sabado Ť 28 Ť julio Ť 2001

Enrique Calderón A

Tabasco: las nuevas dudas

Dentro de una semana habrán de repetirse los comicios de Tabasco para elegir un nuevo gobernador. Hasta donde sé, se trata de un hecho insólito, pues es la primera vez que ha sido aceptada la necesidad de repetir un proceso electoral para una gubernatura, en virtud de la falta de limpieza de ese proceso, llevado a extremos dignos de la literatura de ficción.

Por razones que se verán más adelante, no resulta ocioso recordar algunos de los eventos de ese proceso consagrado ya en la historia electoral del país, en el que se descubrieron casas de seguridad equipadas para alterar electrónicamente los resultados electorales, operadas por colaboradores del gobierno, con fachadas de empresas privadas y protegidas por fuerzas de seguridad pública. Quizás el lector recuerde que en una de estas, el administrador de Chocoweb, si mal no recuerdo, amenazó con un arma a los periodistas que irrumpieron en su local, y recuerdo también la protección legal que le brindó el presidente del Instituto Electoral del estado, que resultó ser, no se sabe bien si su jefe, su amigo o ambas cosas.

Los acarreos, la compra de votos y los abusos realizados con descaro y bajo la vigilancia inclinada abiertamente a garantizar el triunfo del PRI a como diera lugar, hicieron posible finalmente una ventaja menor a 1 por ciento a favor de ese partido, y las pruebas de un fraude generalizado llevaron finalmente al Tribunal Federal Electoral a declarar inválido el proceso, e ilegal el supuesto triunfo del PRI, unos cuantos días antes de la fecha para el cambio de poderes.

La crisis política fue grave, el Instituto Electoral de Tabasco quedaba desacreditado y descubierto como un mero instrumento al servicio del gobernador, que viéndose acorralado, decidió huir del país, unas horas antes de entregar el poder, tal vez temiendo su captura y envío a prisión, mientras se investigaban los cargos en su contra por abuso de poder, asociación delictuosa y lavado de dinero.

Curiosamente, un año después el escenario de la nueva elección pareciera ser idéntico, no sólo porque en ella contienden los mismos candidatos por el PRD y el PRI. El gobernador del estado sigue siendo el mismo que dejó Roberto Madrazo en su lugar, y que fue designado formalmente en un acto fuera de la ley. Madrazo recorre de nuevo el estado de Tabasco repartiendo sonrisas y dádivas y el PRI anuncia de nuevo su triunfo inminente, como hace un año. Todo parece ser igual no obstante que algunos hablaban entonces de cambio; sólo restaría saber si también el gerente y la dirección de Chocoweb siguen siendo los mismos.

Pero otras cosas sí parecen haber cambiado en este tiempo; mientras las preferencias electorales a una o dos semanas de la elección le daban al candidato del PRI una ventaja de 1 por ciento en octubre pasado, hoy es Raúl Ojeda del PRD el que lleva la delantera con un 3 por ciento de las preferencias, aun cuando algunas casas encuestadoras sitúan al candidato del PRI 7 por ciento más alto (Berumen y Asociados y diario Reforma).

En una encuesta realizada por la Fundación Arturo Rosenblueth para fines de investigación, se encontró que las preferencias para el candidato del PRD son de 41 por ciento y para el PRI de 37 por ciento, con un error estadístico máximo de 2 puntos porcentuales. Otra diferencia importante entre el escenario del 2000 y el de ahora es la caída de las preferencias electorales del PAN, del 16 por ciento al 11 por ciento, hecho que nos lleva a inferir que es esta franja de electores la que está modificando las tendencias anteriores.

El PRI y en particular Madrazo deben estar preocupados ante la expectativa de perder estas elecciones, por lo que sin duda preparan algunos operativos, seguramente más elegantes que los empleados en la elección anterior.

La duda central del proceso electoral de la semana próxima es si Madrazo y sus compinches serán capaces de alterar los resultados en unos 40 mil votos y llevarse la elección. Para las habilidades de Madrazo el problema pareciera ser menor y así lo da como un hecho la encuesta de María de las Heras en un reportaje publicado ayer por un diario de la ciudad de México, pero falta ver si el PRD es capaz de organizar una red de defensa que logre detener esas operaciones, y si el gobierno federal está dispuesto a seguir protegiendo a este siniestro personaje llamado Madrazo, en la comisión de nuevos delitos. Los resultados son inciertos pero estos son los gajes de la democracia, al menos de la nuestra, hoy.