Ť Se cumplen 25 años de la muerte del creador de Metrópolis
Revelan que Goebbels le ofreció a Fritz Lang hacerse cargo de la cinematografía alemana
Ť Triunfar en Hollywood, el verdadero motivo de su apresurada salida
Ť El realizador era un innovador, pero odiaban su rigurosidad dictatorial
DPA
Hamburgo, 31 de julio. Por qué convirtió en leyenda su encuentro con Jospeh Goebbels, en la primavera de 1933, es algo que nunca estará del todo claro. A pesar de que la película de Fritz Lang Das Testament des Dr. Mabuse (El testamento del Dr. Mabuse) se prohibió ya antes de su estreno, el ministro de Propaganda del Reich le ofreció hacerse cargo de la industria cinematográfica nacional.
"Este es el hombre que nos regalará el cine nacionalsocialista", habría dicho Hitler entusiasmado con respecto al clásico del cine mudo Metrópolis (1927). La monumental cinta que describe la reconciliación de capitalistas y proletarios a través de una pareja de amantes en una ciudad del futuro le dio a Lang fama internacional y al consorcio UFA le significó un desastre financiero.
Tras la entrevista con Goebbels, Lang aseguró haber dejado Alemania esa misma noche y haberse dirigido a París prácticamente sin medios, según un escrito autobiográfico que envió a su amiga Lotte Eisner. Aproximadamente un año después, se habría embarcado rumbo a América.
Sin embargo, documentos de la época afirman que no abandonó Alemania de un día para otro sino meses después de aquel encuentro en el Ministerio de Propaganda.
El matrimonio con la escritora Thea von Harbou, que terminaba tras once años; la esperanza de un gran triunfo en Hollywood y su origen medio judío pueden haber sido los motivos fundamentales de su salida al exilio. Pero según los testimonios de la época, Lang no era un opositor convencido al régimen nazi.
A pesar de las leyendas, en aquel entonces era "más patriota que un cadete nacionalsocialista", recuerda el actor Willy Fritsch. Sin embargo, el realizador cultivó el mito en torno a su emigración hasta su muerte hace 25 años, el 2 de agosto de 1976 en Los Angeles.
Marilyn: la niña de las tetas grandes
Para algunos, Fritz Lang era uno de los directores más innovadores del cine europeo, un genial "creador de pesadillas" y modelo de toda una generación de cineastas, sobre todo en Francia.
La obra de Lang fundó una "metafísica de la arquitectura", comentó Claude Chabrol. Su visión del mundo es "implacable", opinó Francois Truffaut, mientras que Jacques Rivette habló de un "universo de la necesidad". Y Luis Buñuel dijo de Metrópolis que era "uno de los libros ilustrados más bellos que se puedan imaginar".
"Uno debería tener ojos alrededor de la cabeza", describió Lang acerca de su fascinación por las posibilidades técnicas de la cámara. "Yo percibo el mundo con los ojos, nunca con los oídos".
Otros consideraban que Lang era un perfeccionista obsesionado con los detalles y odiaban la rigurosidad dictatorial del "inaccesible señor de la cámara" (Berthold Brecht) con el monóculo arrogante que Lang llevaba desde que padeciera una lesión en los ojos.
El director se peleaba con los guionistas y los productores, se enemistó con Marlene Dietrich y puso muy nervioso a Henry Fonda porque en el rodaje de You only libe once (1936) aparentemente siempre le hablaba con el objetivo delante del ojo sano.
A la joven Marilyn Monroe, con la que filmó Clash by night (1952), el realizador le decía simplemente "la niña de las tetas grandes". El productor de Hollywood Walter Wanger se lamentó una vez: "El tiempo que se tomaba y los problemas que creaba superaban todo lo imaginable".
Las masas, su tema central
Según la voluntad de su padre, Lang, nacido el 5 de diciembre de 1890 en Viena, debía ser arquitecto. Pero estudió pintura, se presentó como voluntario a la guerra en 1914 y escribió su primer manuscrito en el hospital militar.
Con la película Halbblut, rodada en cinco días, hizo su debut como director en 1919, y tuvo su primer éxito en 1921 con la cinta marcada por el expresionismo Der muede Tod (Las tres luces), con Lil Dagober.
El poder de las organizaciones, las personas en el engranaje de los sistemas y la rabia ciega de las masas fueron sus temas centrales una y otra vez. Con su primera película hablada Meine Stadt sucht einen Moerder (M, el vampiro de Dusseldorf) (1931), Lang convirtió en estrella a Peter Lorre como demoniaco asesino de niños.
El intento de volver a ganar terreno en Alemania con películas como Der Tiger von Eschnapur (El tigre de Esnapur / 1958) y Das indische Grabmal (La tumba india /1959) tras varios años en Hollywood, resultó un desastre.
Tras su película número 43, la última, Die tausend Augen des Dr. Mabuse (Los crímenes del doctor Mabuse /1960), Lang se retiró a Beverly Hills. "En ninguna de mis películas logré aquello que tenía ante mis ojos", resumió.