ZONAS CON LITORALES EN VENTA
El
Programa de Atención a Zonas con Litorales puesto ayer en marcha,
mediante el cual se pretende combatir el uso ilegal de la tierra, conservar
los recursos naturales y promover la entrada de capitales extranjeros,
resulta particularmente delicado.
Si bien el mercado ilegal de tierras, la ocupación
irregular y la contaminación ambiental en las zonas costeras son
asuntos que merecen una presta solución legal, el programa presentado
ayer por el presidente Vicente Fox pareciera estar enfocado principalmente
a la promoción de inversión nacional y extranjera, utilizando
como telón el compromiso social y ecológico.
No cabe duda de que la regularización anunciada
es un primer e importante paso para que los ejidatarios tengan un respaldo
legal sobre la titularidad de sus tierras, pero si no se dan las condiciones
y los apoyos necesarios para el desarrollo de las mismas se corre el riesgo
de que los propietarios se vean obligados a malbaratar su patrimonio y
terminen --si bien les va-- trabajando de peones para alguna cadena hotelera
internacional.
De lo expuesto ayer por el Presidente, nada asegura la
equidad en la distribución de los beneficios económicos que
deriven del mercado legal de tierras en zonas costeras. Por el contrario:
ante la realidad económica que aqueja a la población en esas
zonas, el programa se muestra cual traje a la medida para que los beneficiarios
sean los grandes inversionistas, mismos que han explotado las tierras a
sus anchas y, en algunos casos, sin la menor responsabilidad en materias
ecológica y de justicia social.
Durante años, por su riqueza en recursos naturales
y potencial turístico, las tierras costeras nacionales han sido
pretendidas por empresas extranjeras. Ante la evidente falta de oportunidades
para los propietarios legales, es previsible un mayor asentamiento de consorcios
foráneos en tierras nacionales. La reflexión no cuestiona
los beneficios de la inversión externa, sino obliga a preguntarnos:
¿de qué sirve que los ejidatarios cuenten con documentos
legales que los acrediten como propietarios de sus tierras, si no se les
brindan los apoyos para trabajarlas? En la lógica de competencia
del mercado, tarde o temprano tendrán que vender su patrimonio.
Finalmente, llama la atención que el programa haga
alusión a las "zonas con litorales", las cuales se definen como
áreas donde interactúan los medios marino, atmosférico
y terrestre, mientras que en nuestra legislación se habla de manera
genérica de playas, terrenos ganados al mar, y la denominada Zona
Federal Marítimo Terrestre, sin definir en ningún apartado
el término "zona con litoral".
Si además de las tierras, la inversión esta
abierta a las áreas marina y atmosférica, el innovador programa
anunciado ayer por Vicente Fox no es más que la puesta en venta
de parte de nuestra soberanía nacional. Este es el tipo de "alianzas
estratégicas" a las que con tanto entusiasmo se refiere el Presidente.
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