Ť La gente se da cuenta de que "no simulamos, que estamos en la chuleta, pero gozándola"
Trujillo no habla de planes para El mañanero porque "la tv es voraz"
Ť El espíritu de trabajo en equipo, clave del éxito de este programa que cumplió su primer aniversario al aire Ť Es cierto que no tiene guión, pero sí una idea, la de Brozo, comentan
JUAN JOSE OLIVARES
El pasado martes cumplió un año al aire, por CNI Canal 40, uno de los programas televisivos más exitosos, sencillos, directos y sarcásticos, que ha traspasado la barrera de la frialdad de la televisión y en el que la noticia es el pan nuestro de cada día: El mañanero, que dirige Brozo, "quien ha hecho del foro un teatro" y con quien, además de informarse en el chacoteo pleno, todas las mañana "uno aprende a ser feliz", como comentó el camarógrafo Ernesto Bautista, mejor conocido como el Brauni, quien lleva trabajando con Víctor Trujillo más de 20 años.
Y es una energía y buena vibra -constatada con una visita al estudio donde se desarrolla el programa, en el piso 40 del WTC- la que se adquiere cada mañana cuando uno se echa El mañanero, que "hasta nos quita el estrés de la ciudad, por eso me encanta estar en mi trabajo; me divierto mucho aparte de que me pagan. Todas las mañanas me levanto con el afán de llegar al trabajo. Somos un grupo muy unido, nos apoyamos en Brozo y él en nosotros. Se hace más ligero; se pasa el tiempo sin darnos cuenta", reitera el Brauni.
Quien también da su opinión es el capitán Guarniz: "Un año y dos chavos se me fueron de volada jefecito. Brozo y yo nos conocimos desde hace mucho tiempo en las afueras de un grupo de Alcohólicos Anónimos. Me dijo que iba a tener un programa que se transmitiría desde el World Trade Center y necesitaba a un borracho y loco para que se subiera a la azotea, y como soy borracho y loco, ahí me treparon; alguien tiene que hacer el trabajo sucio".
Agrega: "El futuro pinta chido porque estamos llegando puntuales a una fiesta de cambio, una fiesta que hemos esperado por 71 años y bendito sea Dios estamos a la hora indicada. Es duro mantener las tres horas porque debes tener las antenas alertas; tienes que ver noticias, rebotes de noticias, andar contactando a tus corresponsales, 'ta cañón mi carnal... es bastante difícil mantenerse: tienes que fumar cosas raras para poder sacar cada mañana algo nuevo, o sea que, sacatito para el conejo".
La unión, clave del éxito
Sin duda, el éxito del programa se debe a la unión de todos los miembros del equipo. Desde los tres camarógrafos, floor manager, asistentes, responsables de audio, hasta los conductores que se reparten la información de acuerdo con las secciones: deportiva, cultura y espectáculos, internacional y politigrilla.
"Es una experiencia muy padre --comenta el conductor Jorge Camacho-- porque un año no se cumple tan fácilmente (aunque Brozo tenga un poco más de seis años al aire en la radio). Cada día tenemos una vivencia nueva; tu puedes captar cosas diferentes día a día, y eso nos enriquece y nos obliga a trabajar muy duro, porque tienes que estar pendiente de todo lo pasa a nuestro alrededor, no sólo en los deportes, sino en todo."
-¿Hay libertad en todo lo que comentas sobre el mundo del deporte? -se le pregunta al conductor
-Siempre hemos tenido libertad en decir lo que pensamos. Desde que estamos en radio nunca ha habido una censura, una línea o algo que no podamos decir, es lo que más nos puede llenar, siempre y cuando tengamos la base y el sustento de la información.
A Jorge Méndez, mejor conocido como Cokemón, El mañanero le ha servido para "aprender a convivir con los compañeros, a hacer amigos. Ha sido de las cosas más divertidas que he vivido; las tres horas de la emisión son las mejores de mi día. La información la manejamos de una forma poco solemne para transmitirla a la gente de manera sencilla".
Equilibrio del discurso
Lacho es la voz de la cabina, es el equilibrio y quien da el toque de seriedad al programa: "La teoría es equilibrar el discurso dicharachero con un par de palabras un poco estructuradas, que defiendan la parte sana. Poner en la balanza el discurso disparado; para eso hacemos el contraste".
El mañanero, que llega a más de 200 ciudades de la República Mexicana y a alrededor de cinco millones de tv hogares, es un programa sin guión. "Es cierto que no hay guión -comenta Lacho-, pero sí una idea; todo parte del talento de Brozo que se convierte en un convocante de ideas. Es un proceso de adaptación de todos, con libertad plena. Creo que hemos desarrollado talentos distintos porque todos representamos una parte de la sociedad".
El ingrediente erótico
A El mañanero le hacía falta el ingrediente erótico que caracterizaba los más recientes programas de Víctor Trujillo: la muchacha guapa. Tocó el turno a Isabel, modelo de 25 años que lleva 11 de éstos dedicados a adornar -y no por objeto, sino por gélida belleza- programas de tele.
