José Juan Tablada 1 Consagro a su memoria este Retablo: un lucero nos guía hasta el establo donde su numen Niño Dios de cera junto al asno y al buey del Nacimiento, que humildad y potencia diéranle con su aliento, de Reyes y pastores los tributos espera. Pues las dádivas de monarcas y zagales
Leyenda del Retablo: "No se ha visto poeta de tan firme cristiandad. Murió a los treinta y tres años de Cristo y en poético olor de santidad." "Fue en la vida el agreste actor de pastorela
Hermano cuyo éxtasis venero cobijados bajo tu gran sombrero negro y tímidamente mosquetero. El olor de azahar y los cocuyos
Y tus metales que juzgaron vanos,
Y tu poesía que dijeron rara,
(Pues con sudor de su barro mortal
Fue tu barro también un incensario
Tus júbilos ingenuos sobre la pena están
Así en la laca nítida y brillante
Poeta municipal y rusticano, tu poesía fue tu Aparición milagrosa en el árido peñón, entre nimbos de rosas y de estrellas, y hoy nuestras almas van tras de tus huellas a la Provincia en peregrinación...
¡Gracias!... Porque alargaste hasta la cuna rústica y pobre tu rayo de luna... y le pusiste letra al pertinaz cántico de la fuente abandonada que sintió los enigmas de tu faz en su propio misterio reflejada. (La fuente: compotera de azulejos
Y donde aún, tal vez, alma beata
Porque brillo de séricos mantones
Y en la plaza polvosa de la aldea
Pues florece en jardines de esperanza
Y el clamor de la gente pueblerina
Por los poemas que con miel de flores
Por tus poemas tan sabrosos como
Porque entre albas cortinas y entre flores
Porque en tus versos armonizas y unes
Porque colgaste de tus rimas rudas
Porque vestiste tu ímpetu de charro,
Jaculatoria Un gran cirio en la sombra llora y arde por él... y entre murmullos feligreses de suspiros, de llantos y de preces, dice una voz al ánimo cobarde: ¡Qué triste será la tarde cuando a Méxsico regreses sin ver a López Velarde!... |