LUNES Ť 30 ŤJULIO Ť 2001
Ť Los gremios en todo el mundo atraviesan por una crisis, dicen expertos de la UNAM
El neoliberalismo subordinó más al sindicalismo
Ť Aseguran que carece de capacidad de respuesta a demandas de los trabajadores
KARINA AVILES
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México advirtieron que el modelo económico neoliberal asignó al sindicalismo mexicano un papel de mayor subordinación, por lo que en estos momentos las organizaciones sindicales, tanto del país como de todo el mundo, atraviesan una crisis derivada de su incapacidad para dar respuesta a las demandas de los trabajadores y crear un proyecto de lucha y de nación.
Los investigadores del Instituto de Investigaciones Sociales y del Instituto de Investigaciones Económicas, Francisco Javier Aguilar García y Alfonso Bouzas Ortiz, respectivamente, realizaron un análisis de la situación en que se encuentra el sindicalismo en México: "Está debilitado, disperso y sin proyecto de lucha o de país".
También doctor en ciencia política, Francisco Javier Aguilar García sostuvo que con la aplicación del neoliberalismo, a principios de los 80, la cúpula obrera perdió fuerza y el sindicalismo dejó de ser el medio a través del cual los trabajadores obtenían mejores remuneraciones. Con los años, el modelo neoliberal asignó al sindicalismo un papel de mayor subordinación y el salario mínimo lo impuso como parte del programa económico.
"En materia política, el movimiento obrero perdió importantes cotos de poder. De más de 60 diputados, 30 senadores y cientos de presidentes municipales que tenía en 1984, la representación sindical se redujo -en el Congreso de la Unión y los órganos de poder- a cinco diputados, ocho senadores y cerca de 200 alcaldes en todo el país".
La política labora, sugerida por el FMI
Aguilar García consideró que parte de su debilitamiento se debe a que las direcciones sindicales no tienen un "programa de lucha ni de país, y se mantienen siempre en espera de lo que decida el Ejecutivo federal en materia de salarios y prestaciones, pero no hacen propuestas ni las defienden. Hay una total dispersión debido a los intereses de grupo, lo que les impide concertar acciones conjuntas y en realidad es poco el número de sindicalizados si se toma en cuenta la población económicamente activa (PEA)."
Sobre la cláusula de exclusión dictaminada recientemente por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dijo que es una muestra del afán gubernamental por disminuir el poder sindical y resquebrajar aún más la unidad obrera. "El problema es que la política laboral no existe por sí misma sino que es sugerida por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para que haya supuesta libertad sindical.
"Cuando se dé la reforma a la Ley Federal del Trabajo y al artículo 123 constitucional, el movimiento obrero estará completamente debilitado y sin poder oponerse a acciones que atenten contra los trabajadores", dijo mediante un comunicado de la UNAM.
El doctor en derecho laboral Alfonso Bouzas Ortiz expresó que en México, como en el mundo, el sindicalismo sufre una crisis derivada de la incapacidad para dar respuesta a las demandas actuales de los trabajadores. Consideró que algunas de las debilidades de estas agrupaciones son su falta de capacidad para modernizarse, hacer propuestas y legitimarse.
Opinó que el gran problema "de la esterilidad de las direcciones obreras como de la inamovilidad de sus agrupaciones está relacionado con el esquema corporativo. Hoy, los sindicatos han dejado de pertenecer a los trabajadores para ser propiedad de las directivas", añadió.
Los anteriores factores pueden llevar al movimiento obrero organizado e independiente "a una muerte grave". No obstante, si las directivas se concientizan, podría haber una recomposición y una nueva etapa. "Sólo algunos sindicatos empiezan a construir alternativas en materia de reconversión económica: telefonistas, electricistas y pilotos, entre otros".
Alfonso Bouzas Ortiz indicó que mientras no haya un convencimiento de que no hay democracia sindical en el país no se trabajará por la misma y en consecuencia, no habrá un sindicalismo alternativo. Al respecto, Francisco Javier Aguilar García consideró que actualmente el sindicalismo tiene mayores posibilidades para "dejar de ser subordinado, pero para ello debe aprovechar la oportunidad que tiene", y aprender a sortear las "contradicciones del gobierno porque mientras dice que hay un cambio mantiene las viejas tradiciones corporativas".