"Es satisfactorio -dice- trabajar en el programa, porque es gente muy culta que lleva años en esto. Es un equipo muy padre, todo mundo se entiende muy bien y desde que llegas se siente una vibra muy padre."
-¿Son soportables las guarradas de Brozo?
-Todo es parte del chacoteo y creo que es incapaz de faltarme al respeto; es un supercaballero, yo nunca me he molestado. Aunque llevo dos meses creo que es muy padre pertenecer a un proyecto que tenga un rating tan importante.
El momento de empezar a diario
Y, ¿que piensa el personaje principal?
Un despelucado Víctor Trujillo dice: "Llega un momento en la vida que te das cuenta que hay que empezar a diario. Entonces eso te obliga a intentar frescuras, nuevas ideas con tal de divertirte, y que contagies a los demás de esa diversión. Aunque lo más grande que se ha creado en este programa es la atmósfera de trabajo en equipo, que no la encuentras en ningún lado, por eso tenemos éxito, porque la gente se da cuenta de que nos estamos divirtiendo de verdad, no simulando, y de que estamos en la chuleta, pero gozándola.
-¿Has estado en alguna depre o de mal humor y tienes que estar bien para el programa?
-Creo que por el trabajo que escogí he determinado una forma de vida, aunque claro, a veces arrastras penurias o problemas y lo ves de otra forma, y como la obligación primaria de este trabajo es reírse de uno mismo primero, entonces también tus penas y grandes tristezas las miras de una manera divertida; buscamos la felicidad no como un fin, menos como un estado, pero sí vamos todo el tiempo tras ella.
-¿Qué dices de la simpleza?
-A lo mejor es así todo esto: muy simple; la forma y el contenido tienen que concordar todo el tiempo, porque si la forma nos ganara, la pretensión sería muy pedorra, o si el contenido nos ganara entonces perderíamos la chacota, que es nuestro punto de partida. La pretensión es divertirse informando para que la gente se informe divirtiéndose. Tan simple como eso.
-Esa acción de ser tan explosivos, tan libres, ¿nunca ha sido censurada?
-No, no ha pasado. Acuérdate que el tiempo no pasa en balde. Hace 12 años, por ejemplo, el personaje de Brozo sí arrastraba esas broncas, con la Sociedad de Padres de Familia, con la Secretaría de Gobernación, pero el personaje ha aguantado los 12 años, por eso nadie puede decir que no conoce a Brozo, que es como es y así ha sido siempre; y si le dan un programa lo llevará sólo como él lo puede hacer, lo conocen de tiempo, no es un braguetazo de novedad o de oportunismo por eso de las nuevas libertades, no, no es cierto, se ha ido acomodando, ha agarrado su nicho, ha corrido aventuras, ha tenido sus diversidades, pero se mantiene vivo, y a lo mejor, como si el personaje no fuera de ficción, pagó su cuota de muchos años para finalmente, llegar a ser como siempre ha sido, nada más que ahora no contando cuentos, sino diciendo realidades.
El tiempo se hace corto para el peliverde
Las tres horas de la emisión transcurren como si fuese una. Llegan al estudio regalos, como pasteles, que se comparten entre todos los presentes y los invitados. El tiempo, es poco para el peliverde y sus ecuaces.
¿Es difícl mantener la atención de la gente durante tres horas? -se le pregunta a Trujillo.
-Hay un estándar. Generalmente si te fijas en la historia de los trabajos que me ha tocado hacer, son generados por mí mismo y por el equipo. Nunca he tenido trabajos de encargo o en los que te acomodan como un personaje, entonces tiene que ver la relación con el equipo, finalmente si no hay notas que comentar, o no vamos a declaraciones directas o a titulares o a una entrevista, la instrucción de la cabina es: chacoteo. Nos dan en nuestro rollo, porque puedes platicar de mil setesientas cosas. Además, cada uno de los integrantes tiene un mundo real propio que se combina con el personaje de ficción, que también tiene su mundo porque ya no llegas a saber si los que están con Brozo también son personajes o Brozo es realmente un mexicano que podría chacotear una hora o media hora sin parar. Esa llave se abre a la siete de la mañana y se cierra a las diez de la mañana.
El otro trabajo
Comenta que cuando se cierra esa llave comienza el otro trabajo: "El íntimo, y empiezan los otros placeres: leer, estudiar, informarte, o platicar con los amigos, o a comentar lo de mañana, a tratar de hacer escenarios de las noticias que pasan. Los personajes, el pulso de los sectores del país... todo eso sirve para el desmadre del día siguiente.
-¿Cómo ve Víctor Trujillo el futuro para El mañanero?
-A estas alturas no me gusta vislumbrar el futuro. Es que por muy importante que te pueda parecer el proyecto la televisión es voraz; hay que vivir el momento porque a lo mejor mañana no te ven, a lo mejor le caes gordo a alguien y todo se acaba. Por eso es muy importante el día de hoy, mañana quién sabe.