Ť Los viernes en el Foro Stanistablas
Tres en el columpio o la duda de si uno sigue vivo
ARTURO CRUZ BARCENAS
"El significado de las cosas depende de quién las dice." Tal puede ser una de las lecciones de la obra de teatro Tres en el columpio (Tre sull' altalena), de Luigi Lunari, bajo la dirección de Sonia Páramos, con la actuación de Oliver Cortez, Norma Bustos, Iván Romo y Gilda Valderrábano.
Es una comedia en la que los seres humanos pueden entrar y salir por una puerta, pero no por todas; donde el punto de llegada es diferente para cada quien. La dirección del edificio es la que cada uno decida, lo mismo que la ubicación de la calle.
Uno a uno van llegando los personajes a esa especie de escenario-oficina donde resaltan cuatro puertas y donde cuatro seres extraños esperan algo diferente.
Cada uno dirá al otro sus razones de estar ahí y sólo coincidirán en que paulatinamente tendrán la duda de si están vivos o muertos. Con el planteamiento del rompimiento del tiempo y del espacio, es decir, con la ruptura del orden lógico, un directorio telefónico de un país asiático tendrá los nombres de cada uno; en el refrigerador existirá la bebida que cada uno desee; el teléfono, sin línea, recibirá llamadas.
Son viejos recursos literarios de Camus, Sartre, Kafka, Cortázar y García Márquez. Es como hallarse en el Metro y recorrer las etapas de la vida en diferentes vagones. Una historia de amor con boleto gratis de Todos los fuegos el fuego.
Los cuatro actores representan a un industrial (Oliver Cortez) con sentimientos de culpa, absurdos, histéricos; a una profesora madura (Norma Bustos) con aires de escritora que ha entregado un manuscrito -para ella la esperanza de salir de la ignominia, de la clandestinidad de los que se mueven en el mundo de la intelectualidad-; a un militar filósofo (Iván Romo) que ha llevado su disciplina castrense a una forma de ser, pero que en momentos de nerviosismo le da por cantar una tonada tropical; y a una criada (Gilda Valderrábano), una mujer de limpieza que tendrá el único comportamiento lógico, racional, en esa oficina de locos.
No hay que morir para estar muertos. A veces queda la duda de si se sigue vivo. Todos nos hemos perdido alguna ocasión, o al menos desorientado, desubicado. Nos hemos bajado en la parada equivocada. ¿Ha estado usted perdido en Los Angeles, o en un país con un idioma que no conoce? ¿Ha caminado por una calle solitaria de Michoacán a las tres de la mañana? Esa sensación de pérdida de uno mismo, de niño perdido en el mercado, de extravío en el bosque, es la que causa Tres en el columpio.
Tres en el columpio se presenta en el Foro Stanistablas, de Patricia Reyes Spíndola, los viernes a las 20 horas. Sito en Londres 30, esquina Dinamarca, colonia Juárez, cerca del Metro Insurgentes. Teléfono: 5525-2365.