LUNES Ť 6 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Impedirá Terminator a productores guardar semillas para otros ciclos agrícolas

Afectará a 3 millones de campesinos mexicanos nueva tecnología lanzada por Estados Unidos

Ť En el mundo se verían perjudicados mil 400 millones de agricultores, estima la RAFI

ANGELICA ENCISO L.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) anunció la inminente comercialización de la tecnología Terminator, ya que concluyó las negociaciones para otorgar licencias a su socio privado Delta Pine Land (DPL). Con esta tecnología se manipulan genéticamente los granos, de forma que produzcan semillas estériles, lo que impide a los agricultores guardarlos para usarlos en distintos ciclos productivos.

En México se verían afectados 3 millones de productores de granos básicos, ya que la propuesta del USDA busca incidir en el mercado mundial, señaló la Fundación Internacional para el Progreso Rural (RAFI, por sus siglas en inglés). Cerca de mil 400 millones de personas en el mundo, fundamentalmente campesinos, dependen de semillas que acostumbran guardar de sus propias cosechas.

USDA y DPL hicieron una investigación conjunta para desarrollar Terminator y son copropietarios de tres patentes de esta tecnología, que aplicada en las semillas hace que sólo se puedan utilizar para la siembra inmediata, ocasionando después en éstas una especie de autoaniquilación.

Aunque muchos de los gigantes genéticos -las multinacionales de la biotecnología como Monsanto, Aventis, Novartis y Dupont, con presencia en México- tienen también patentes sobre la tecnología Terminator, sólo DPL ha declarado abiertamente su intención de comercializar las semillas.

Para la RAFI esta decisión es "una bofetada a la opinión pública internacional y traiciona la confianza pública", porque ha sido condenada por la sociedad civil en todo el mundo y por institutos internacionales de investigaciones agrícolas, así como por Naciones Unidas. Hasta Monsanto, su creadora, se ha deslindado de ella.

Aun así el gobierno de Estados Unidos otorgó la licencia a una de las empresas de semillas más grandes del mundo y esto constituye un "terrible ejemplo de cómo se usa la investigación pública para favorecer el lucro corporativo, gracias a una tecnología que es dañina para los agricultores, peligrosa para el ambiente y desastrosa para la seguridad alimentaria mundial", señaló Silvia Ribeiro, de la RAFI.

La organización detalló -en un comunicado- que el anuncio oficial lo hizo Michael Schechtman, secretario ejecutivo del Comité Asesor de Agrobiotecnología del USDA, el pasado primero de agosto. Este comité está integrado por 38 miembros y fue creado durante la administración de Clinton para asesorar al USDA sobre temas relacionados con ingeniería genética.

Desde la formación del comité, debido a la amplia oposición pública a la relación del USDA con Terminator, éste ha sido uno de sus temas prioritarios. "Oficiales del Departamento de Agricultura admitieron el año pasado que la dependencia podría haber abandonado la investigación y sus patentes, pero optaron por no hacerlo. Pese a que muchos miembros del Comité Asesor urgieron al USDA a abandonar sus patentes y toda forma de investigación sobre esterilización genética de semillas, éste insistió en su negativa."

Además, agrega el comunicado, en un intento por acallar las críticas, la dependencia se comprometió a incluir en las negociaciones de licencia varias restricciones sobre el uso de la tecnología, las cuales, para la RAFI, carecen de significado porque se coloca el lucro privado sobre el bien público y viola los derechos de los agricultores en todo el mundo.

El texto detalla que entre las condiciones del USDA está que la tecnología no se use en ninguna de las variedades antiguas de flores y plantas de jardín, antes del 1 de enero de 2003, pero es "absurdo porque la modificación genética de esas variedades no es comercialmente atractiva". Lo que busca la industria semillera es modificar genéticamente productos como soya, arroz y trigo, precisa.

Otro punto que plantea es que las regalías que el USDA reciba por el uso de Terminator sen destinadas a la transferencia de tecnologías del Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura a amplios sectores del público. Silvia Ribeiro sostuvo que se rechaza la idea de que Terminator se pueda aplicar como medida de bioseguridad para contener los genes que escapan de las plantas transgénicas. Si así fuera, "bioseguridad a costa de seguridad alimentaria es un intercambio inaceptable", dijo finalmente.