LUNES Ť 30 Ť JULIO Ť 2001
Ť Sólo seis de cada diez nacimientos ocurren en instituciones públicas de salud, señala
Más de 20% de los partos en el país todavía se atiende en el hogar de forma empírica: Ssa
Ť La deficiente atención prenatal es una de las causas de enfermedades incapacitantes
CAROLINA GOMEZ MENA
Una deficiente atención prenatal, un parto mal atendido empíricamente o un déficit nutricional ocurrido durante la vida intrauterina incrementan en el menor las posibilidades de padecer enfermedades incapacitantes como la parálisis cerebral o el retraso sicomotor.
No obstante, según datos incluidos en el Programa Nacional de Salud 2001-2006 (PNS), "más de 20 por ciento de los partos se atiende aún en los hogares y con frecuencia por personal no calificado". Asimismo se establece que actualmente "sólo seis de cada diez nacimientos" se realizan en las instituciones del sector público de salud, mientras en municipios indígenas de Chiapas y Guerrero apenas "21 y 17.1 por ciento", respectivamente, tienen lugar en unidades del sector salud.
Todo lo anterior no sólo incide en el posible fallecimiento del menor y en la muerte materna, la cual al concluir la década pasada a nivel nacional fue de 5.1 por cada 10 mil nacidos vivos registrados, sino también en las condiciones de vida del recién nacido y de sus posibilidades intelectuales futuras.
La desnutrición intra y extrauterina, según especialistas, deriva en que los menores pierdan "entre 12 y 15 por ciento de su potencial intelectual y corren el riesgo de contraer enfermedades infecciosas ocho a 12 veces más que un niño sano, además de que son más propensos a sufrir enfermedades crónico-degenerativas". Es por eso también que la carencia alimenticia en los primeros años "predispone a la pobreza, porque la inversión en educación tendrá un rendimiento muy bajo", se expone en el PNS.
Pero la posibilidad puede ir aún más lejos, señaló en entrevista Laura Peñaloza Ochoa, jefa del Departamento de Rehabilitación del Hospital Infantil de México Federico Gómez, quien refirió que de los en promedio 2 millones 200 mil niños nacidos al año en México, "alrededor de 700 mil presentan dificultades al momento de nacer". Entre ellos algunos nacen con males cardiovasculares, problemas craneofaciales, metabólicos, sensoriales y congénitos de diversa índole.
Sin embargo, son "las condiciones fetales neonatales", es decir, las circunstancias que rodean al nacimiento, las responsables de casi 78 por ciento de los problemas en los recién nacidos en el país. Es así como aproximadamente 550 mil bebés se ven afectados por alteraciones del sistema nervioso central (SNC), entre ellos la parálisis cerebral, debido a que sufren hipoxia (falta de oxígeno) y hemorragias durante el trance. Esto se ve agravado cuando los niños son prematuros, cuando hubo retardo en el crecimiento fetal o hay bajo peso al nacer.
A decir de la especialista, la principal causa que origina daños sicomotores y parálisis cerebral infantil es "la incorrecta atención durante el parto", pues quien es sólo "aficionado" desconoce que la falta de oxigenación del cerebro, aunque sea por unos pocos segundos, puede desencadenar en el recién nacido "hemorragias, infartos y problemas cerebrales que van de leves a incapacitantes".
Metas del PNS al término del sexenio
Es por ello que una de los propósitos del PNS es "garantizar atención prenatal adecuada, un nacimiento con el mínimo de riesgos y una vigilancia estrecha del crecimiento y desarrollo de los niños(as)". La Secretaría de Salud (Ssa) se ha propuesto como meta que al término del sexenio se "incremente en 70 por ciento la cobertura de atención del parto por personal capacitado en las instituciones del sector público", aumentar en igual número la atención prenatal y reducir en 35 y 20 por ciento las tasas de mortalidad materna y neonatal, respectivamente.
Peñaloza Ochoa explicó que la prematurez y bajo peso del niño al nacer (dos circunstancias que no necesariamente deben ir aunadas, pero que en nuestro país, debido a las carencias económicas, siempre se dan una y la otra), son derivadas particularmente de "una alimentación inadecuada de la madre, falta de atención durante la gestación, así como ingesta de medicamentos no recomendados".
Si a lo anterior se suma que al momento de dar a luz no se cuenta con personal capacitado para recibir y tratar el infante, la situación puede complicarse, ya que los niños que no son de término (menos de 40 semanas de gestación) "tienden a complicarse, pues sus frecuencias respiratorias y cardíacas son inestables y no retienen calor".
Todo ello puede derivar en que se produzcan hemorragias, problemas respiratorios o aumento de bilirrubina, lo que puede originar daños en el SNC que desencadenan en algunos casos parálisis cerebral infantil o bien retraso en el desarrollo sicomotor, que cuando es leve puede sólo ser notado cuando el menor "ingresa a la escuela y no aprende a la velocidad que debiera, es hiperquinético, carece de concentración o es incapaz de realizar trazos finos".
También si es moderado puede ser detectado con anterioridad, si es que se evidencia un retardo en la adquisición de ciertas habilidades tales como el habla, sentarse o caminar, entre otras.
En el caso de que la motricidad fina sea la afectada, Peñaloza indicó que con tratamiento pedagógico puede ser superada, pero que cuando el daño del SNC es relevante, por más temprano que se dé la rehabilitación los avances serán mínimos. Tal es el caso de la parálisis cerebral, en donde "si bien no hay un progreso de la afectación, con la rehabilitación nunca se llegará a recuperar totalmente las capacidades perdidas, aunque sí se puede mejorar, por ejemplo cuando hay dificultad para caminar".
En la parálisis cerebral también es determinante la gravedad del daño en las áreas del cerebro involucradas. Hay varios tipos: la espástica -que es la más frecuent-, que se caracteriza por aumento del tono muscular (especie de rigidez); la tetósica y la coréica, caracterizadas por movimientos involuntarios, la hipotónica con excesiva relajación muscular, y la mixta con características espásticas y atetósicas.