SABADO Ť 4 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Los trabajadores levantaron protesta en Madrid
Termina huelga en empresa del fallecido anticastrista Mas Canosa
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 3 de agosto. Los mil 800 trabajadores de la desaparecida firma de telecomunicaciones Sintel, que desde hace seis meses acampan en el céntrico Paseo de la Castellana de Madrid, aceptaron este viernes una propuesta del gobierno que cumple con la ma-yoría de sus reivindicaciones.
Los trabajadores aprobaron por unanimidad el plan propuesto la semana pasada por el Ministerio del Trabajo, que consiste en el pago de unos 7 mil dólares a cada trabajador por 11 meses de salarios atrasados y un ambicioso plan de prejubilación que costará unos 125 millones de dólares.
Para el pago de los salarios atrasados, los empleados de Sintel firmaron con la entidad bancaria BBVA un préstamo por 12.5 millones de dólares, con el respaldo del Fondo de Garantía Salarial, y los trabajadores cobrarán su dinero a partir del lunes.
Asimismo, el gobierno se comprometió a recolocar en el sector y en las mismas co-munidades de residencia a los mil trabajadores afectados.
El 29 de enero, y luego de cuatro años de infructuosas negociaciones con la empresa, más de mil trabajadores de Sintel procedentes de todo el país decidieron trasladarse a Madrid para protestar por la suspensión de pagos de la compañía, y montaron el llamado Campamento de la Esperanza.
Sintel fue filial de Telefónica hasta 1996, año en que el entonces presidente de la multinacional española, Juan Villalonga, acordó su venta a la empresa Mas Tec, propiedad del fallecido empresario cubano de Miami Jorge Mas Canosa.
La gestión del que también fuera líder del exilio cubano anticastrista fue desastrosa y forzó, según los líderes de los trabajadores, la quiebra para declarar la suspensión de pagos, que fue decretada oficialmente en junio del año pasado.
Tras la quiebra, más de mil 800 familias se quedaron sin trabajo y sin derecho a indemnización, y el gobierno del presidente José María Aznar respondió entonces que la ad-ministración no tenía por qué intervenir en una crisis que, para la oposición, se había convertido en un asunto que afectaba al bienestar social y la relación del trabajador sindicalizado con la iniciativa privada.
De esta manera y ante la poca incidencia de su protesta en el gobierno, los trabajadores de Sintel acordaron en octubre de 2000 preparar el traslado masivo a Madrid.
El Campamento de la Esperanza, que co-menzará a ser desmontado este sábado, estaba habitado por más de 800 familias que hicieron una pequeña colonia improvisada con casas de madera, pero con las comodidades necesarias, e incluso con una alberca.
Pero a lo largo de la protesta se produjeron hechos que llevaron el desazón a los trabajadores, que vieron como en el transcurso de la lucha siete de sus compañeros se suicidaron y otros siete perdieron la vida por diversas enfermedades.