Lunes en la Ciencia, 30 de julio del 2001
ƑCEREBROS EN FUGA? Las cifras oficiales indican que entre 1992 y 1999, el Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt) logró repatriar a mil 774 investigadores que aceptaron regresar a nuestro país para incorporarse a diversas instituciones de educación superior con la ilusión de aplicar sus conocimientos en beneficio de la sociedad mexicana y que pertenecen, en su mayoría, al Sistema Nacional de Investigadores. Sin embargo, tal como ya lo expusimos en otra ocasión (ver Lunes en la Ciencia No. 9, del 16 de marzo de 1998), volvemos a insistir en que no es suficiente con abrir una plaza para el investigador repatriado en la "institución receptora", hace falta crear las condiciones necesarias -remuneración adecuada, infraestructura, equipos e insumos de laboratorio- para que se pueda continuar y profundizar en los trabajos de investigación. Sólo así, el esfuerzo rendirá frutos a plenitud; de otra manera se vuelve un "purgatorio" como el descrito por Miguel Angel Barrón Meza. En repetidas ocasiones se ha afirmado que la llamada fuga de cerebros "es un mito"; sin embargo, el caso del Premio Nobel Mario Molina es uno de los ejemplos recurrentes para ilustrar el tema. De acuerdo con un reporte de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (Anuies) existen por lo menos 20 mil becarios mexicanos que han realizado estudios en el extranjero y que ya no regresaron al país y, hace unos días, el secretario general del Consejo Nacional de Población, Rodolfo Tuirán, declaró en la radio que, tan solo en EU, existen 255 mil profesionistas de origen mexicano que han decidido quedarse a vivir en nuestro vecino del norte. ƑMito o realidad? Mientras encontramos una respuesta, proponemos tres aproximaciones distintas a un mismo tema (Patricia Vega). |