JUEVES Ť 2 Ť AGOSTO Ť 2001

Gironella, voluntad incumplida

Familiares del artista buscan apoyo para crear fideicomiso que administre su obra

MERRY MAC MASTERS ENVIADA

Valle de Bravo, Mex., 1Ɔ de agosto. Al fallecer, el pintor Alberto Gironella (1929-1999) dejó estipulada en su testamento la creación de un fideicomiso para salvaguardar y administrar su obra y convertir su casa de Valle de Bravo, donde vivió los últimos 27 años de su existencia, en museo, biblioteca, archivo y lugar de promoción cultural en la entidad.

A dos años de su muerte y en aras de la gran exposición programada para noviembre de 2003 en el Museo del Palacio de Bellas Artes, así como la edición de un libro de arte, todavía no se ha podido cumplir con los últimos deseos del artista. La casa de adobe con vigas de madera, una construcción antigua de dos niveles, está en franco deterioro, con cuarteaduras en paredes y pisos, por lo que el costo de su restauración podría ascender a 5 millones de pesos.

A eso se suma el abandono de cerca de 5 mil libros de literatura y artes plásticas escritos en varios idiomas, y obras como la serie de 24 cajas que Gironella hizo en homenaje a Federico Nietzsche por el centenario de la muerte del pensador en 2000 y que nunca fueron exhibidas. También está la obra que dedicó a la cantante Madonna y piezas que figuraron en libros y catálogos, pero que ahora son víctimas del polvo, la humedad y la polilla. Una parte de la serigrafía Zapata, número 129 de una edición de 150, está carcomida por el comején.

El año pasado Sylvia Navarrete, entonces integrante del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información del Instituto Nacional de Bellas Artes, inició la organización del archivo de Gironella que se remonta a los años cincuenta y comprende material hemerográfico, invitaciones, catálogos, correspondencia y fotografías. En la actualidad este material se resguarda en El Aire Centro de Arte, espacio cultural que la pintora Carmen Parra y su hijo, el también artista Emiliano Gironella Parra, tienen en la ciudad de México.

El pasado 28 de julio visitó la casa Walter Boesterly, responsable del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del INBA, quien propuso llevar la biblioteca y obra plástica a este lugar para su protección mientras se instituye el fideicomiso y la familia decide cómo se utilizará el inmueble, si sólo como museo de sitio o tendrá otras funciones. Dice que se debería convocar a la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble ''para que nos den un reporte''.

Disidente puro y artista romántico

gironella_obra2Carmen Parra habla de la llegada de Gironella a Valle de Bravo: ''En 1972 se le encargó para Bellas Artes la exposición El entierro de Zapata y otros entierros. Conocí a Alberto y nos vinimos a vivir aquí porque tenía que preparar la exhibición. Buscamos una casa para poder hacer el mural que le habían encargado, una versión de El entierro del Conde de Orgaz, de El Greco, que está en Toledo, España. El muro de la parte de abajo, originalmente una tienda de venta de maíz y que Gironella usó como estudio, corresponde exactamente a la medida del cuadro. La familia que nos vendió la casa la había heredado y estaba muy contenta de dejarla en manos de personas con sensibilidad''.

El entierro de Zapata se encuentra en La Laguna, Coahuila, sin embargo Gironella siempre quiso que regresara a Valle de Bravo. De acuerdo con Emiliano, su padre dispuso cuáles cuadros deseaba que se quedaran allí. ''Fue la única casa que tuvo, entonces no quería que se volviera de fin de semana''. Además, prosigue, existe una ''voluntad familiar'' de él y sus hermanos Bárbara y Alberto Gironella Treviño para que ese acervo no se desperdigue.

A pesar de que se ha hecho un trabajo serio, hasta hoy el fideicomiso no se ha concretado porque no hay dinero. Al respecto, Carmen Parra señala: ''Alberto vivía de milagro. Murió sin un quinto. Al final (Rafael) Tovar (entonces presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) le compró el cuadro Recuerdos del porvenir para pagar los gastos del artista. El sólo tuvo el apoyo de la beca para creadores y con eso vivía''. Gironella era un ''disidente puro y un artista romántico'' y el resultado está a la vista, señala Parra.

Durante la anterior gestión del CNCA hubo una aportación por medio del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. ''Ahorita no hemos recibido ningún apoyo -señala Emiliano-. He tenido entrevistas con Sara Bermúdez (titular del CNCA) y lo único acordado es la retrospectiva para 2003. Entiendo que el país vive un cambio radical, pero ya es hora de actuar ante un artista plástico de la talla de mi padre y organizar su legado".

La pregunta ahora es cómo salvaguardar la casa de Alberto Gironella y su acervo artístico y documental.


