JUEVES Ť 2 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť El proceso se llevó siete años y fue apoyado por el consulado en Seattle
Repatriarán a México 306 piezas arqueológicas decomisadas por el Servicio de Aduanas de EU
Ť Carecían de registro, situación que propicia su venta en el mercado negro
Ť Los objetos asegurados dan cuenta del tráfico ilícito que existe en el país: Sánchez Nava
RENATO RAVELO
Por la frontera de Baja California entraron a Estados Unidos, hace siete años, varios lotes con cientos de objetos destinados al mercado negro, provenientes de distintos países: piezas arqueológicas auténticas, reproducciones, pinturas, grabados, artesanías. Luego de una compra simulada el agente Mark Selby detuvo al traficante Frank Stegmeier y el cargamento fue notificado. Incluye dos piezas de particular relevancia que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no tenía registradas y que a partir de hoy podrá estudiar.
En Seattle, Washington, el arqueólogo Pedro Francisco Sánchez Nava recibirá a nombre de ese instituto 306 piezas arqueológicas de un conjunto de 852, cuyos elementos culturales hacen presumir que provienen de Perú, Bolivia, Panamá, Costa Rica y algunos objetos de origen africano.
Saqueo en Oaxaca
En su dictamen el arqueólogo Sánchez Nava señala: ''Después de haber efectuado la revisión de los materiales podemos señalar que, del universo de bienes, 484 piezas corresponden a México, incluyendo los lotes de máscaras etnográficas, pintura, litografías y grabados, artesanías y réplicas.
''De lo anterior, 436 corresponden a piezas arqueológicas, de las que 308 se dictaminaron como genuinas, lo que representa casi 71 por ciento de los bienes arqueológicos revisados.
''Sin dejar de considerar que desde el punto de vista de la arqueología todos los elementos culturales son importantes, e igualmente que los objetos extraídos de su contexto sin un control sistemático y metodológico pierden buena parte de su valor científico, es importante señalar que dentro del lote se encuentran piezas sobresalientes, como son algunas vasijas antropo y zoomorfas del occidente de México y lotes de figurillas del periodo preclásico de la misma región.
''Asimismo destacan dos elementos que se pueden considerar excepcionales: un caracol y un cráneo humano, ambos grabados con representaciones antropomorfas y estilizaciones zoomorfas, representando guerreros, sacerdotes y deidades, con un estilo que recuerda los códices mixtecos y con una forma de representación que podría fecharlo hacia la segunda mitad del siglo XVI."
Sobre las piezas en particular, Sánchez Nava abunda: ''Del análisis objetivo, físico y estilístico se puede dictaminar que son piezas genuinas cuyo estudio aportará información muy importante. Sobre estas dos piezas existen ya dictámenes previos que, a solicitud del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, emitieron Virginia M. Fields, del Museo del Condado de Los Angeles; John M. D. Pohl y Javier Urcid del Museo Nacional de Historia Natural, Instituto Smithsoniano, cuyas conclusiones se orientan en el mismo sentido".
De acuerdo con el departamento de difusión del INAH las piezas, en particular, no se encontraban registradas en ninguna colección, por lo que resultan producto evidente del saqueo en la zona de Oaxaca.
El arqueólogo advierte que este cargamento da cuenta del tráfico ilícito de patrimonio arqueológico que existe en nuestro país, que solamente se puede explicar porque existen compradores en el extranjero.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia destaca que en el complejo ''proceso de repatriación", que se llevó siete años, el trabajo del consulado de México en Seattle (Washington), fue muy importante para lograr del Servicio de Aduanas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos la devolución de las piezas que ahora estarán bajo la custodia del INAH.