MARTES Ť 31 Ť JULIO Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Ť Miguel Angel Velázquez

Ť Más sorpresas del ombudsman

Ť Premios por fin de su gestión

 

Y AHORA, Ƒquién podrá defendernos?

EL RECONOCIMIENTO público por parte de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal de su deuda con el gobierno, es decir, con la sociedad, por no pagar el impuesto sobre la renta de la mayoría de los mandos de mediano y alto rango (La Jornada, 25 de julio) causó sorpresa en algunos empleados y ex empleados del organismo.

NO ES simple lo que a continuación les cuento, y se añade al desaseo con el que se ha manejado la institución también en el ámbito financiero, o cuando menos eso hacen pensar los datos que por el momento se tienen.

EL PROBLEMA estriba en que ahora algunos ex trabajadores, temerosos de las represalias que en su contra pudiera ejercer el ombudsman Luis de la Barreda, hicieron llegar a este espacio algunos documentos en los que consta que a ellos sí se les retenían impuestos, pero éstos, hasta donde reconoce la CDHDF, no se reportaban ni ingresaban a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

SEGUN ESTO, a algunos mandos medios, cuando menos hasta 1996, sí se les descontaban los impuestos a que obliga la ley, pero el dinero que se les retenía de su salario no llegaba a Hacienda, y nadie sabe quién se quedaba con lo recaudado.

LA DIRECCION general de Administración de la CDHDF emitió recibos en los que constan las retenciones, pero la Contaduría Mayor de Hacienda no tiene registro -así lo expresa en su auditoría fiscal- de la transferencia de esos recursos a la instancia recaudadora, es decir la SHCP.

SEGUN LOS documentos, cuyas copias se hallan en los archivos de Ciudad Perdida, un mando medio que no quiere descubrir su nombre percibió en el año 1995, del primer día hasta el último, 91 mil 910 pesos con siete centavos, y le fueron retenidos 13 mil 829 con 69 centavos, según la "constancia de percepciones y retenciones para efectos del impuesto sobre la renta al ingreso de las personas físicas por el ejercicio fiscal" de aquel año, la cual firmó el director general de Administración, Víctor Guzmán Sánchez.

EL AÑO siguiente, 1996, los ingresos del mismo trabajador aumentaron a 114 mil 229 pesos con 36 centavos, y la constancia de retención de impuestos que se le entregó habla del pago del impuesto sobre la renta por 15 mil 928 pesos con 18 centavos.

EN LOS dos documentos se lee un elemento llamado "factor y monto de subsidio acreditable", que podría significar el rembolso del impuesto, sólo que la cantidad no llega al total retenido, es decir, no cabe la posibilidad.

POR SI fuera poco, según se dice en la CDHDF, ahora la presidencia de la comisión pretende "premiar" a sus leales y regalarles -hasta ahora no se sabe con qué dinero ni si éste fue aprobado por la Asamblea Legislativa- bonos por el término de la gestión de Luis de la Barreda.

LOS PREMIOS irán de la siguiente manera: se otorgarán tres meses más 20 días por año, y otro tanto por fin de ejercicio, a los mandos medios y superiores, lo que significa una percepción de aproximadamente 540 mil pesos, en el caso de los directores de área.

LA MISMA contabilidad se estableció para recompensar el trabajo de otros servidores, como es el caso de los directores generales, que se llevarán 700 mil pesos aproximadamente, y 800 mil los visitadores. Lo que no se sabe, porque se guarda entre los datos de lo inconfesable, es el monto total de los ingresos que obtendrá Luis de la Barreda.

MENOS AUN se sabrá si pagarán en esta ocasión los impuestos referidos a esas compensaciones, dado que el acuerdo, el compromiso de la Comisión para pagar sus obligaciones fiscales, corre a partir del mes de marzo y tal vez nos salgan con que ese pago no estaba considerado.

TOTAL, LO único que nos falta saber es que la angelical Paola Durante y el beato Mayito ya crearon un fideicomiso para salvar de todas estas peripecias a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Policias y ladrones


COMO USTED bien supone, se trata de la Secretaría de Seguridad Pública y los banqueros, es decir de los mismos que se hicieron millonarios mediante los turbios manejos del Fobaproa y que nos endeudaron más de lo que ya estábamos.

SON ESOS banqueros que gozan en su mayoría de dinero, salud y fama, mientras que las políticas de este "nuevo" gobierno han logrado que ni pensemos en dinero, que nuestra salud se vea cada vez más menguada y que la fama sólo nos llegue por la comisión de algún hecho ilícito y el efecto que ello cause en los medios de comunicación electrónicos.

SON LOS mismos que ahora pretenden que nosotros paguemos con nuestros impuestos la seguridad en sus negocios, esos negocios que siguen abiertos y boyantes gracias a que la población pagó sus raterías. Eso sí ya es un exceso.

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