LUNES Ť 30 Ť JULIO Ť 2001
Ť Carencia de recursos e importaciones de alta fructuosa, focos rojos, alerta investigador
Urge plan de largo plazo para el sector azucarero
Ť Reducir costos de producción y modernizar ingenios, aconseja García Chávez, de la UACh
MATILDE PEREZ U.
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) tiene que establecer un programa a largo plazo para el sector azucarero si pretende aprovechar el Tratado de Libre Comercio. Esa vertiente deberá incluir la reducción en los costos de producción, modernización de la infraestructura de los ingenios e impulso al desarrollo tecnológico en los campos cañeros, según un análisis de Luis Ramiro García Chávez, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh).
. En este momento, afirma, la agroindustria azucarera corre el riesgo de volverse menos competitiva frente a los jarabes de maíz de alta fructuosa -algunas embotelladoras cambiaron el consumo de azúcar por dicho jarabe para ahorrar de 15 a 20 por ciento sobre sus costos-, su quebranto perjudicaría directamente a cerca de 2 millones 300 mil personas que viven en poco más de 200 municipios de 15 estados y se perderían dos millones de empleos indirectos.
En el ámbito agrícola, la producción de caña de azúcar ocupa el quinto lugar en cuanto a superficie cultivada, el valor de producción del dulce representa 0.5 por ciento del PIB y genera cerca de 12 por ciento del total del sector de la industria alimentaria.
México, productor de exedentes
México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en producción y el noveno en volumen exportado de azúcar; incluso los resultados de la última década sugieren que podría mantenerse como productor de excedentes hasta el 2008. Hacerlo implicará también un cambio en el sistema de remuneración de la materia prima y sobre todo que el gobierno apoye a la industria para estabilizar las fuerzas del mercado, asegura el especialista.
Desorden en la comercialización del azúcar, elevadas importaciones de alta fructuosa y otros edulcorantes, así como la carencia de financiamientos, son "focos rojos" que deben atender conjuntamente gobierno, industriales y cañeros.
Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio aumentaron las importaciones de jarabe de maíz de alta fructuosa; a partir de 1997 las importaciones rebasaron las 200 mil toneladas, mientras que la producción nacional fue superior a las 300 mil toneladas, que competían con el consumo nacional de azúcar de 4.2 millones de toneladas anuales.
Luis Ramiro García señala que desde la privatización de los ingenios -54 de ellos en manos de 15 grupos y seis operan de manera independiente- ha habido esfuerzos de modernización del equipo y de la aplicación de tecnologías más actuales, pero los esfuerzos no han sido de manera equilibrada.
De esta forma, aseguró, los ingenios La Joya, Cuatotolapan, Santo Domingo, Azuremex, San Rafael de Pucté e Independencia tienen áreas de abasto con bajos rendimientos de caña por hectárea; en tanto, los ingenios El Dorado, Los Mochis, La Primavera, Aaron Sáenz Garza y Huixtla tienen problemas de rentabilidad debido a los altos costos de producción y bajo contenido de sacarosa de la caña.
Deudas
La Primavera, Los Mochis, Plan de Ayala, El Dorado, Independencia, Pedernales y Atencingo, son los ingenios que de acuerdo con el investigador de la Universidad de Chapingo enfrentan fuertes endeudamientos.
El investigador insiste en que la forma en que México podría ser competitivo es reduciendo los costos de producción de la caña de azúcar, ya que ésta representa el 64 por ciento de cada kilogramo del dulce.
"El sistema actual no es el mejor estímulo para que los productores de caña mejoren la calidad de la materia prima que entregan a los ingenios, posibilita la permanencia de productores de caña que no son eficientes y que contribuyen a elevar los costos de producción de cada tonelada de azúcar", destaca García Chávez.
Por su parte, la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados ya inició un análisis en torno a la situación de los ingenios, el mercado del azúcar y de las importaciones de alta fructuosa en el marco del TLC, con el objetivo de mejorar la actual legislación para este sector productivo y hacer propuestas en busca de revertir la crisis que enfrentan productores e industriales.