JUEVES Ť 9 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Marchas a Sagarpa y la Plaza de la Constitución en el aniversario del natalicio de Zapata
Globalicemos la lucha y la esperanza, expresan organizaciones campesinas en el Zócalo capitalino
Ť Vivas a Sandino, Bolívar y el Che; solidaridad de organizaciones latinoamericanas
ROSA ROJAS
''Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza'', es la nueva consigna que apareció ayer en el aniversario del nacimiento de Emiliano Zapata, durante las movilizaciones que marcan la reconstitución de un movimiento campesino mexicano que desde las reformas salinistas al 27 constitucional había quedado descoyuntado.
En el Monumento a la Revolución se dieron cita unos cinco mil integrantes de diversas organizaciones, que luego de un mitin se dividieron en dos columnas: unos dos mil marcharon hacia las instalaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), donde ya estaban reunidos otros contingentes de hombres y mujeres del campo. El resto, incluidos unos 500 delegados de movimientos campesinos e indígenas de 20 países de América Latina, caminaron hasta el Zócalo, donde realizaron otro mitin frente a Palacio Nacional.
El ya clásico grito ''Zapata vive, la lucha sigue'', se mezcló ahora con vivas a Sandino, a Bolívar, al Che, a la organización latinoamericana de campesinos, a los gritos de por un Brasil sin latifundios, por reforma agraria en Argentina, no más dictaduras en Perú, contra el Plan Colombia, de denuncia contra el bloqueo estadunidense a Cuba y los transgénicos en Chile.
Críticas a la OMC
Fueron reiteradas las demandas por un mundo con justicia para los campesinos; por una agricultura fuera de la Organización Mundial de Comercio, ''porque los alimentos son para darle de comer a la gente y no para especular''; en contra del neoliberalismo, que ha significado la miseria para millones de trabajadores del campo; la exigencia de que se destine más presupuesto al agro; de expulsar a las multinacionales que imponen cultivos con semillas transgénicas, y en rechazo a la reforma constitucional en materia de derechos y cultura indígenas ''porque no garantiza los derechos de los pueblos indios''. La marcha llegó a la puerta principal de Palacio Nacional.
En el Monumento a la Revolución, Francisco Jiménez Pablo, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Campesino Regional Independiente (Mocri de Chiapas), afirmó que el movimiento se unifica ''para hacerle frente al continuismo de la política neoliberal y excluyente del PRI'', que ha retomado el gobierno de Vicente Fox, y para exigirle a éste un programa emergente para el campo mexicano y una reforma fiscal que no cargue más los impuestos a las clases campesinas.
La indígena boliviana Silvia Lasarte, de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC, que inició ayer su congreso en esta ciudad), subrayó la necesidad de globalizar las luchas frente a las políticas neoliberales que están afectando más a las mujeres campesinas. ''Estamos aquí para unificar la lucha y decir ya basta al neoliberalismo, defender el derecho a la vida, a la tierra, a la soberanía alimentaria'', aseveró.
Ejidio Romero, de Brasil, recordó que a lo largo del continente miles de hombres y mujeres están resistiendo en las cárceles por exigir la reforma agraria. ''No hay otra alternativa que aumentar el nivel de unidad, de articulación, la capacidad de luchas concretas contra el modelo. Los que creen que pueden resolver el problema aislados, están derrotando la lucha''. Afirmó que las semillas son patrimonio de los campesinos, de la humanidad, y no debe permitirse que multinacionales como Monsanto las estén modificando.
Ramón Danzós, de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC); Ignacio Iris, de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (Coduc); Alberto Gómez, de la Unión de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (Unorca), subrayaron la falta de respuesta del gobierno de Fox para discutir con los campesinos el futuro del agro.
Danzós afirmó que Fox ''responde a los intereses de los grandes propietarios del campo, como el titular de la Sagarpa, quien con su familia posee 18 ranchos en Guanajuato. Usabiaga dice que no hay crisis en el país, porque él es un gran exportador y explotador de mujeres y niños en sus ranchos. Vamos a hacer que el gobierno nos vea y nos oiga.''
Gómez, por su parte, subrayó que el movimiento campesino nacional se está reconstituyendo y que ahora los asuntos del campo mexicano lo son también de Latinoamérica y del mundo. ''No estamos contra el gobierno, estamos a favor de nosotros'', añadió.
Enfatizó la exigencia de que se destine 12 por ciento del presupuesto al campo; se reforme el artículo 27 constitucional para que las sociedades mercantiles no tengan acceso a la tierra; elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación; revisar los acuerdos comerciales sobre biodiversidad, y que se discuta un acuerdo nacional para el campo mexicano ''donde debatamos el futuro con todos los actores y signifique responsabilidades para el gobierno.''
Florentina Santiago, de las organizaciones indígenas residentes en el DF, integrantes del Congreso Nacional Indígena, leyó una carta dirigida al presidente Fox en la que se expresa el ''rotundo rechazo a la contrarreforma constitucional indígena aprobada por el Congreso de la Unión en contra de la opinión expresada por nuestros pueblos y organizaciones.''
En la misiva, solicitan a Fox que en uso de sus facultades ''rechace la reforma aprobada y de esta forma sea regresada a la Cámara de origen para su revisión por ser contraria a los pueblos indígenas y una burda burla a nuestras aspiraciones.'' Firman también la Unión de Comunidades Indígenas de Jalisco, Instancia Consultiva Mexicana para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Ce-Acatla, Escritores en Lenguas Indígenas, Maíz, entre otras.
Lourdes Huanga, de la Confederación Campesina del Perú; María Elena Sequeira, de la Asociación de Trabajadores del Campo de Nicaragua; Joao Pedro Stedile, del Movimiento de los Sin Tierra, de Brasil, y Lina Mongaro, de la Unorca, retomaron los llamados para formar un frente amplio de los campesinos de Latinoamérica.
''Frente a esta puerta, por la que Zapata y Villa entraron con sus caballos y destronaron a la oligarquía mexicana'', dijo Stedile, los campesinos de América Latina ''aunque tardamos casi 90 años para lograr la unidad, queremos lanzar aquí un compromiso: decirle a Zapata que todavía la esperanza de que la tierra sólo puede ser del que la trabaja no se ha cumplido, a excepción de Cuba... pero los campesinos también vivimos... y no le tenemos miedo a esos gobiernos de mierda.''
La democracia, dijo, ''no se hace con cédulas ni planillas de votación. El pueblo debe tener democracia, tierra, trabajo, escuela... sólo la fuerza del pueblo organizado puede hacer los cambios.'' Pidió a los presentes que, con la mano izquierda en alto, asumieran el compromiso de ocupar todos los latifundios, botar de sus países a las multinacionales, no aceptar la semilla transgénica y respetar la naturaleza ''para que en cada uno de nuestros países el pueblo tenga tierra y tenga el poder popular''.