Ť Defensora del patrimonio del pintor, rememora experiencias que compartieron

Rescatar de la humedad los libros de Gironella, labor de Virginia Morales

Ť De cerca de 5 mil volúmenes, lleva elaboradas 3 mil 400 fichas bibliográficas

Ť Realiza a diario un viaje de dos horas para abrir la puerta de la casa del artista

MERRY MAC MASTERS ENVIADA

Valle de Bravo, Mex. Sin duda, Virginia Morales Balbuena es una de las más fervientes defensoras del patrimonio del pintor Alberto Gironella (1929-1999), quien cumple hoy dos años de fallecido. Todos los días, a menos que no haya dinero para el pasaje o alguno de sus dos hijos se enferme, ella realiza un viaje de dos horas para llegar a la casa que dejó el artista, orearla y proseguir con la tarea que emprendió hace un año: catalogar los cerca de 5 mil volúmenes que integran la biblioteca del artista. Tres mil 400 ya cuentan con su ficha respectiva y asegura que han salido más papeles personales, por ejemplo cartas que guardaba en los libros.

Limpio de manos, como Gauguin

Cuando era niña, Virginia entabló con Gironella una amistad que ni el tiempo ni la muerte han podido alterar. Respecto de su compromiso con el artista, expresa: ''Híjole, eso sí es algo que viene de adentro, no nace del amor al arte. No me gustaría que dentro de cien años pasara como con Van Gogh, que vengan a ver qué es lo que se comió la humedad de Gironella. Qué fregados para estar allí subrayando libros, recortando, guardando, para que se lo coma la humedad. Creo que hay mucha gente que sí le interesa o le serviría mucho su acervo.

''Hay que regresar el caset'', señala Virginia cuando se le pregunta cómo conoció al maestro. ''Lo encontré en el centro; yo tenía 13 años. Vino hacia mí, me saludó y me preguntó mi nombre. 'Soy el pintor Gironella. Me gustaría hacerte unos dibujos. ƑDónde vives?' Le dije dónde, con la tía en el restaurante. Fue a comer y ya vino. 'Todos estos dibujos te los voy a regalar'. Le traía corcholatas del restaurante porque me dijo que las usaba para sus cuadros. Y ya vine, y vine y vine. Estoy hablando de hace como 22 o 23 años.''

-ƑTe enseñó a pintar?

-Lo que pasa es que un día dejó una paleta con mucha pintura. Siempre hablaba de pintores y, me dije, pues voy a aprender primero. Entonces copié una calavera de Van Gogh, la del cigarrillo. Y dijogironella_obra1 Gironella: 'Ƒquién hizo esto?' Yo. 'ƑQuién te dijo cómo?' Nadie. Y ya pusimos una tela.

''Me enseñó muy a su manera, no era tan buen maestro. Le decía, ayúdame a hacer los ojos. 'No, tú puedes.' El pintaba acá, yo allí. Le decía Gauguin porque nunca se ensuciaba las manos. Yo soy Van Gogh. 'ƑCómo vas, Van Gogh?' 'Ahi la llevo, Gauguin.'''

Puro arte, nada de chismes

-ƑTe gustó pintar?

-Sí, pero me dijo él, si quieres pintar primero tienes que leer mucho. Me dejaba tarea. Ten este libro de Goya. Mañana me vas a decir por qué los colores y por qué pintaba. Me andaba durmiendo a las 3 de la mañana. Luego otro libro y otro libro. Le hacía caso porque me gustaba. Así ya podíamos hablar. Me daba un libro de Valle Inclán y al otro día hablábamos de lo mismo. Si no era de arte y de literatura no había de qué hablar. Me decía, nada de chismes. Aquí puro arte.

Ya casada, Virginia seguía viniendo: ''Traía a mi hijo chiquito. Me decía, ve al banco y déjame aquí al niño. No, qué tal si cuando llegue ya le hiciste como el de Goya que se lo vagironella_casa_4re comiendo''. Respecto del carácter de Gironella asegura: ''No, eso era normal. Así deberíamos de ser todos''. No faltó quien le preguntara, Ƒcómo lo aguantas? ''Ocurre que soy peor que él. El es quien me tiene miedo. Como hablábamos de lo mismo, no hay por qué pelear''.

Virginia recuerda el día que el artista partió para el hospital con el presentimiento de no volver a ver jamás su casa:

''Se tardó como media hora antes de salir. Veía sus libros y miraba por allá. 'Siento que no voy a regresar.

''No me gustaría que se movieran mis cosas. Aquí viví... quiero que así queden las cosas'. Quería que se quedaran así los montones de libros, pero se los come la humedad.''

-ƑEstás dispuesta a seguir viniendo?

-Al venir aquí ya no lo extraño tanto. Siento que va a llegar. Primero iba a ver a Gironella y si me quedaba tiempo, a mi marido. Aunque no me pagaran, comería papas como Van Gogh, pero vendría aquí a abrir la puerta de la casa de Gironella.

En un rincón de la casa permanecen las botas que el maestro se puso para viajar a la selva chiapaneca cuando se entrevistó con el sup Marcos.

Esas botas, Alberto Gironella jamás las quiso volver a calzar.