jueves Ť 26 Ť julio Ť 2001
Gabriela Rodríguez
Miradas sobre el aborto
Habrá que repetirlo nuevamente: una de las peligrosas amenazas del presente sexenio es perder el derecho de las mexicanas al aborto, ese derecho que existe en todos los países ricos y que tanto asusta a nuestro actual y ya no tan flamante gabinete.
ƑDe qué estamos hablando cuando hablamos de aborto? Hablamos de derechos humanos, del primer derecho que tiene todo ser humano: el derecho a ser deseado, a que alguien prepare con amor su nacimiento, planee dónde recibirlo y con qué alimentarlo, vestirlo, criarlo, formarlo, sanarlo, cómo introducirlo después al mundo laboral y apoyarlo para atravesar con alegría las diferentes etapas vitales.
Estamos hablando también de un derecho de la mujer: el de decidir cuándo y en qué circunstancias ser madre, uno de los sucesos que implica la mayor responsabilidad y que transforma sustancialmente su ciclo de vida en todas las dimensiones: afectiva, familiar, de pareja, formativa, económica, laboral, profesional. Por eso es un dilema ético tan serio y tan intensamente emocional, una decisión que corresponde al estricto ámbito privado de cada mujer, y de su pareja, cuando la hay.
En la medida que el Estado se arroga el derecho a decidir interrumpir o no interrumpir un embarazo, y a legislar contra el acceso a servicios de aborto, está interfiriendo en un acto privado, impidiendo el ejercicio responsable de la maternidad y de la paternidad, y violando ese primer derecho de todo ciudadano. Este es uno de los núcleos éticos del aborto y no las moralinas ancestrales y engañosas que tanto repiten las nuevas funcionarias del PAN: "yo defiendo la vida". ƑCuál vida? Ni la de la madre ni la del futuro ciudadano no deseado, a quienes, como vemos, se les puede atropellar en lo fundamental.
Los actos de injusticia son a veces mucho más sórdidos de lo que podemos imaginar, ya lo vimos en el famoso caso de Paulina, cómo los funcionarios del PAN obligaron a ser madre a una jovencita que había sido violada. Ella no es más que una de las 110 mil mujeres mexicanas (según Conapo, 1995) o 553 mil 100 (de acuerdo con Alan Guttmacher Institute, 1990) u 850 mil (IMES, 1994) que anualmente deciden practicarse un aborto. Como en esa ocasión Paulina no lo logró, grupos de organizaciones civiles de mujeres presionaron al Estado a cubrir su responsabilidad, y tuvieron que pagar al menos la reparación del daño (lo demás lo pagarán la madre, la abuela y la familia).
El aborto es también un asunto de política económica, tema que sí que interesa y debería tomar más en serio este gabinete tan empresarial. Si en este sexenio lejos de legislar para facilitar los procedimientos del aborto legal, se dan pasos atrás en las causales de despenalización, tal como se pretendió en Guanajuato y ahora se intenta, al declarar inconstitucional la llamada ley Robles del Distrito Federal, el Estado tendrá que responsabilizarse por los niños nacidos. Imaginemos que sean muy exitosas las campañas para "promover la vida" (como han demostrado en otras campañas) y que logren evitar que las mujeres aborten. ƑHabrán calculado cuánto se necesita para indemnizar a las mujeres obligadas a ser madres? ƑDe qué reforma fiscal piensan derivar el gasto de 4 mil 400 millones de dólares anuales (recurriendo a la cifra más conservadora de abortos de Conapo) para reparar el daño a cada mujer a la que impidieron abortar? ƑCómo garantizarán el mercado de trabajo de 110 mil madres y el servicio de guardería a un número semejante de bebés? ƑCuenta el DIF con 55 mil espacios en albergues para niños ofrecidos en adopción, suponiendo que la mitad de las madres decidiera esa opción que le gusta tanto a las panistas? ƑEstá consciente la nueva presidenta del Patronato del DIF, señora Martha Sahagún de Fox, lo que implica una política social al respecto?
Ahora que la primera dama declaró en Milwaukee que más allá del DIF, sus prioridades son: la educación, los derechos de la mujer y el combate a la pobreza, Ƒestá consciente que el aborto es uno de los principales derechos de la mujer? ƑTiene clara la necesidad de que para garantizar esos derechos hay que separar los servicios espirituales que la actual directora del DIF autorizó -contra el Estado laico- para que la Iglesia ofrezca en sus programas asistenciales? ƑEstará dispuesta a cambiar las políticas delineadas en el Plan de Desarrollo, y a sensibilizar a los funcionarios para articular esas prioridades en los programas de la Secretaría de Educación Pública, del Instituto Nacional de la Mujer, de Sedeso y de la Secretaría del Trabajo?
Estas son algunas reflexiones a partir de la lectura del texto de Rosario Taracena Miradas sobre el aborto, que recientemente publicó el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) y que hacía mucha falta en este país. Un libro que informa con claridad y precisión sobre los conceptos, las circunstancias, las cifras, la religión, los dilemas éticos, las leyes y el debate al respecto.