viernes Ť 27 Ť julio Ť 2001

Jaime Martínez Veloz

Coyutla, ley indígena, Génova: círculo virtual

Coyutla, la ley indígena y Génova ilustran el círculo virtuoso local-nacional-global, que es el comportamiento del mundo que nos toca vivir. Son tres fechas: 12, 18 y 20 de julio.

En la primera, 600 elementos de la Dirección General de Seguridad Pública Estatal de Veracruz ingresaron al municipio de Coyutla, municipio totonaca de una entidad donde otras comunidades del sur, como Sochiapa, fue declarada por los indígenas municipio autónomo. Se trata de una zona donde existe gran inconformidad desde las elecciones de alcaldes. Ese día los policías tomaron además Ayahualulco, que también busca la autonomía. El gobernador Miguel Alemán declaró simplemente: "se aplicó la ley". Hubo heridos de bala, lesionados, lucha en trinchera, y casi una centena de órdenes de aprehensión.

El 18 de julio la Comisión Permanente del Congreso de la Unión incluyó en el orden del día la ley indígena que se aprobó en un manifiesto más de la hermandad PRI-PAN pasando sobre la reglamentación parlamentaria, pues el punto no fue discutido por la Junta de Coordinación Política, y se decide aprobar una ley que descansa en el filo de la paz social del país, al tiempo que el gobierno veracruzano realiza una acción que pareciera pensada para ilustrar este círculo virtual: no reconocer el derecho público de las etnias, su libertad para gobernarse y decidir sobre sus recursos naturales y su vida cultural.

El 20 de julio, 20 mil policías luchan contra 100 mil manifestantes de los 300 mil que se conjuntaron en Génova para las protestas antiglobalizadoras, en el octavo round entre lo que podríamos considerar un frente activo (ideológico y guerrero) contra esa simbolización que postula un gobierno de siete países todopoderosos (más Rusia) sobre el resto del planeta.

Nadie podrá negar que la pizarra se pone interesante: el EZLN cuenta con 30 por ciento de los congresos estatales; en cuanto a diputaciones locales llega a 45 por ciento y a 80 por ciento en los territorios habitados por indígenas. Una vez que el poder del Estado ha trazado su línea, seguramente el Presidente se apresta a la promulgación mientras las huestes de jurisconsultos elaboran leyes reglamentarias para legalizar lo que es, como en Coyutla, una movilización policiaca en contra de los derechos indios; precisamente porque el párrafo correspondiente de la ley indígena fue transformado en cuanto al reconocimiento de las comunidades indígenas como "entidades de derecho público" al de personas de interés público, o sea, sin facultades de asociarse libremente a fin de coordinar sus acciones, y no como señalaba la propuesta Cocopa del 20 de noviembre 1996.

Praga, Seattle, Washington, Cancún, Génova... Lo que espera es división y diversificación. La estación mexicana es fundamental en esta lucha que es compleja, y cuyo estudio y comprensión demandan la lucidez de lo mejor de los pensadores. Uno de ellos, Eduardo Viola, de la Universidad de Brasilia, en una exposición inédita (Programa Lead Colmex, 1999) agrupa así a los países: desarrollados, de tipo emergente, de renta media, estancados y extremadamente pobres.

México (junto con Brasil, Argentina, Costa Rica, Venezuela, Chile, Uruguay) estaría en una dinámica que llama "de renta media", con importantes actividades de capital extranjero, apertura en el comercio internacional y flujo de materia y energía.

En los llamados escenarios alternativos, que el teórico construye para el futuro de países como el nuestro, están: el de globalización segmentada (de 10 a 40 por ciento de la población son individuos y organizaciones que tienen productividad y competitividad global y un segmento excluido, marginalizado); el de ruptura antiglobalización (un nacionalismo antiglobalización, aunque el sector globalizado de todas estas sociedades ya es muy poderoso para revertirse); el de globalización integradora economista (que significa volver a estos países latinoamericanos a lo que hoy son los desarrollados, que subsidian de algún modo el sector nacional, que no es globalizado y que hace que los excluidos y los marginalizados sean mínimos en la sociedad); y finalmente, el de globalización integradora sustentable (supone avanzar en la dirección de la integración socioeconómica con características sustentables, y que países de renta media, que son segmentados, se tornen globalizados, integrados y sustentables).

Sin embargo, con los sucesos de Génova, que en su represión policial recordó el estado militar de los gobiernos sudamericanos del pasado, es pertinente el comentario de José Luis Pardo en El País: "quizá deberíamos tener en cuenta que hasta ahora habíamos creído que el bienestar del Primer Mundo era el porvenir del Tercer Mundo, pero quizá hayamos de irnos acostumbrando más bien a la idea de que más bien es al revés: el Tercer Mundo es el porvenir del Primer Mundo"; un escenario que no se le ha ocurrido aún a Eduardo Viola.

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