LUNES Ť 6 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Dará a conocer Ecología un registro de empresas "sucias" cada año
Se obligará a industrias en el 2002 a presentar un reporte de emisiones contaminantes: INE
Ť Sólo 100 plantas fabriles, de 4 mil, informan voluntariamente sobre niveles de infición
ANGELICA ENCISO L.
Sólo alrededor de 100 de las 4 mil plantas industriales más grandes del país presentaron en los últimos años de manera voluntaria su Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC), por lo que este reporte será obligatorio a partir del año próximo y anualmente se dará a conocer a la opinión pública el nivel de infición en aire, agua, suelo y la generación de residuos peligrosos que tiene cada empresa.
Con esto se espera que las empresas, para cuidar su imagen, establezcan procesos industriales más limpios, hagan un manejo adecuado de las sustancias y reduzcan sus emisiones contaminantes, ya que la población sabrá cuáles son las industrias "sucias". Hasta ahora ha sido la industria química la que ha mostrado mayor resistencia a que este proceso se lleve a cabo, sostuvo en entrevista Adrián Fernández Bremauntz, director de Gestión Ambiental del Instituto Nacional de Ecología (INE), organismo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Para ello, dijo, la Semarnat enviará al Congreso de la Unión una iniciativa para modificar la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, en la que también se incluirán sanciones. La idea es que una vez aprobada entre en vigor el año próximo y en el 2003 se publique el primer RETC.
El RETC es un reporte que incluye un listado de 100 sustancias que las industrias deberán dar a conocer --como se hace en Estados Unidos y Canadá-- y las descargas que se hacen al agua. También, emisiones al aire, generación de residuos peligrosos y su transferencia --destino final.
Las cifras
De acuerdo con estimaciones preliminares de la Semarnat, en el país se emiten al ambiente alrededor de 4 millones de toneladas de residuos peligrosos --datos extraoficiales hablan de entre 8 y 14 millones de toneladas--, 12 millones de toneladas de contaminantes atmosféricos en las cuencas urbanas y 100 mil toneladas de sustancias tóxicas y bioacumulables.
Para conocer con certeza la situación, dijo, es que las autoridades buscan que sea obligatorio para las empresas presentar el reporte.
Al respecto, Fernández Bremauntz sostuvo que la decisión de hacer cambios a la ley es porque en ninguna nación ha funcionado en forma voluntaria. Hubo intentos en países de gran sensibilidad al tema, como Suecia y Noruega, así como en naciones pertenecientes a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, pero funcionó hasta que el proceso se hizo obligatorio.
En Estados Unidos, por ejemplo, desde hace diez años se publican almanaques en los que aparece, entidad por entidad, la lista de empresas más contaminantes.
Ahí se indica la cantidad de emisiones de cada una, las cuales, aunque pueden estar dentro de la norma, emiten cargas contaminantes. Esto, en términos de imagen, representa un fuerte impacto. La consecuencia fue que se empezó a dar una competencia entre las industrias para invertir en la reducción de emisiones, ya que buscaban ser las menos contaminantes, aseveró.
Desde hace cuatro años comenzaron los trabajos para establecer el RETC con la formación del Grupo Nacional Coordinador --en el que participan organizaciones, industriales y gobierno--, por lo que en este momento hay un avance de 80 por ciento, el cual consiste en el desarrollo de los mecanismos para aplicar el registro.
Detalló que primero se buscó identificar las sustancias que formarían el listado de 100, que ya se tiene ahora. Para llegar a ella se partió de criterios complejos de toxicidad ambiental, su potencial de causar daños a la salud y al ambiente, si son o no bioacumulables o si se quedan almacenadas en los tejidos grasos.
También, si se degradan, el tiempo en que se quedan en el ambiente y si como compuestos pueden reaccionar para generar contaminantes tóxicos.
De igual forma, se elaboraron los formatos en papel y electrónicos, en los cuales tendría que haber compatibilidad de las tres grandes bases de datos que son las emisiones a la atmósfera --cuyos reportes ya son obligatorios--, las descargas a las aguas residuales y la generación de residuos peligrosos.