárez Inda a desaparecer las excepciones fiscales a grandes capitales

Exhorta prelado a no gravar medicinas y alimentos

JOSE ANTONIO ROMAN

Aun cuando se reconoce la necesidad de una reforma hacendaria orientada a distribuir mejor el ingreso, combatir la pobreza e impulsar el desarrollo económico del país, gravar el consumo de alimentos y medicinas implica un "grave riesgo" para los sectores sociales más desprotegidos, consideró el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda.

Exhortó a los legisladores a buscar otras alternativas a fin de que el gobierno obtenga los recursos necesarios para destinarlos al gasto social. "Contribuir a través del pago de impuestos es una obligación que todos tenemos si deseamos que el Estado cumpla con sus responsabilidades sociales", dijo el prelado en instrucción pastoral publicada por el semanario Comunidad cristiana.

Suárez Inda también criticó severamente a aquellos ciudadanos y empresas que tienen como práctica común la evasión de sus impuestos. "Los mexicanos a veces somos muy tramposos y así no se puede cambiar el país. Debemos ser honestos y no evadir el fisco para que no se afecten cuestiones como el aumento de los precios en los medicamentos", dijo el arzobispo, quien en este caso pidió al gobierno reducir el margen de ganancia de farmacias y laboratorios.

Al igual que lo hiciera hace unos meses la Conferencia del Episcopado Mexicano, el arzobispo de Morelia comentó que si de verdad se quiere combatir la pobreza será necesario aplicar otras políticas, a corto y largo plazos, que vayan encaminadas directamente a abatir las causas estructurales de la pobreza: atender más y mejor la educación, en todos los niveles, impulsar la capacitación para el trabajo, incrementar los salarios y promover proyectos productivos especialmente en las regiones más deprimidas; en todos estos rubros los empresarios tienen un gran compromiso y una grave responsabilidad de contribuir a la creación de empleos y al desarrollo económico de México.

Dijo que si bien los obispos saben que no es parte de su ministerio ofrecer soluciones técnicas a los problemas sociales y económicos del país, sí lo es el hacer explícita, a través de su palabra, la dimensión social del Evangelio, más aún tratándose de un asunto, como lo es éste, que atañe al bien común y que afecta a la gran mayoría del pueblo.

Estimó que con la supresión de la llamada tasa cero, que se venía aplicando a alimentos y medicinas, es evidente que las familias de escasos recursos se verán afectadas, ya que tendrían que pagar más en la compra de alimentos y medicinas. Esta situación se complicaría todavía más si se grava al sector educativo con la imposición del IVA a colegiaturas y libros, en un país que como México enfrenta un gran rezago en esa materia.

El arzobispo Suárez Inda coincidió con el gobierno federal en el sentido de que es necesario ampliar el número de contribuyentes, evitando la evasión fiscal, pero también urgió a desaparecer las excepciones, en caso muy particular de los que gozan actualmente los grandes capitales, sobre todo los de carácter especulativo. Sin embargo, recordó que de nada vale recaudar más impuestos si no se tiene también una política gubernamental austera, que utilice los recursos de manera eficiente.

Hay que recordar que en su declaración de abril pasado, el Consejo de Presidencia del Episcopado Mexicano lanzó un llamado a los diputados y senadores para que revisaran el problema de la deuda tanto externa como interna, que es la "verdadera causa de que el gobierno carezca de fondos para el gasto público y de que el pueblo, por generaciones, tenga que pagar los abusos y el mal manejo de la economía durante los últimos decenios. Las recurrentes devaluaciones de nuestra moneda han sido otras tantas tributaciones que el pueblo de México ha tenido que hacer. Los rescates bancarios y carreteros son otras cargas injustas que indebidamente ha tenido que pagar el pueblo".