MARTES Ť 7 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť México está en un ciclo económico donde las variables financieras siguen estables
BdeM: las elevadas reservas internacionales tienen costos importantes, pero son un seguro anticrisis
Ť El costo de intermediación es de 2 mil millones de dólares anuales, según analistas
ISRAEL RODRIGUEZ
El Banco de México reconoció que tiene costos importantes mantener elevados montos de reservas internacionales, superior a 38 mil millones de dólares, en un régimen cambiario de libre flotación como el nacional. Avaló esta medida porque es una prima de seguro anticrisis, además de que se mejora la percepción del riesgo-país por parte de los mercados internacionales, con el consecuente abaratamiento en el financiamiento externo e interno.
Analistas financieros estimaron que el costo de la intermediación de estas reservas internacionales, considerando las recientes bajas en las tasas de interés internacionales y domésticas, asciende a unos 2 mil millones de dólares anuales, al tomar en cuenta la diferencia que al banco central le pagan por sus reservas una tasa de 3.80 por ciento anual, mientras el Banco de México debe pagar tasas de 8.34 por ciento anualizado por la deuda interna colocada entre el público inversionista.
Armando Baqueiro, director de Investigaciones Económicas del instituto central, admitió en entrevista con este diario que hay un elevado costo por tener estas reservas internacionales depositadas a tasa fija. Explicó que las reservas internacionales forman parte de los activos del balance del banco central que se invierten a la tasa de interés internacional. Si las tasas de interés en México fueran iguales a las internacionales y el banco tuviera un pasivo equivalente, entonces no pasa nada. Pero si las tasas internas son más altas, entonces el pasivo del banco es mayor que el rendimiento de su activo.
Baqueiro Cárdenas, sin embargo, pidió prudencia y cuidado, porque esta operación sería el equivalente de que ''yo pague una prima por mi seguro y no me morí, qué pena desperdicié mi dinero'', pero no es la manera de verlo.
Un nivel de reservas, dijo, también tiene enormes beneficios que no se miden a través del balance del Banco de México. En la medida que los mercados externos saben que tenemos suficientes reservas y que eso minimiza las posibilidades de una crisis, el país entero tiene mejores financiamientos internos y externos.
Difícil, precisar el nivel óptimo
Al preguntarle sobre cuál es el nivel óptimo de reservas que debe tener un país como México, Baqueiro Cárdenas respondió que es muy difícil determinarlo. ''A lo mejor el nivel óptimo de reservas es lograr que te cubra todo vencimiento de deuda externa durante los próximos cinco años, o cuando puedo cubrir todos los agregados monetarios o la mitad de ellos; sin embargo, no hay un nivel que pudiéramos decir que con esta fórmula es el óptimo''.
Existen varios factores que indican cuál es el nivel más deseable. Por ejemplo, con un régimen de flotación a lo mejor no tenemos que tener 100 mil millones de dólares en reservas, pero un país que tiene un régimen de tipo de cambio fijo expuesto a ataques especulativos tal vez requiere un nivel más alto de reservas.
Lo que ha pasado de moda, añadió, es que las reservas representen una cobertura de seis meses de déficit comercial, ahora lo que se analiza son los flujos de capital contra los flujos de comercio.
Se le preguntó por qué no estamos creciendo si las metas de abatimiento de inflación se están logrando, y el funcionario aseguró que las metas de inflación se han venido logrando pese a que había crecimiento.
''Aquí la distinción fundamental es que la inflación continúa la trayectoria que tenía, estamos todavía por encima de nuestra meta de mediano plazo, pero estamos moviéndonos de una inflación elevada, antes de llegar aquí y estamos siguiendo una trayectoria. La trayectoria no ha cambiado y no se ha hecho nada para apurar. Estamos yendo conforme a lo previsto'', acotó.
Lo que es diferente, agregó, es que México está inmerso en un ciclo económico, que es diferente al de situaciones anteriores. Añadió que en el pasado la economía mexicana crecía mucho, se endeudaba mucho en el exterior; el déficit en cuenta corriente crecía demasiado y luego venía la crisis. Este patrón se puede ver en las dos últimas crisis, la única diferencia fue que el déficit en la cuenta corriente fue financiado con endeudamiento público y en la segunda ocasión con endeudamiento privado.
Actualmente se presentó un periodo de expansión y se entra a la parte baja del ciclo, pero nada de lo demás está interfiriendo. En las veces anteriores venía la crisis, la devaluación, inflación más elevada y eso no se está presentando ahora.
El director de Estudios Económicos del Banco de México destacó que la inflación sigue disminuyendo, las principales variables financieras están muy estables, las tasas de interés están bajando y eso hace la diferencia. ''Hoy estamos entrando a un ciclo al que nos vamos a tener que acostumbrar, en la medida en que nos integremos más a la economía de Norteamérica y por lo tanto también estamos más expuestos'', concluyó.