VIERNES Ť 3 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť El ramo, afectado por contrabando e importaciones
Desaparecerá en este sexenio 40% de la industria de autopartes
DAVID ZUÑIGA
Cuarenta por ciento de las fábricas nacionales de autopartes habrán desaparecido o serán absorbidas para finales de este sexenio y aquellas que sobrevivan se limitarán a fabricar unos cuantos productos en los que México sea competitivo, pronosticó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
La falta de crédito, el contrabando, la dependencia de las importaciones, la entrada de autos nuevos de Estados Unidos en 2004, el comercio con Europa y el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC) son sólo algunos de los factores que amenazan con dejar fuera de competencia a numerosas empresas del sector.
La industria automotriz, conformada por unas 600 empresas, genera 2.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) y 14.3 por ciento del producto manufacturero, así como 613 mil empleos directos, 15 por ciento de los puestos de toda la industria.
Desde 1994 este sector ha crecido a tasas muy superiores a las del resto de la economía: 23 por ciento en 1996, 15 por ciento en 1997 y 17 por ciento el año pasado. Alrededor de 70 por ciento del mercado corresponde a ventas de estas empresas a ensambladoras de vehículos nuevos y el resto se vende como refacciones.
El análisis reconoce que los bajos salarios han sido una de las ventajas comparativas de esta industria: en 1998 el salario promedio por hora era de sólo 2.94 dólares por hora, contra 7.75 dólares en Corea del Sur, 34.7 en Alemania y 27.50 en Canadá.
A mediano plazo, el CEESP prevé una lenta recuperación del poder adquisitivo y el crédito, lo que impedirá la venta de 1.2 millones de unidades anuales para sustituir a las que se vuelvan inservibles. Para 2006 se prevé que los vehículos importados concentrarán un tercio del mercado.
Cerca de 20 por ciento de las fabricantes de autopartes, que concentran 55 por ciento de la producción, no tendrán mayor problema con la apertura del mercado en 2004, cuando dejará de ser necesario que los autos tengan contenido nacional; sin embargo, las compañías que sobrevivan tendrán que especializarse en actividades intensivas en mano de obra, como armado de vehículos, ensambles y motores.
Las grandes empresas trasnacionales como Delphi y AC Delco, muy dependientes de las importaciones y expuestas al proteccionismo de Estados Unidos, tendrán que buscar acuerdos con armadoras para que no reduzcan su producción después de 2004 y tendrán que buscar otros clientes además de Ford, general Motors y DaimlerChrysler. Con todo, es posible que aumenten su participación de mercado grafcias a la disponibilidad de crédito y las economías de escala.
Entretanto, los grandes productores nacionales como Unik, Condumex, Alfa y Vitro tendrán que buscar alianzas con trasnacionales para tener acceso a mercados, mejorar sus productos y obtener financiamiento; asimismo, deberán limitarse a producir unos cuantos productos en los que realmente sean competitivos.
A las empresas extranjeras medianas, dependientes de proveedores nacionales, con una cartera de clientes poco diversificada y bajas exportaciones, se les recomienda que traten de venderle a las armadoras europeas y japonesas, mejorar su eficiencia hasta alcanzar niveles de exportación y dejar de producir aquellos artículos con los que no puedan competir con productos extranjeros.