Ť Hoy y mañana presenta su nuevo material discográfico en el Palacio de los Deportes
No somos neonazis, pero no podemos despegarnos de la historia: Rammstein
Ť Los estereotipos son estúpidos y el nazismo es un producto del mercado, asegura la banda alemana
Ť ''En nuestro show somos extremistas: podemos ser desde sensibles y divertidos hasta terroríficos''
DIANA BARRETO SANTANA ESPECIAL
Uno de los destinos obligados de la banda alemana Rammstein, singular mezcla de metal y romanticismo gótico (luego del prolongado y avasallador éxito de su tema Du hast, 1998), es sin lugar a dudas México, cosa que quedó constatada con la convocatoria de más de cuatro mil enardecidos fanáticos que se dieron cita a la firma de autógrafos que el grupo ofreció en Mix Up Zona Rosa y que terminó en enfrentamientos con la polícía el pasado jueves, y porque en poco más de cuatro meses han conseguido disco de platino por la venta de 200 mil copias de su último trabajo discográfico Mutter (Madre), razones poderosas que los traen de vuelta para ejecutar este material en vivo hoy sábado y mañana domingo en el Palacio de los Deportes.
A todos aquellos que esperan ver piruetas pirotécnicas se les informa que en esta ocasión "la máquina alemana más perfecta", con esa furia libertaria, legado de la represión de "la dictadura socialista de la Alemania Oriental", no jugará con el fuego característico de su producción anterior, porque Mutter "define un nuevo sonido y un espectáculo diferente", según comentaron.
Para saber más de cerca qué tienen en la cabeza quienes han sido oprimidos, estigmatizados y absueltos entablamos la siguiente entrevista con dos de sus integrantes: el polémico Till Lindemann, vocalista, y Christoph Schneider, baterista.
-Mucha gente identifica a Rammstein como una banda de corte neonazi, ¿esto es mito o realidad?
-Nuestros textos no tienen contenido neonazi, simplemente hacemos música pesada porque siempre nos ha gustado. La Alemania de ahora no tiene nada que ver con la Alemania de antes, pero para mucha gente es una solución muy fácil resolver que nosotros somos nazis simplemente porque somos alemanes y porque tenemos el cabello corto y piensan que por eso no podemos jugar con fuego. Los estereotipos de siempre me parecen algo estúpido -contesta Lindemann y Schneider suelta una frase escueta: El nazismo es un producto más del mercado.
Para dejar bien claro lo dicho, Lindemann concluye que Alemania vive con el monstruo de su pasado y que está buscando su nuevo estilo de vida, pero que el estilo musical de Rammstein lo tienen bien definido: "No podemos despegarnos de nuestra historia, tu pasado siempre va a estar contigo quieras o no y vamos a tener que responder a esto una y otra vez, hasta que la gente aprenda a diferenciar los problemas políticos de los problemas culturales".
Comenta Schneider, a manera de anécdota, que antes de que cayera el muro de Berlín, ellos hacían rock duro en la parte oriental de Alemania, caracterizado por ser una dictadura socialista, y que su música tenía que pasar por un control gubernamental de censura muy estricto, mismo que nunca la aprobó: "De un momento a otro cayó el muro de Berlín y nos encontramos en un mundo libre, en donde somos parte de la industria discográfica que nos permite evolucionar como banda. En estos momentos tenemos lo que siempre quisimos tener y no nos importa nada más".
-Independientemente del calificativo de neonazis, Rammstein tiene que soportar los de violentos e incendiarios.
-No es que seamos violentos sino que es parte de nuestro show irnos totalmente a los extremos, de tal forma que podemos ser desde sensibles y divertidos hasta terroríficos, como en las películas de miedo en las que hay sangre y muerte pero que finalmente no son reales; hasta los niños saben que Tom y Jerry es una caricatura divertida y no pasa de ser eso. Un concierto es una ilusión, algo irreal, lo que sucede es que la gente siempre ve el lado negativo de las cosas y tal vez deberían verlo de otro modo ?explica Lindemann con ahínco.
-¿Cabe la posibilidad de que algunos adolescentes asuman uno de sus conciertos como una invitación a lo agresivo?
-Realmente nuestra música no incita a la violencia, al contrario tenemos un show con mucha energía, la gente está gritando, saltando, se está divirtiendo y se está liberando de toda esa tensión y agresividad. Nosotros no consideramos que Rammstein se conecte con ningún hecho violento. Si llegan a asesinar a alguien la música no es la que tiene la culpa, en ese caso debes culpar a la vida que han llevado -responde Schneider y suelta otra frase escueta: Vive y deja morir.
-¿Qué intención tiene Till Lindeman cuando compone las letras y cómo es el proceso?
-¿Intención?, realmente ninguna; la música es la que te va conduciendo hacia donde tiene que llegar la canción y luego ya sabemos que letra debe ir. En una ocasión incluso teníamos 18 letras para una sola canción y no sabíamos cuál poner, así que la armamos con un pedazo de letra de aquí y otro de allá.
-Parece un trabajo mecánico... ¿Alguna vez Lindemann ha sentido la necesidad de dar un mensaje ideológico, como persona o artista, a sus fans?
-No... si tú fuerzas las cosas no te salen; tienes que sentarte, relajarte y dejar que fluyan poco a poco, ese es un secreto que hace que nuestra música tenga esa intención y ese poder. Es más bien como no pensar.
La conclusión final la da Schneider: "Es difícil encontrar la letra perfecta para una canción, se requiere de una atmósfera especial y tú sabes que la canción está lista cuando no te pide nada más. Lo más importante para nosotros en una canción es la música porque finalmente es la que logra que un tema como Du hast se vuelva internacional, aún si la gente no entiende lo que dice".