JUEVES * 26 * JULIO * 2001

* Pararon los empleados estatales y marcharon hasta el Congreso

Postergan en el Senado argentino el debate del proyecto de ajuste con rebajas salariales

* Oficialistas de la Cámara alta también rechazaron "suicidarse" votando la iniciativa de ley

STELLA CALLONI

Buenos Aires, 24 de julio. Un duro traspié sufrió hoy el gobierno de Fernando de la Rúa por la negativa de los senadores del Partido Justicialista de tratar el proyecto de ajuste con rebajas salariales que ya había sido votado la semana pasada, y cuyo fin es llegar al déficit cero en el gasto gubernamental. Se-nadores de la propia Alianza oficial rechazaron "suicidarse" votando un proyecto que para la mayoría será aún más recesivo.

Por lo pronto, la Cámara alta postergó hasta la próxima semana la discusión del debate en un Congreso tomado por los trabajadores de esa institución, quienes terminaron entonando la vieja consigna de "el pueblo unido jamás será vencido".
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El Ejecutivo anunció asimismo nuevos recortes de 35 por ciento de salarios en los cargos jerarquizados del Estado y 30 por ciento para el personal contratado, que debe elegir entre esto y el despido.

Como si el clima no estuviera enrarecido, este día el vocero presidencial Juan Pablo Baylac anunció que se reprimirán los cortes de carreteras y "se actuará con la ley y la justicia" para garantizar el libre tránsito, en respuesta a un plan de lucha acordado por 2 mil dirigentes de movimientos de desocupados y piqueteros de todo el país que pretenden bloquear 50 rutas en un solo día.

Baylac sostuvo que los discursos de los líderes del movimiento ?que realizaron un Congreso aquí, apoyados por centrales sindicales, organismos sociales y humanitarios? "confrontaban entre la sedición, la insurrección y la violencia", y agregó que "vamos a reprimir a los violentos que pretenden entronizar la violencia como método de protesta y se equivocan".

El gobierno cumplió así con lo solicitado por el mayor empresario local, Eduardo Es-casany, favorecido notablemente por la administración pasada de Carlos Menem, quien exigió recientemente la represión de la protesta social y más ajustes.

Los empleados estatales abandonaron hoy masivamente las oficinas públicas, cumpliendo un paro de actividades, y realizaron una ruidosa marcha ante el Congreso Nacional, en rechazo al ajuste del gobierno.

En Córdoba se produjeron incidentes entre policías y manifestantes que protestaban ante la Bolsa de Comercio por la decisión del gobernador justicialista, José Ma-nuel de la Sota, de privatizar la empresa de energía EPEC, altamente eficiente.

También en la provincia de Buenos Aires se movilizaron los trabajadores de la salud, mientras que aún llegan desde el sur del país los ecos de una verdadera rebelión de los trabajadores petroleros privados en Neuquén y Río Negro, que reclaman un nuevo convenio laboral. Varias instalaciones de empresas privatizadas ?entre ellas Repsol, Pérez Companc, Pluspetrol y DLS? fueron el blanco de los manifestantes ayer y hubo choques con la policía, con saldo de varios lesionados y 15 detenidos.

Docentes y estudiantes universitarios, incluyendo la poderosa Federación Universitaria, ligada a la Unión Cívica Radical, el mayor partido de la Alianza, se preparan para resistir el ajustazo y no se reanudarán las clases después de las vacaciones.

Los rectores de las universidades del país rechazaron los recortes al sistema educativo y demandaron que la nación y la justicia social "deben ponerse por encima del sector financiero o los monopolios".

A grandes rasgos éste es el panorama general de la rebelión social que provocaron los ajustes, considerados "injustos y lesivos" por la mayoría de la población, ya que no se ha tocado a ninguno de los sectores que fueron altamente privilegiados con las privatizaciones surcadas por la co-rrupción de la última década.

En este terreno de por sí complicado, cayeron como una chispa sobre el incendio las recientes declaraciones del secretario del Tesoro estadunidense, Paul O'Neill, quien dijo que los argentinos "ni siquiera pueden hablar de una industria de bienes de exportación: les gusta ser así. Nadie los forzó a ser como son".

La ola de protestas levantada por el funcionario de Washington fue tan alta que O'Neill decidió corregir su versión anterior y calificó de "muy positivas" las medidas adoptadas por el gobierno y dijo que se estaba "haciendo más de lo que el Fondo Monetario Internacional" exigía.

Por supuesto que fue otro espaldarazo para la protesta porque muchos sectores se preguntaban hoy cuál era la razón de "ser más papistas que el Papa" y se acentuó la crítica a la actitud gubernamental.

Diversos sectores propios y ajenos de-mandaron del Ejecutivo "una acción de dignidad" y reseñaron la destrucción de las grandes y pequeñas industrias del país desde la pasada dictadura militar.

Pero la crisis está provocando el mayor terremoto político en los partidos tradicionales y enriqueciendo a los nuevos movimientos que surgen y hacia donde emigran los que esperaron cambios inútilmente y se sintieron traicionados.