Ť Los líderes patronales se sumaron a una marcha de unos 30 mil trabajadores
Reprime la policía de Guatemala el paro por 24 horas del sector empresarial
Ť Una turba saqueó e incendió la casa del alcalde de Totonicapán; queman radioemisora
AFP, DPA, AP Y REUTERS
Guatemala, 1o. de agosto. El sector empresarial guatemalteco paralizó este miércoles la mayor parte de sus actividades con una huelga nacional de 24 horas, y sus dirigentes se sumaron a una multitudinaria marcha de unos 30 mil trabajadores, estudiantes y militantes partidistas en repudio al paquete tributario aprobado la semana pasada por el Congreso local.
La jornada terminó en incidentes de violencia cuando la policía arremetió contra manifestantes frente al Palacio Nacional de la Cultura, con saldo de al menos cien detenidos y numerosos lesionados o intoxicados con gases lacrimógenos.
También se reportaron incidentes en el interior del país. Se denunció el incendio y saqueo por una turba de marchistas de la casa del alcalde de Totonicapán, al noroeste de la capital, así como la quema de vehículos, destrucción de una radioemisora y la toma como rehenes de cuatro empleados públicos en reclamo de la liberación de ma-nifestantes arrestados por la policía.
A su vez, diversas organizaciones de trabajadores y estudiantes universitarios presentaron un recurso de inconstitucionalidad para anular el aumento de 10 a 12 por ciento del impuesto al valor agregado (IVA), que entró hoy en vigencia tras su aprobación en el Congreso por la mayoría oficialista del Frente Republicano Guatemalteco.
"Tenemos un respaldo total a este movimiento de protesta pacífica, tenemos 90 por ciento de paralización en todo el país, además de manifestaciones en todos lados", declaró a la prensa el líder de la Cámara de Comercio, Jorge Briz, quien agregó que la paralización "total" se extiende a la ciudad de Antigua y varios departamentos.
Casi total, la huelga patronal
El paro fue convocado por el Comité de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, In-dustriales y Financieras, y cuenta con el apoyo de la pequeña y la mediana empresa, el gremio de exportadores no tradicionales y los colegios privados, principalmente.
Además, el propio gobierno suspendió las clases por tiempo indefinido en las es-cuelas públicas de educación primaria y secundaria, a fin de evitar que los estudiantes se sumaran a las marchas callejeras.
En la ciudad de Guatemala se observó que los negocios en general cerraron sus puertas, por lo que las calles se veían tranquilas, con poco movimiento de personas y bajo la vigilancia de efectivos de la Policía Nacional Civil (PNC), que incluía a sus fuerzas de elite y los cuerpos antimotines. La policía estableció puestos de control a la entrada y salida de las ciudades.
Entre los sectores que acataron el paro destacaban los del comercio establecido, el comercio informal, restaurantes, algunas in-dustrias como la cañera y cientos de fábricas en la capital e interior del país. En cambio, las maquiladoras laboraron.
La marcha, que se estima en la capital tuvo una participación de unas 30 mil personas, fue calificada como "sin precedentes" y los colores que sobresalieron fueron el blanco y el negro, pues la protesta contra el IVA y el resto del paquete tributario se convirtió en un día de duelo, con listones negros como distintivo.
Para muchos el de hoy se convirtió en "el día de la dignidad nacional", en una jornada que comenzó en calma y que culminó por la tarde en disturbios y un centenar de personas detenidas por la policía, así como unos 25 heridos.
Durante los incidentes callejeros turbas de manifestantes lanzaron piedras y botellas contra ventanales de sucursales bancarias, que resultaron destrozadas en varios casos y que obligó a la policía a intervenir.
Al mismo tiempo, otros incidentes se registraron frente al Palacio Presidencial de la Cultura, donde tuvieron lugar la mayor parte de las detenciones y lesionados ante la represión policial.
Pero los peores disturbios tuvieron lugar en la ciudad de Totonicapán, 206 kilómetros al noroeste de la capital del país, donde fueron quemados edificios y casas de funcionarios, como la casa del presidente del Fondo de Inversión Social (FIS), diputado Iván Arévalo, y la de su hermano Edgar Arévalo, el alcalde municipal.
La turba enardecida también destruyó la radio Stereo Alegre, quemó edificios del FIS, de la Superintendencia de Administración Tributaria, del Banco de Crédito Hipotecario Nacional y varias viviendas de otros funcionarios de la localidad, además de incendiar vehículos. El ministro de Gobernación, Byron Barrientos, y el director de la PNC, Ennio Rivera, viajaron a la zona.
Muchas de las consignas de las manifestaciones de este día no sólo fueron contra las cargas tributarias, sino también contra el presidente Alfonso Portillo, los legisladores del Congreso y ex dictador Efraín Ríos Montt, a quienes exigieron su renuncia por "ladrones, corruptos y mediocres".