MARTES Ť 7 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Sin legislación, los cambios quedarán en el papel, dice
Necesaria, una ley de igualdad de oportunidades: titular de Inmujer
CAROLINA GOMEZ MENA
Pese a que en México la Constitución reconoce la igualdad entre hombre y mujer -artículo cuarto-, histórica y culturalemente el sector femenil ha sido violentado y situado en un lugar de desventaja, pues el reconocimiento a sus derechos humanos sólo se ha quedado en el papel.
Ante esto es necesario contar ya con una "ley de igualdad de oportunidades", informó Patricia Espinosa Torres, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujer), organismo que por lo pronto diseña un programa para impulsar la igualdad de oportunidades.
En conferencia de prensa, la funcionaria detalló que aunque el primer paso para lograr la equidad de género es contar con el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y la No Discriminación contra las Mujeres, también lo es tener un marco legal que obligue a que las propuestas allí vertidas.
Tras reconocer la complejidad que implica establecer una normatividad de esta índole, por la resistencia de algunos sectores machistas, Espinosa Torres indicó que los principales ejes que sustentarán el Programa Nacional de Inmujer son salud, educación, seguridad laboral, pobreza y ejercicio del poder.
Anunció la realización de 52 foros de aquí hasta poco antes del 17 de octubre, fecha en que se prevé presentar el citado programa.
Por lo pronto, hoy tendrá lugar el Foro Social y Humano, que estará presidido por José Sarukhán, comisionado de desarrollo social y humano de la Presidencia.
Tras dejar en claro que "la igualdad de género o la ausencia de ella es un indicador muy confiable para medir el desarrollo de una nación", y que "no se puede hablar de una sociedad plenamente democrática" si en ella persiste la discriminación por género, la ex legisladora indicó que el hecho de que la pobreza sea más pronunciada en las mujeres es el mejor indicativo de la desiguldad. Un ejemplo de ello, dijo, es el caso de mujeres campesinas, quienes
Pero esta situación no sólo se da en el campo, pues en las ciudades una de cada tres mujeres participa en actividades extra domésticas sin abandonar el trabajo del hogar. A ello se suma que las mayoría de las mujeres que trabajan se ubican en las ramas económicas con salarios más bajos, pues desempeñan las ocupaciones caracterizadas como típicamente femeninas (maestras, vendedoras, oficinistas). Es por ello que, mientras en 1997 el ingreso promedio mensual de las mujeres era de mil 405 pesos, el de los hombres era de mil 902, aun contando las primeras con una escolaridad promedio de 8.2 años contra 7.6 de los hombres.
Asimismo, aunque la mayoría de los hogares son comandados por hombres, la tendencia comianza a revertirse. Actualmente en el país casi cinco por ciento de éstos están a cargo la madre, lo que significa que 20.6 de los hogares mexicanos tienen una jefa al frente, y en ellos residen 16.47 millones de personas. De ahí la importancia de abrir más y mejores espacios laborales para este sector y de que se concluya a discriminación en cuanto a la remuneración.
Es a raíz de ello, que Inmujer propone "definir una política de familia integral consistente, que garantice las necesidades y satisfacciones básicas de la familia y que considere el cambio de situación de la mujer en la familia, modificación de la legislación laboral, modificaciones a los códigos Civil y Penal, revalorización del trabajo doméstico a través de la inclusión de éste como actividad económica", ente otros.
En el ámbito de la educación, el analfabetismo representa un factor de evidente rezago en el grupo de mujeres de más de 15 años, las que representan 11.3 por ciento frente a 7.4 por ciento de los varones, que conforman el grupo de analfabetos, pero una desventaja mayor aún se presenta en el grupo de mujeres hablantes de lengua indígena de las que sólo 56.6 por ciento de más de 15 año, saben leer y escribir.