SABADO Ť 4 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť La agresión de Híjar me molestó porque es producto de la desinformación, señala
Ni maté al Che ni soy espía, afirma Gary Prado
Ť No hay razón para pedir el retiro del embajador de Bolivia, afirma el diputado Carvajal
GEORGINA SALDIERNA
El embajador de Bolivia en México, Gary Prado, rechazó ayer que haya participado en el asesinato de Ernesto Che Guevara luego de su detención, y consideró que las demandas para que sea retirado de México responden a la falta de información en torno a lo que verdaderamente ocurrió durante la aprehensión del guerrillero cubano-argentino.
Asimismo, negó que una de sus actividades en el país sea dar seguimiento a los grupos guerrilleros o realizar tareas de espionaje, y concretamente sobre el incidente con el crítico de arte Alberto Híjar -quien le arrojó una copa de vino en la cara durante una velada literaria--, reconoció que le molestó, porque es la "primera vez que alguien me insulta o me arremete".
Luego de reunirse con Gustavo Carvajal Moreno, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, el embajador boliviano explicó que como oficial subalterno, condujo la operación militar que derivó en la captura de Guevara. Con el mismo carácter, "lo mantuve bajo mi responsabilidad la noche del 8 de octubre de 1967, periodo durante el cual fue atendido y alimentado, y en ningún momento fue vejado, humillado ni torturado". Agregó que al día siguiente entregó al prisionero a sus superiores y volvió a la zona de operaciones que tenía a su cargo. De tal manera que "estuve ausente de los acontecimientos posteriores", e incluso, "yo no aparezco en ninguna de las fotografías de los diarios que muestran el cadáver del Che Guevara... no podía estar, porque me encontraba a más de 100 kilómetros de distancia", puntualizó.
De acuerdo con el embajador, su actuación en la aprehensión del comandante Guevara se ha manejado de manera poco seria, y eso ha generado que algunas personas y organizaciones emitan juicios sin tener conocimiento exacto de este hecho.
Prado agregó que la decisión de ejecutar al guerrillero cubano-argentino fue tomada en los altos niveles del gobierno de Bolivia. "El comandante de la octava división, que estaba en La Higuera, seleccionó a los voluntarios entre los oficiales y sargentos, y dispusieron la ejecución sumaria. Fue una cosa muy rápida, no hubo ceremonias, despedidas, discursos ni nada. Fue una ejecución sumaria", subrayó.
"En ningún momento pidió clemencia"
Recordó que Guevara en ningún momento pidió clemencia, y que durante el diálogo que sostuvo con él le preguntó si su juicio se realizaría en Camiri, donde se enjuiciaba a otros guerrilleros como Ciro Bustos.
De acuerdo con el diplomático, no había ningún antecedente que pudiera hacer prever el hecho de que habría una ejecución. Por eso, "yo le dije que sería juzgado en Santa Cruz, porque el tribunal se organiza en la sede de cada comando de división". Hablamos también, recordó, sobre su reloj -un Rólex. "Había ordenado que no tocaran sus pertenencias, pero un soldado se lo quitó, y se le obligó a devolverlo. Cuando regresó a sus manos me pidió que lo guardara hasta que pasara todo esto. Después de la ejecución lo conservé, pero en el momento en que Bolivia restableció relaciones con Cuba, en 1982, lo entregué al representante diplomático de La Habana para que se le hiciera llegar a la familia del comandante Guevara".
En entrevista colectiva calificó como penoso el incidente con Híjar, pero "no se puede juzgar por este acto ni a una sociedad ni a un conjunto de personas".
Fue la acción de "una persona que actuó por sus propios criterios. Me molestó, porque es la primera vez en 30 años, desde los hechos de 1967, que alguien me insulta o me arremete. Nunca he recibido ni una amenaza ni una acusación, nada, porque creo que la gente estaba informada. Y no es que haya estado encerrado en mi país. Esta es la segunda vez que soy embajador de Bolivia; antes lo fui en Gran Bretaña, fui agregado militar en España, he estado en la Junta Interamericana de Defensa, en Estados Unidos, y he estado en otros países de América del Sur. Siempre he sido un hombre que ha estado a la vista pública, y esta es la primera vez que ocurre un incidente de esta naturaleza", puntualizó.
Insistió en que el incidente con Híjar se derivó de su falta de información. "Si hubiera conocido la historia y hubiera leído los libros, se hubiera dado cuenta de que yo no tenía nada qué ver en el asunto que me estaba endilgando", agregó.
Sobre los señalamientos en torno a que llegó a México para dar seguimiento a los grupos guerrilleros, manifestó que se hace espionaje cuando se trata de una potencia enemiga. "México y Bolivia tienen una relación tan estrecha, tan importante y tan bien llevada que no hay necesidad de hacerlo", subrayó.
Por último, manifestó que la captura de Guevara ha tenido dos efectos en su labor como diplomático en México: por un lado crea cierta molestia cuando sin los debidos fundamentos o sin el conocimiento exacto de los hechos, uno recibe acusaciones o expresiones que no corresponden a la realidad, y por otro, también facilita el trabajo de un embajador cuando ya es conocido a través de los medios.
Gary Prado explicó que se reunió con Gustavo Carvajal para informarle sobre la toma de posesión del nuevo presidente de su país. Sobre su permanencia en México, recordó que tradicionalmente, cuando hay un cambio en la presidencia, los embajadores y ministros ponen su cargo a disposición del Ejecutivo para que él determine su caso.
Por su parte, el priísta Gustavo Carvajal Moreno consideró que no hay razón para pedir el retiro del embajador boliviano, pues todo se debió a la desinformación.