DOMINGO Ť 5 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Por el debilitamiento económico y la fuerza del dólar se impediría más apertura

Aumentan los temores a que se agudice el proteccionismo en Estados Unidos

Ť Industriales siderúrgicos y textiles piden a Washington investigar casos de dumping

AFP

Washington, 4 de agosto. El debilitamiento económico y la fuerza del dólar aumentan las tentaciones de proteccionismo en Estados Unidos y podrían comprometer el lanzamiento este año de un nuevo ciclo de liberalización del comercio mundial, temen economistas y analistas.

"La liberalización de los intercambios podría ser la gran víctima del elevado valor del dólar, haciendo que sea más difícil obtener el apoyo de algunos sectores industriales y de los sindicatos" para una mayor apertura de los mercados, dijo recientemente Robert Hormats, director general del banco de inversiones Goldman Sachs International.

Hormats se refería así a la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que tendrá lugar en Doha (Qatar) en noviembre próximo, y donde Estados Unidos y la Unión Europea, las dos principales potencias comerciales del planeta, se comprometieron a actuar en conjunto para borrar el fracaso de Seattle en diciembre de 1999.

Esta tarea será complicada, visto el deterioro de la situación económica en Estados Unidos -con un crecimiento de 0.7 por ciento anualizado al segundo trimestre-, la explosión del déficit comercial del país y el aumento del desempleo, opinó John Lonski, economista de la agencia calificadora Moody's.

El alto nivel del dólar perjudica a las exportaciones y refuerza las importaciones, con consecuencias para los sectores industrial y agrícola.

A pesar de los llamados de industriales y de las organizaciones agrícolas para hacer bajar al billete verde, que se apreció casi 30 por ciento con respecto al euro desde enero de 1999, la Casa Blanca continúa con la tesitura de que a Estados Unidos le interesa tener un dólar fuerte.

Esta determinación se explica por la necesidad de Estados Unidos de atraer inversiones extranjeras para financiar a costos razonables su enorme déficit exterior.

Estados Unidos pasó de ser un acreedor neto de 339 mil millones de dólares en 1980 a un deudor de 1.8 billones de dólares en el año 2000, una cifra equivalente a 20 por ciento del producto interno bruto (PBI) del país.

Además, un dólar más débil alentaría las tensiones inflacionarias, hecho que forzaría a la Reserva Federal (Fed, banco central) a aumentar sus tasas en momentos en que el crecimiento es casi nulo, y requiere de tasas bajas para alentar el consumo.

Según Lonski, para responder a las demandas de los industriales, el gobierno deberá "recurrir a sanciones comerciales para limitar los daños provocados por la competencia de productos importados más baratos".

La Casa Blanca ordenó el 5 de junio una investigación sobre eventuales prácticas de dumping denunciadas por la industria siderúrgica estadunidense, y podría incluso tomar medidas de represalia comercial.

También la industria textil, que padece la competencia de los países en desarrollo, presiona para obtener medidas de protección de parte del gobierno de George W. Bush.

Según Gaylon Booker, presidente del Consejo Nacional del Algodón, desde enero pasado 45 fábricas fueron cerradas y se perdieron 36 mil empleos en el sector.

Prohibición a la entrada de camiones mexicanos

La decisión del Congreso de prohibir el acceso a territorio estadunidense de camiones mexicanos, contrariamente a lo que establece el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es la última manifestación de la fuerza que cobra el proteccionismo en Estados Unidos.

Esta medida parlamentaria es un mal augurio para el presidente Gerge W. Bush, que quiere obtener del Congreso la llamada "Trade Promotion Authority" (TPA, llamada anteriormente fast-track), es decir la autoridad, para negociar acuerdos de comercio.

Además, el presidente estadunidense no quiere que el Congreso lo obligue a incluir en los acuerdos de comercio el respeto obligatorio de los derechos sociales y de los criterios de protección del medio ambiente, tal como pretenden la mayoría de los demócratas y algunos republicanos.