LUNES Ť 6 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Hubo música, simulaciones de sadomasoquismo y más

Los Rammstein sometieron a sus 7 mil fans con un solvente concierto

JORGE CABALLERO

A pesar de la mala visibilidad y el tímido juego de luces, la banda alemana Rammstein despejó la expectativa creada en días pasados y sometió con un potente/solvente concierto de 105 minutos a sus siete mil variados fanáticos mexicanos que le llegaron a la primera de dos presentaciones de los alemanes, el sábado por la noche, al Pabellón Este del Palacio de los Deportes.

RAMMSTIENFue un trepidante recital que contó con simulaciones de sadomasoquismo, auto felación, copiosas eyaculaciones y lanzallamas humanos; hubo también guitarras encendidas, fuego, humo, estruendosas explosiones y sobre todo excelente música.

Como telonero estuvo el grupo mexicano Hocico, que con su hard core se sobrepuso a los gritos de los desenfrenados fanáticos que en varias ocasiones pidieron a la banda estelar y a la hiriente petición generalizada de "fuera-fuera", durante los 35 minutos que duró su actuación. Pese a eso Hocico, únicamente por momentos, retuvo la atención del público e hizo que corear algunas de sus rolas y hasta provocó un leve slam dance, de donde resultaron los primeros heridos leves.

En las puertas de entrada al inmueble, cuando comenzaron los primeros acordes de Hocico, se suscitó un pequeño altercado protagonizado por revendedores, vendedores de souvenirs, fans y la fuerza pública. Hubo empujones y algunas palabras procaces, pero no pasó a mayores.

Luego de 25 minutos, tiempo en que algunos de los asistentes darks, neopunks, chavos banda, primitivos modernos, forever youngs y skind heads, aprovecharon para abastecerse de cervezas, refrescos y hot dogs, salieron los alemanes de Rammstein: Christoph Schneider, Christian Lorenz, Richard Kruspe-Bernstein, Till Lindemann, Paul Landers y Oliver Riedel, salieron con look de bad boy club, acompañados de tres nonatos freaks, en taparrabos. Los músicos ocuparon sus posiciones, el público los recibió con un ensordecedor alarido que auguró una encantadora velada.

Con la canción Sandman llegó el espectáculo permeado por humo y explosiones; el vocalista Till, luciendo una mohawk, animó al público a seguirlo, al momento en que una luz roja le iluminó el corazón. El público comenzó a vibrar coreando la canción en alemán, la frontera del idioma fue reducida.

A lo largo de la actuación de Rammstein y a medida que avanzaban las rolas Links, Fever frei, Rein Raus, Adios, Mutter, Heiratier mich, Zwitier y Fleisch, los ánimos de los fans aumentaban con las sorpresas y los sonidos de marchas del ejército alemán, donde Till hizo en repetidas ocasiones movimientos/gesticulaciones mesiánicas interactuando con la pieza musical. De la guitarra salieron llamas que tocaban las cabezas de los asistentes en las primeras hileras. De los micrófonos también emanó fuego para transformarse en largas antorchas que rozaban el techo del inmueble. El vocalista y tecladista también se convirtieron en lanzallamas humanos cuando cambiaron los micrófonos por artefactos bucales que arrojaron fuego por todo el escenario.

Pero lo mejor llegó con su mega hit Du hast, canción que puso a todos a saltar haciendo temblar el piso. A esa rola le siguió Buck dick, en la que Till amarró con una cadena a Flake que se arrastraba en el piso. Luego el vocalista hizo como si hurgara en su bragueta y sacó una prótesis como si fuera su pene; después simularon una sodomización y una felación dando como resultado una lluvia de la secreción genital representada, que literalmente bañó al sometido. No conforme con eso Till se autofeló y se untó con el líquido la cara. El público estaba sorprendido, algunos reían y los menos voltearon la vista lejos del escenario, pero nadie permaneció ajeno.

Llegó la rola final Stripped en la que los Rammstein se quedaron con el torso desnudo. Se despidieron. En ese momento el público estaba complacido, pero insatisfecho. Después, con las cuatro rolas que incluyó el encore lo estuvo. Nadie tuvo queja.