martes Ť 7 Ť agosto Ť 2001

Alberto Aziz Nassif

ƑSe recupera el PRI?

En el anticlímax se repite el escenario del 15 de octubre de 2000 y diez meses después el PRI vuelve a ganar las elecciones extraordinarias. Con las mismas armas de siempre y con su tradicional maquinaria retiene la gubernatura de Tabasco y la posibilidad de la alternancia se evapora entre los sudores del calor de agosto. La compra del voto, la coacción, el uso de recursos públicos hicieron de nueva cuenta su trabajo para que el mismo partido se sostenga en el poder. ƑSignifica este proceso que hay una recuperación del PRI y que de ahora en adelante volverá a ganar, o simplemente se trata de una gubernatura que conserva como bastión, pero sin mayor repercusión nacional?

Con la alternancia presidencial del 2 de julio y las derrotas electorales en estados como Chiapas y Yucatán, la anulación de Tabasco y los triunfos panistas en Jalisco y Baja California, se llegó a pensar que el PRI iba en caída libre hacia la derrota. Sin embargo, las elecciones de estos meses dejaron ver que el priísmo conserva viejos bastiones, vuelve a ganar elecciones en Chihuahua, Durango, Aguascalientes y Oaxaca, pero al mismo tiempo también es notorio el alto nivel de abstencionismo y la desatención de la ciudadanía por estos procesos.

El cuadro electoral de las regiones se mueve en el viejo dilema entre oposición y gobierno, que durante varios años formaron los partidos opositores y el PRI, y ahora tenemos una variedad amplia de opciones en la circulación de votos y puestos de elección popular; hoy cada comicio tiene su propia historia.

Una de las características de la transición mexicana es que quienes perdieron el 2 de julio no quedaron tan desvalidos y los que ganaron no tienen tanta fuerza para imponer su proyecto de gobierno. El gobierno que encabeza Vicente Fox se ha topado con el PRI en cada esquina y a cada rato; prácticamente no se puede mover en el Congreso de la Unión sin el voto favorable de ese partido. Además, los gobernadores del tricolor son un grupo que empieza a organizarse como conjunto de poderes regionales, muchas veces caciquiles, y hacen un frente común para pedir recursos y lloriquear porque no les consultan la designación de delegados o simplemente no toleran las auditorías. La reunión de León fue el teatro para que se constituyera en un interlocutor caprichoso del Presidente.

El PRI es uno de los nudos que atora al gobierno federal: mientras éste juega a la política de manera errática y paga los costos del aprendizaje de gobernar, el tricolor juega al opositor, pero sus demandas legítimas, como la de federalismo, caen cual careta ante los modos caciquiles de hacer política. El gobierno quiere conciliación con el PRI; a la fecha no le ha dado un solo golpe fuerte y fue hasta su casa a explicarle sus finos modales; Fox juega en la lógica de la cohabitación para sacar adelante su estratégica reforma fiscal, pero en ese interés inmediato pierde la visión de largo plazo, no empuja una comisión de la verdad para no enemistarse con el PRI ni tampoco salen adelante los expedientes de corrupción. Una muestra más: Roberto Madrazo depositó 46 millones de dólares en el extranjero (La Jornada, 5/8/01).

El arte de gobernar muestra diversas rutas y muchas posibilidades; ahora se privilegia el corto plazo, la estabilidad que quiere mirar hacia adelante y olvidar el pasado, pero lo que se mete debajo de la alfombra tarde o temprano sale a la luz pública y ahí están los caciques para demostrar su longevidad política. La oportunidad de ser un gobierno de transición necesita pruebas evidentes, cambios que muestren que estamos en una etapa diferente, porque de lo contrario podría regresar el dinosaurio en las próximas elecciones y la alternancia sólo habría sido una experiencia más del calendario que se borrará frente a la restauración.

El PRI en Tabasco mostró cómo puede operar y ganar elecciones poco limpias; así lo va a hacer en los comicios intermedios para ganar la mayoría en la Cámara de Diputados. Y el PAN chiflando en la loma; se equivocó en Tabasco y estará muy satisfecho con su 2 por ciento y su contribución al triunfo priísta. Mientras el dinosaurio sana sus heridas, los panistas están muy ocupados aprendiendo a ser oposición de un Presidente del PAN.

La reunión de León y el resultado de Tabasco muestran a un PRI que toma nuevos aires; de ahí no saldrá una renovación democrática, sino un fortalecimiento para regresar si las cosas siguen como van. De la mano suave del gobierno federal, el dinosaurio se recupera. ƑAsí es la democracia?